Los cisnes negros son conocidos por ser animales monógamos, una característica que los convierte en un símbolo universal del amor eterno. Estas majestuosas aves eligen a su pareja para toda la vida y desarrollan un vínculo que va más allá de lo cotidiano. En el parque de El Retiro, en Madrid, esta fidelidad se ha hecho evidente con la conmovedora historia de Luna y Lorenzo, dos cisnes que comparten sus días desde 2022.

Luna, en el estanque del parque de El Retiro.
Luna ya tuvo una pareja anterior
Luna compartió durante muchos años el estanque del Palacio de Cristal con su anterior pareja, hasta que, en 2018, su historia de amor se truncó de manera trágica.
Un perro atacó a su compañero, y a pesar de los esfuerzos de los servicios del parque por salvarle la vida, Luna se acabó quedando viuda. A raíz de ese incidente, Luna permaneció sola e intranquila ante el temor de la llegada de nuevos depredadores.
La llegada de Lorenzo
Ante esta situación, el fotógrafo Antonello Dellanotte lideró una campaña en redes sociales pidiendo una nueva pareja para Luna, lo que hizo que, finalmente, en julio de 2022, Lorenzo, otro cisne negro, fuera introducido en el estanque con el fin que acompañara a Luna y devolverle así la alegría.

Luna y Lorenzo en el estanque del parque.
La llegada de Lorenzo trajo un aire renovado al estanque. Además, se adaptó rápidamente a su nuevo entorno y a su nueva compañera, convirtiéndose en figuras destacadas de El Retiro.
Los visitantes del parque no tardaron en notar la conexión entre ambos cisnes, cuya presencia ha devuelto encanto y vida al lugar. “Luna y Lorenzo, los dos hermosos cisnes negros que se deslizan por las aguas del estanque del Palacio de Cristal del parque madrileño de El Retiro”. Así los describe uno de nuestros lectores, Francisco José Eguibar Padrón, al compartir sus fotografías en Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia. “Tal vez no se escuchaba la música de Tchaikovsky, pero estaba latente en el plácido y bello entorno”, apunta.

Luna y Lorenzo, los cisnes negros de El Retiro, nunca se separan.
La relación entre Luna y Lorenzo recuerda al conocido ballet El lago de los cisnes, donde cada movimiento refleja la belleza del amor eterno y, en este caso, al igual que en la pieza musical de Tchaikovsky, los dos cisnes negros se deslizan sobre el estanque como si de una delicada coreografía se tratara.
La llegada de Lorenzo no solo le devolvió la vitalidad a Luna, sino que transformó el estanque en un escenario donde la naturaleza celebra las segundas oportunidades. Su historia es un recordatorio del poder que tiene el amor sobre nosotros. Luna ha vuelto a sentirse acompañada y feliz tras encontrar un nuevo compañero, al igual que Odette en el famoso ballet, que solo será liberada de su hechizo por aquel que le prometa amor eterno.
Hoy, quienes pasean por el parque de El Retiro pueden disfrutar de la armonía que transmiten Luna y Lorenzo, cuya unión se ha vuelto un clásico para los visitantes.

Niños dando comida a Luna y Lorenzo en El Retiro.
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