* Los autores forman parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
Sant Romà de Tavèrnoles es un antiguo pueblo en ruinas, sólo se puede acceder a pie cruzando el puente de Gulleri, a unos 6 km de Llavorsí y que sube recto pasando entre los restos del monasterio de Vellanega.
Encaramado en una ladera que desciende de la Pica del Águila a 1275 metros de altitud, en las vertientes orientales del fregadero del Águila, dominando la orilla derecha del Noguera Pallaresa, frente a la confluencia con la Romadriu, se encuentra el pueblo de Sant Romà de Tavèrnoles, comarca de Pallars Sobirà, Lleida.
El término fue incorporado a Llavorsí en 1847. La iglesia de Sant Quirze, sufragánea de la de Rodés, es un pequeño edificio de piedra con campanario de espadaña. Pertenecía al vecino monasterio de Vellanega y, desde 1093, al de Sant Serni de Tavèrnoles. Al extinguirse este monasterio en 1592, la señoría de Sant Romà pasó al seminario de la Seu d'Urgell, que todavía la poseía en 1831.
La última casa habitada fue Cal Batlle, donde vivían Cinto y Teresa. A finales de los años noventa del siglo XX todavía estaban allí. Con más de setenta años, Cinto bajaba cada día hasta la palanca de Gulleri con la mula cargada de las grandes lecheras llenas. Por cierto, a través del puente de Gulleri, solo apto para personas y caballerías, que cruza el Noguera Pallaresa.
Cinto fue un hombre muy apegado a su tierra y nunca quiso marcharse ante la incertidumbre de lo que podía encontrar fuera de su pueblo, y a pesar de tener trabajo asegurado en Llavorsi, no abandono nunca Sant Romà hasta el día de su fallecimiento.
La última casa habitada fue Cal Batlle, donde vivían Cinto y Teresa
A partir de esa fecha su mujer y su hija pensaron que ya no había nada que hacer en el pueblo y decidieron bajarse a vivir a Sort. A partir de aquí se produjo el consabido y habitual expolio de lo que quedaba por el pueblo. Así se acabó la vida para este bonito y pintoresco agregado de Llavorsi. Aunque en 2001 había un habitante censado, actualmente hay que considerarlo despoblado, dado que nadie vive y las casas están todas en ruinas.
El pueblo tenía la iglesia de Sant Quirze de Sant Romà de Tavèrnoles, con campanario de espadaña, hoy en día medio en ruinas. Aparte de la iglesia, formaban los pueblos las casas de Ca l'Andreu, Cal Batlle, Cal Blasi y Cal Malló.

Casa Curiós de Sant Roma de Tavèrnoles.
En las afueras del pueblo estaba la antigua abadía benedictina del monasterio de Sant Pere de Vellànega ya mencionada en el año 969 y de la que hoy quedan muy pocos restos, en las Bordes de Vellànega. El pueblo toma el nombre de la antigua parroquia, abogada a San Romà; la segunda parte, Tavèrnoles, es una palabra de origen románico, del latítabernulas (tiendas).
A pesar de la actual migración del pueblo, la memoria popular del país conserva el nombre de hasta trece casas, la mayoría de las cuales hoy en día son en ruinas. Estaban dispuestas de forma longitudinal en una ladera resguardada del viento del norte. Las casas del pueblo eran: Casa Andrés, Casa Batlle, Casa Blasi, Casa Curiòs, Casa Felipe, Casa Horno, Casa Jepó, Casa Malet, Casa Mallo, La Rectoría, Casa Sabiel, Casa Serie y Casa Toni.

Calle de Sant Romà de Tavèrnoles.
Pascual Madoz dedica un artículo de su Diccionario geográfico, publicado entre 1845 y 1850, a Sant Romà de Tavèrnoles.
“Es una localidad del distrito municipal de Llavorsí, situada en la vertiente de una montaña muy alta, con clima muy frío. Tenía en ese momento 9 casas y la iglesia de Sant Quirze, anexa de la parroquia de Rodés. El territorio es flojo, pedregoso y montañoso. Se cosechaba centeno, patatas y hierba. Había ganado de todo tipo, especialmente vacuno y cacería de liebres y de perdices. Contaba con 6 vecinos (cabezas de casa) y 26 almas (habitantes)”. El futuro del pueblo no era muy halagüeño ante tanta incomodidad, faltaba lo más básico como la luz eléctrica el agua y una carretera que estuvo proyectada pero nunca llego, lo que hizo que la gente se fueran marchando hacia distintos lugares, Lleida, Tremp, Andorra, Rialp e incluso algunos a Francia. Celebraban las fiestas patronales el tercer domingo de octubre en honor a Sant Quirze, pero después de la guerra civil ya no se celebro fiesta alguna, debido a que la población había menguado mucho y además las pocas familias que quedaban en el pueblo no quisieron continuar con la tradición festiva, además en algunas casas se guardaba luto por algún familiar“.

Iglesia de Sant Quirze.
”El médico llegaba para casos muy extremos desde Sort, y había que bajar a buscarlo con una mula al puente de Gulleri. El cartero acudía una vez al mes, que venía desde Rialp. El cura acudía a celebrar oficios religiosos desde el pueblo de Surb y después tenía que acudir desde Llavorsí. La gente del pueblo siempre tenían que hacer grandes recorridos andando o con caballerías por caminos estrechos y difíciles para llegar a cualquier pueblo. El pueblo que más contacto tenían era Rialp para servicios, hasta aquí bajaban los vecinos de Sant Romà a moler el grano y a la feria del ganado, los jóvenes los domingos bajaban hasta allí porque celebraban unos bailes muy animados. A Sort el pueblo más importante de la comarca bajaban los martes, que era el día del mercado donde iban a vender lo poco que tenían, y a su vez compraban productos de primera necesidad, que no tenían en Sant Romà. Algunos topónimos de los lugares comunes de Sant Romà de Tavèrnoles que quedaran para siempre en el recuerdo de las gentes que habitaron el pueblo: Agulleri, Ambello, Cabanerto, El Segalas, Font de la Romera, Font Vella L’Aubag, La Cultia, La Fenera, La Mina, La Solana, Roca de L’Aliga, Roca la Osa, Sinponti“.

Casa Mallo.
Recupero también unas líneas escritas de la escritora Marta Alòs en que hacen referencia a Sant Romà:
“Al pueblo de Sant Romà de Tavèrnoles conocido popularmente como ”Sant Romà“ situado dentro del término municipal de Llavorsí, en la comarca del Pallars Sobirà. El pueblo se encuentra a más de mil doscientos metros de altitud, en la parte oriental del Noguera Pallaresa y está deshabitado desde el año 2011, aunque el abandono progresivo se produjo durante el siglo XX debido a la falta de servicios básicos como la luz y el gas, o infraestructuras como la carretera de acceso al pueblo, que fue construida. Sant Romà, los de la comarca siempre le han acortado el nombre, está deshabitado desde el año 1994, cuando todavía vivía una familia, los de casa Batlle. Me cuentan que el hombre de la casa bajaba y subía cada mañana a lomos de un burro para vender leche. Me imagino cómo deberían ir las lecheras arriba y abajo por aquellos zigzags de pizarra en medio del invierno. Aquello sí que era trabajar duro, hiciera frío o calor, aquella gente de montaña sabía lo que era ganarse el pan con el sudor, o el hielo, de su frente”.
Caminar por las calles de este pueblo abandonado es acercarse a unas casas, la mayoría derrumbadas, en un estado de conservación penoso
"Caminar por las calles de este pueblo abandonado es acercarse a unas casas, la mayoría derrumbadas, en un estado de conservación penoso, pero que un día señorearon las montañas y que, seguro, provocaron la envidia de muchos vecinos del valle del Romadriu. El progreso y la incomprensión de muchos dirigentes de nuestro país se llevó por delante casa Blasi, casa Batlle, casa Malló, casa Toni, casa Curioso, casa Felipe, casa Andreu, casa Horno, casa Jepó, casa Sabiel, casa Malet, casa Serió y la Rectoría. Todas, sin dejarme ninguna, lloran desconsoladas en medio de un silencio abrumador. Casas desvencijadas, paredes derribadas por la fuerza del tiempo. El lavadero casi desaparecido y el bebedero, donde está grabada en una piedra la fecha 1948, contempla una fuente por la que un día brotaba el agua de la misma roca. En la iglesia de Sant Quirze, con un campanario de espadaña medio derrumbado, el arañazo del tiempo también le ha pasado factura. La iglesia pertenece a un pueblo que, como otros pueblos perdidos, también espera. Con serenidad. Con la paciencia que sólo los pacientes poseen. Pueblos que saben que, pese a la apariencia de abandono, los que un día tuvieron que irse volverán. Quizás con otras caras y dentro de otros cuerpos, pero con la misma nostalgia de cuando dejaron esas paredes ahora derruidas. Y el pueblo estará allí, esperándoles con los brazos abiertos. Porque, nadie, nadie, olvida lo que ama. El clamor silencioso de las piedras cuando las personas abandonan un pueblo, los gorriones huyen”.

Parte trasera del horno de pan.
Al ver tantos pueblos abandonados o mejor dicho deshabitados, recojo unas palabras escritas de la escritora de Tremp Maria Barbal sobre el abandonados de los pueblos:
“Son muchos los lugares abandonados a causa del despoblamiento. El recuerdo no muere hasta que hay memoria, pero el lugar deshabitado se convierte en un espacio de silencios, de ausencias, de vacíos, que configuran un presente sin continuidad. El lugar desolado genera recuerdos antiguos de que la literatura es capaz de transmitir perennemente. El presente es el vacío, la verificación de la ausencia. La literatura también se genera en la contemplación del vacío y de la ausencia, con una pregunta abierta sobre la perdida cotidianidad. Literatura desde el presente vivo, desde el recuerdo pasado o desde la mirada a las casas que se enrutan hasta convertirse en piedras colgadas de zarzales. El encadenamiento que nos lleva de la vida a la muerte de un sitio“.
Son muchos los lugares abandonados a causa del despoblamiento. El recuerdo no muere hasta que hay memoria
”Los lugares se abandonan cuando ya no puede o no quiere vivir nadie, la juventud huye, y los viejos que quedan, por no tener que naufragar lejos, simbolizan la ruptura absoluta de las experiencias y de la propia historia. El arraigo que un día las personas sintieron por el lugar se convierte en un sentimiento olvidado, y sólo los restos ayudan a saber que allí se había levantado un núcleo, con cuatro casas, corrales y establos, una iglesia y un cementerio, como cobijo de la vida y también de la muerte. Lugares y pueblos que mueren por abdicación, pero también pueblos que terminaron colgados de agua, destruidos o dinamitados antes por más malevolencia, generando un drama colectivo. Todos los recuerdos se descabezaron un mismo día, sin goteo. El luto y los sentimientos por la profanación del espacio físico del recuerdo también mueren. Sólo persisten sobre los escombros o en el relato literario”.

El empinado camino para subir a Sant Romà.
Sant Pere de Vellanega
Cerca del pueblo de Sant Romà de Tavèrnoles están los escasos restos del monasterio de Vellanega, antigua abadía benedictina San Pere de Vellanega fue cedida al monasterio de Sant Serni de Tavèrnoles y desde entonces sus abades se titulaban también abades de Vellanega, se convirtió en simple priorato desde 1093 y tenía todavía cierta vida monástica en 1268; desde el siglo XIV fue sólo una posesión regida por un clérigo.
El monasterio de Sant Pere de Vellanega, del que no se conocen vestigios arquitectónicos, es uno de los monasterios que existían en el Pallars en el siglo X y que pronto decayeron, o se pusieron en la órbita de casas más poderosas.
La mención más antigua que conocemos de este monasterio data del año 969, cuando su abad Sal-la presentó ante los condes de Pallars, Ramon, Borrell y Sunyer, para reclamar por el robo de unas vacas del monasterio.
La mención más antigua que conocemos de este monasterio data del año 969
La vida en ese momento ya debió de ser bastante migrada, porque siete años después, en el año 976, los mismos condes hacían donación del monasterio, sin abad, a la abadía de Sant Serni de Tavèrnoles.
A finales de este siglo X, el conde Borrell dejó en su testamento un alodio en Sant Pere in Villa Necha. La adscripción a Sant Serni de Tavèrnoles del 976 debía presentar algún tipo de problemas, pues en su Viage Literario J. Villanueva habla de un abad Ponç, activo en el año 1021, y un abad Pedro de fecha desconocida, lo que pone de manifiesto una independencia de la casa de Vellanega.
Sin embargo, en 1093 se documenta una nueva unión con Sant Serni de Tavèrnoles, pasando a ser definitivamente un simple priorato del monasterio urgellés. En 1268 todavía tenía vida monástica, que se mantenía en la visita arzobispal de 1314, en la que se habla de San Pedro como “ecclesie sive monasterium”, con un prior y un solo monje, Juan, incorporada al decanato de Montenartró. En la décima de 1391, dentro del decanato de Cardós, el prior de Vellanega pagaba 3 libras y 3 sueldos.
En el momento de redactarse el Spill del vizcondado de Castellbò, a principios del siglo XVI, el priorato, de la orden de san Benito, "es claustral y súbdito del monasterio y abad de Sant Serni de Tavèrnoles. En dicho Priorat es el lugar de Sent Romano y el valle llamado Vall Spir”. En el propio Spill se especifica que era “situado en el Río Madriu, cerca del río Noguera Pallaresa, en la parte de tramuntana”.

Entrando a Sant Romà.
Virgen de Biuse
Al sur de Llavorsí, encaramado en una ladera que desciende de Baladredo, sobre la orilla izquierda del Noguera Pallaresa, está el santuario de la Virgen de Biuse, simple edificio sin campanario ni ábside decorado con pinturas en el interior. El segundo domingo de mayo hay un encuentro muy concurrido en el que se reparte, después de la misa, un pan de cuarto de kilo a los asistentes (la caridad de Biuse). El lugar corresponde al antiguo castillo de Biuse del condado de Pallars.
En 1985 se encontraron un gran número de piezas de la edad de bronce cerca de esta ermita. Sobre la orilla izquierda del Noguera Pallaresa, está el santuario de la Virgen de Biuse, simple edificio sin campanario ni ábside decorado con pinturas en el interior.
El majestuoso santuario de la Mare de Déu de Biuse, en Biuse, es una capilla de exterior barroco que sin embargo alberga restos de pinturas murales románicas y un retablo de estilo bizantino. Se alza sobre las ruines del castillo de la antigua villa de Biuse, que están dispersas por alrededor de este cerro de terrazas escalonadas. Está situada a 1.250 metros de altitud, lo que garantiza unas vistas impresionantes del Pirineo leridano a quien se anime a subir.

Casa Batlle fue la última casa en abandonar Sant Romà.
La antigua mina
En Sant Romà de Tavèrnoles hay una antigua mina, situada entre los materiales del Ordoviciano. Las mineralizaciones se relacionan con la existencia de filones de cuarzo (con minerales de cobre) encajonados entre los esquistos ordovicianos. Los minerales presentes son calcopirita: galena, pirita, cuprita, goethita, hematitas, tenorita, azurita, calcita, malaquita y cuarzo.
Esta zona es interesante porque permite una buena observación tanto de los materiales de la serie cambro-ordoviciana como los gneiss infrayacentes. Estos materiales plantean una serie de problemas geológicos de interés.
La edad y la relación de los gneiss con el resto de materiales cambro-ordovicianos son objeto de controversia. Para algunos autores los gneiss representarían un antiguo zócalo granítico pre-herciniano (¿precámbrico?), deformado durante la orogenia herciniana, sobre lo que se habrían depositado discordantemente los materiales camarianos y/o ordovicianos Por otros derivarían de una intrusión granítica anterior a la deformación herciniana principal y posterior por tanto a los materiales cambroodovicianos. En este caso su edad debería estar comprendida entre el Ordoviciano superior y el Carbonífero.
Por otra parte, la edad de los materiales cambro-ordovicianos tampoco está bien establecida y se les atribuye una edad cambriana y/o ordoviciana. Este punto es también clave para evaluar la significación de la discordancia de los materiales del Ordoviciano superior, que se reconoce en áreas cercanas, así como para establecer la relación con los gneiss infrayacentes (¿contacto discordante o intrusivo?).
Estos materiales más antiguos son sin embargo los que forman los relieves más altos. Este aparente paradoja se debe a la presencia, entre otras estructuras, de pliegos de dimensiones kilométricas que han provocado el levantamiento de estos materiales y la posterior erosión de los suprayacentes.
Cabe destacar también la presencia de importantes mineralizaciones de As en los niveles más inferiores de la serie cambro-ordoviciana y que fueron objeto de una intensa explotación durante las primeras décadas del siglo pasado en todo el prepirineo.
¿Quieres saber más?Enlaces de interés
1https://www.enciclopedia.cat/catalunya-romanica/sant-pere-de-vellanega-llavorsi
2https://www.lospueblosdeshabitados.net/2012/01/sant-roma-de-tavernoles-lleida.html
3https://www.poblesabandonats.cat/fitxes/192

Puente de Gulleri sobre el río Noguera Pallaresa.
¡Participa!
¿Quieres mostrar tus fotografías?
Los interesados en participar en Las Fotos de los Lectores tan solo deben escribir un email a la dirección de correo de nuestra sección de Participación ([email protected]) adjuntando la fotografía, explicando detalles de cómo y dónde fue tomada y aportando los datos del autor para la firma de la imagen. Es importante indicar en el asunto del correo: ´Fotos de los Lectores´.