Bastida de Bellera, un pueblo vacío en la sierra

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La fuente se secaba con frecuencia y había un dicho popular: “Los bueyes una semana comen y otra beben”

Ampliar Vista del pueblo de La Bastida de Bellera.

Vista del pueblo de La Bastida de Bellera.

Faustino Calderón

* Los autores forman parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia

La Bastida de Bellera es un antiguo pueblo del municipio de Sarroca de Bellera, en la comarca del Pallars Jussà, Lleida. Está situado en la parte oriental del término, casi junto al enclave de Larén, del término municipal de Senterada. Está en un pequeño cerro bajo el Tossal, en el encuentro de la Sierra de la Bastida y del Serrat Segur, dominando el valle del barranco de Sant Genís, queda casi en frente, a poniente suyo, del antiguo monasterio de Sant Genís de Bellera. 

A 650 metros al sudeste del pueblo, sobre el barranco de Sant Genís, se encuentra el puente románico llamado Puente del Diablo, que unía la Bastida de Bellera con el monasterio de Sant Genís de Bellera. 

A pesar de su despoblamiento, Joan Bellmunt recogió en 1994 el nombre de las casas del pueblo: Abadia (que podría ser la antigua rectoría), casa Antoni, casa Casero, Can Cazo, Cal Ermengol, Cal Jepet, Can Junico, Can Magí, Cal Mateu, casa Pallarès y casa Ricou. 

El topónimo Bastida hace referencia a un lugar elevado desde el que se practicaban tareas de guardia; respecto de Bellera, a pesar de la representación de un animal, que más que bien nos parece cabra salvaje, pensamos que no tiene ninguna relación con la actividad cinegética, de pasto o de ganadería.

Ampliar La casa Ricou, fue la más pudiente del pueblo.

La casa Ricou, fue la más pudiente del pueblo.

Faustino Calderón

La iglesia del pueblo, parroquial, está dedicada a san Sebastián (patronaje puesto después del ataque de una peste) y llegó a ser suficientemente importante: tenía 7 altares. A 1,5 km del pueblo, además, se encuentra la ermita de la Virgen de Bellera, al sudeste, siguiendo la cresta de la Sierra de la Bastida. Se trata de un nombre románico descriptivo: la Bastida indica la existencia de un pequeño castillo subsidiario de otro mayor e importante. Bellera indica el territorio al que pertenecía: la baronía de Bellera. 

La iglesia con torre campanario y cementerio frente a la fachada, consta, a nivel de planta, de tres naves separadas por arcos torales y cubierta de bóveda de cañón. Los arcos torales arrancan de unas ménsulas en forma de voluta situadas al nivel de la cornisa sobre los arcos de separación de las naves laterales. Éstas están cubiertas también por bóveda de cañón. Tribuna en los pies. 

El campanario es una torre cuadrada de dos cuerpos separados por cornisa de piedra y ventanas de arco de medio punto. La fachada tiene una puerta de arco de medio punto dovelada y encima un pequeño rosetón. Sobre el altar, existe una cruz datada de 1984

Ampliar Casa Junico, la ultima vivienda que dejo el pueblo.

Casa Junico, la ultima vivienda que dejo el pueblo.

Faustino Calderón

Historia de La Bastida de Bellera

La Bastida de Bellera consta ya en 1381 dentro de la baronía de Bellera; en ese momento tenía 3 fuegos (unos 15 habitantes). A la extinción de los señoríos ( 1831 ), estaba en manos de Bernat d'Oms, comandante de caballería catalana. 

Fue uno de los muchos pueblos pallareses que en 1812 tuvieron ayuntamiento propio, a raíz del despliegue de los preceptos de la Constitución de Cádiz, pero que lo perdió en febrero de 1847, ya que no llegaba al mínimo de 30 vecinos que exigía la ley municipal de 1845. 

Así, en febrero de 1847 fue agregado a Sarroca de Bellera, junto con Iglesias, y entre los tres pueblos y el caserío de Vilella sumaron los 36 vecinos requeridos. En 1845 constan 25 habitantes, que habían pasado a ser 6 en 1970 y hacia 1994, año en el que pasó a ser un pueblo abandonado.

Ampliar Casa Guillen.

Casa Guillen.

Faustino Calderón

Pascual Madoz Ibañez (Pamplona-Iruñea 1806 - Génova 1870) , en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar (Madrid, 1845-50), incluye un artículo sobre La Bastida de Bellera, donde explica: “Que el pueblo está en lo alto de una colina, con libre ventilación y clima propenso a inflamaciones y catarros bronquiales. Tenía 10 casas de un solo piso, 8 de ellas en torno a una plazoleta, con la iglesia parroquial de San Sebastián, y 2 más a 10 pasos de distancia. 

El terreno del pueblo es en parte montañoso y en parte llano; es escabroso y de mala calidad. Hay bosques de encinas y robles que se utilizaban para leña, y una pequeña huerta regada por el río de Sarroca a través de una acequia. 

Menciona el barranco de Sant Genís, pero dice que las aguas son tan profundas, que no se pueden aprovechar, y hace una mención del puente, sin decir su nombre. Se producía trigo, cebada, patatas, legumbres, frutas, pasas y cáñamo. De ganado, vacas, ovejas y caballos. Había cacería, sobre todo de liebres, perdices y conejos. La población era de 6 vecinos (cabezas de familia) y 25 almas (habitantes)”.

En la Bastida llegaron a conocer la luz eléctrica, pero solo ya cuando quedaban tres familias viviendo en el pueblo. Para sufragar la acometida se hizo una buena venta de leña aprovechando la gran cantidad de robles y encinas que había en la zona, y con lo recaudado y una aportación que hizo la Diputacion de Lleida, la Bastida pudo disfrutar de este servicio en los últimos años de vida. 

No ocurrió lo mismo con el agua que no solo no llego nunca a las casas, sino que fue uno de los grandes quebraderos de cabeza de los vecinos del pueblo, debido a que la fuente que tenían se secaba con frecuencia, por lo que la gente tenia que ir a buscar el agua al nacimiento, que estaba a media hora andando. Debido a esta falta de agua en la Bastida había un dicho popular: “Los bueyes de la Bastida una semana comen y otra beben”.

Ampliar Iglesia de San Sebastián.

Iglesia de San Sebastián.

Faustino Calderón

La fiesta mayor era el 20 de enero en honor a su patrón San Sebastia, fiestas que repetían el cuarto domingo de septiembre y el lunes posterior. No había procesión y los actos consistían en una misa y una comida con los parientes venidos de fuera y el baile en la plaza a la luz de los candiles de carburo, amenizados unas veces con un acordeonista de Isona y otras veces por un acordeonista de Cabdella. 

En la rectoría había una escuela que era pagada por los padres, que contrataban a una muchacha que estuviera estudiando magisterio pero que no ejerciera todavía para dar las clases, a ella le iba bien porque sacaba algún dinerillo y los niños de la Bastida se evitaban tener que bajar a la de Sarroca, acudían también los niños de Larén, Santa Coloma y Erdo.

El cura subía desde Sarroca de Bellera, lo mismo que el cartero, mientras que el medico y el herrero venían de Senterada. Sarroca y Senterada eran sus salidas naturales al exterior y así iban indistintamente a cualquier de los pueblos a moler el grano como a coger el coche de línea, cuando se tenían que desplazar a la Pobla de Segur, aunque ya en Senterada había ya buen comercio en esos tiempos. 

A la Bastida de vez en cuando subía el señor Lluça en un burro que vendía ropa, hilo, paños, agujas, y demás cosas de este tipo. También en las temporadas de la cerezas subían desde Erinyá unas mujeres en un burro a vender las cerezas que eran de una extraordinaria calidad. 

Así transcurrían los años en la Bastida, pero la emigración se iba haciendo notar tanto en el pueblo como en todo el municipio de Sarroca de Bellera y el pueblo fue mermando de población poco a poco en los años 50, la gente fue vendiendo el ganado y se fueron marchando hacia Barcelona y Lleida principalmente, siendo Dolores Buñech de casa Junico, casada de segundas y sus hijos los últimos que se marcharon de la Bastida de Bellera, era el año 1964.

Ampliar Interior de la iglesia de Sant Sebastià con el altar mayor al fondo, de su importancia daba cuenta que llego a tener siete capillas laterales.

Interior de la iglesia de Sant Sebastià con el altar mayor al fondo, de su importancia daba cuenta que llego a tener siete capillas laterales.

Faustino Calderón

Ermita de Santa Maria de Bellera

Es una ermita románica del pueblo de la Bastida de Bellera, perteneciente al término de Sarroca de Bellera, del Pallars Jussà. Está situada en una colina de 1.072,2 m de altitud, a 1,5 km al sudeste de la Bastida de Bellera, en la Sierra de la Bastida. No se tienen noticias documentales de esta iglesia, aunque por su aparato constructivo es obra del siglo XI. 

El edificio amenaza ruina, sobre todo por el lado de levante. Es pequeña, de una sola nave, con bóveda de cañón reforzada por dos arcos torales. El ábside, semicircular, está casi totalmente destruido. 

La puerta está en la fachada de poniente; es de arco de medio punto. El interior es pequeño, irregular, rústico, dispuesto en hiladas que desean ser regulares. Todo ello muestra una obra sencilla, rural, del siglo XI .

Ampliar Puerta de entrada a la iglesia donde se puede ver que la destrucción casi a tapado la entrada.

Puerta de entrada a la iglesia donde se puede ver que la destrucción casi a tapado la entrada.

Faustino Calderón

El barranco de Sant Genís

Es un barranco, afluente del Flamisell. Comienza su recorrido en el término de Sarroca de Bellera, después transcurre entre este municipio y el de Senterada, en su enclave de Larén, después entre Sarroca de Bellera y la Torre de Cabdella, y, finalmente, entra del todo en este último término. Nacimiento del barranco de Sant Genís, justo antes de que comience su curso como barranco. 

Nace en la Cuadra de Erdo, al noroeste de Larén, cerca de la Borda de Erdo, donde se juntan el barranco de las Crastas con otros barrancos de montaña, y dan paso al barranco de Sant Genís. Su curso es marcadamente hacia el sur, pero decantándose siempre un poco hacia levante. 

Después de dejar atrás Larén y recibir por la izquierda el barranco de la Collada, pasa por debajo ya delante de la Bastida de Bellera, y al poco pasa por debajo del Puente del Diablo, lugar donde el río pasa por una profunda garganta muy espectacular, de bastante longitud. 

En este lugar se encuentra, en el noreste, los restos del antiguo monasterio de Sant Genís de Bellera, en el lugar conocido como las Bordes de Torres. Al poco recibe por la izquierda el barranco del Grau; ambos barrancos marcan los límites laterales del enclave de Larén. 

Poco después recibe todavía por la izquierda las lazos de Els Plans, de las Marginadas, del Artic. de las Bordes y de la Monaca. Ya al final de su recorrido pasa por el noreste de la Masía de Beneta, donde se encuentran la iglesia de Sant Pere Màrtir y la Borda de Batllevell. Poco después se vierte en el Flamisell, en el extremo sur del término de la Torre de Cabdella, dentro de su antiguo término de la Pobleta de Bellveí .

Ampliar En La Bastida casi todas las casas ya no se mantienen en pie.

En La Bastida casi todas las casas ya no se mantienen en pie.

Faustino Calderón

El Puente del Diablo de Sarroca de Bellera

Es un puente románico que unía el monasterio de Sant Genís de Bellera con el pueblo de la Bastida de Bellera salvando el barranco de Sant Genís, de notable profundidad en este sitio. El puente tiene su arranque este en término de Senterada, dentro del enclave de Larén, y el oeste en el de Sarroca de Ballera, ambos términos del Pallars Jussà. 

Es accesible desde la Bastida de Bellera; desde este pueblo abandonado, hay que seguir un camino que desciende hacia el sudeste, paralelo al barranco de Sant Genís, y no abandonarlo nunca hasta encontrar el puente, a pesar de que el camino más trillado abandona el borde del río para encaramarse hacia la ermita de Santa María de Bellera. 

El puente, posiblemente construido por los monjes de Sant Genís, se levanta 46,7 metros por encima del cauce del barranco, es de un solo ojo. Mide 2 metros de ancho, 15,6 de largo, y la luz del arco único es de 7 metros. El ojo está formado por una gran arcada semicircular. 

Las dovelas que forman el arco son grandes, bien trabajadas y escuadradas. Los sillares que forman el resto del puente son más pequeños y menos trabajados, muy bien dispuestos en hileras. Estas hileras son más perfectas en el lado meridional, y menos, con espacios rellenados con piedras que hacen de cuña, en el septentrional. También en el lado norte hay un pedazo de puente reconstruido, seguramente en una época muy cercana a la nuestra. 

Los estudiosos que han desarrollado trabajos sobre el puente sitúan su construcción en el siglo XI. Sin embargo, su uso no estaba restringido al monasterio: era un paso frecuente para carboneros, ganaderos, arrieros y viajeros en general que quisieran llegar a Senterada desde las montañas del noreste, por donde discurrían los caminos que unían los dos Pallares.

Ampliar La calle Les Voltes subiendo desde la iglesia a la plaza.

La calle Les Voltes subiendo desde la iglesia a la plaza.

Faustino Calderón

Como su nombre descriptivo hace intuir, la Bastida remonta su origen a la baja edad media cuando se construyó un núcleo urbano amurallado, de planta poligonal adaptada al perímetro del promontorio donde se levantó, a 1253 m de altura. Se trata de una villa cerrada que ya existía en 1381 y que a pesar de que hoy esté derruida todavía permite apreciar sus características. 

En el extremo sur se levanta la iglesia de San Sebastián con el campanario característico que identifica al pueblo dominante toda la vertiente sur de la Sierra y la vista de un lado hacia Estavill y hacia Sarroca de Bellera del otro.

El pueblo se construyó a partir de una plaza central en la que daban la mayor parte de las casas que tenían la puerta de acceso. Si en el siglo XIV tenía 3 fuegos, a mediados del XIX Madoz explica que había 8 con acceso a la plaza y dos un poco más allá. De la Plaza Mayor, la calle de Les Voltes, la única, atravesaba el pueblo hasta la iglesia por debajo de Casa Ricou, la más acaudalada del pueblo. por completo y amenaza ruina inmediata. 

El avance inexorable hacia el abandono sin duda tuvo mucho que ver con la dureza de las condiciones de vida en aquellos lugares sin servicios y sin comunicaciones, aisladas. No había carretera sólo senderos y caminos de alcance. 

El avance inexorable hacia el abandono sin duda tuvo mucho que ver con la dureza de las condiciones de vida

La pista actual que lo enlaza con el camino asfaltado que lleva a Erdo y Vilella se abrió una vez que el pueblo ya estaba abandonado y ya no quedaban vecinos. Los últimos en abandonar el pueblo parecen ser los de Casa Junico a mediados de los sesenta.

Ampliar Detrás de casa derruida se a puede ver lo que queda del campanario de la iglesia.

Detrás de casa derruida se a puede ver lo que queda del campanario de la iglesia.

Faustino Calderón

Lograremos llegar al antiguo cementerio frente a la puerta de la iglesia de San Sebastián. Nos abrimos paso entre montones de escombros y vigas desgajadas por obra de una carcoma que se propuso debilitar todas las del pueblo y consumar el progresivo derrumbe general. 

El templo tampoco había podido librarse de la carcoma y, peor aún, de la carcoma humana. Furtivos, coleccionistas de antigüedades, profanadores de tumbas, habituales del vandalismo o simples inconscientes, ¿ve a saber qué tipo de depredador de patrimonio empezó la derrota?

Ampliar Vista del pueblo desde el camino que llega desde Senterada.

Vista del pueblo desde el camino que llega desde Senterada.

Faustino Calderón

En una de las capillas laterales, que aún conserva el altar de obra, una tumba de grandes dimensiones aparecía profanada torpemente, como si se hubiera abierto a mazo, no tanto con afán profanador buscando una supuesta cripta, sino más bien destructor. 

¿Quién sabe dónde puede estar la lápida que debía haber, a no ser que todavía esté desmenuzada entre los escombros? Ménsulas y fragmentos de moldura de cornisa de la decoración de la nave y de los altares arrojadas sobre el montón de escombros, dovelas de arcada desaparecidas... 

Las tejas de la cubierta, como todas las del pueblo, se habían ido estropeando y los arcos torales no habían podido sostener la bóveda de la nave central, que ya tenía un boquete. El tejado del campanario cuadrado había caído y una grieta de tres centímetros sigue el campanario, de dos cuerpos, de arriba abajo desgajándolo en dos mitades. 

Las vigas del corazón habían cedido derrumbándolo y la vegetación que crece abre los muros de la nave, como en la fachada principal con la puerta de arco de medio punto dovelado con menos dovelas de las que había tenido antes de la destrucción. Encima un rosetón sin cristales sigue orgulloso iluminando la iglesia a pesar de la feroz competencia de socavones, grietas y escombros que se iban multiplicando en la tarea iluminadora.

Ampliar Desde la plaza se puede ver el arco de una casa derruida completamente.

Desde la plaza se puede ver el arco de una casa derruida completamente.

Faustino Calderón
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