* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
La provincia de Cuenca alberga en su relieve escarpado y su rica biodiversidad un santuario para una de las aves carroñeras más emblemáticas de la península ibérica: el buitre leonado.
En el término municipal de Arguisuelas, el Risco de las Higueras se erige como un punto de observación privilegiado y un hábitat vital para estas magníficas aves, como veremos en este reportaje en Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia.
Vista general del Risco de las Higueras, un paisaje escarpado y boscoso ideal para el buitre leonado.
Desde la cima del Risco de las Higueras, con su vegetación de monte bajo y sus formaciones rocosas, se domina un paisaje de serranía que se extiende hasta el horizonte.
Este entorno, caracterizado por sus fuertes pendientes y la presencia de densos bosques de pino y encina, ofrece las condiciones perfectas para la vida del buitre leonado.
La amplitud visual y las corrientes térmicas que se generan en estas laderas son cruciales para que estas grandes aves puedan planear y localizar alimento sin esfuerzo, una estampa que cautiva a cualquier visitante.
Varios buitres leonados posados en las cimas rocosas del Risco de las Higueras, su lugar de descanso y vigilancia.
El Risco de las Higueras es, en esencia, una gran buitrera. Las paredes verticales y los salientes de las rocas son elegidos por los buitres para establecer sus nidos.
La tranquilidad y la inaccesibilidad de estos cantiles rocosos ofrecen la protección necesaria para la cría.
Como se aprecia en la imagen, varios ejemplares utilizan las crestas rocosas no solo para anidar, sino también como posaderos, un lugar donde descansar, secar sus alas y vigilar su territorio.
Emprendiendo el vuelo
Antes de emprender el vuelo, los buitres se sitúan estratégicamente en el borde de la roca. Su gran envergadura (que puede superar los 2,50 metros) requiere de un empuje inicial y, preferiblemente, de corrientes de aire ascendentes para elevarse. Las fotos capturan ese momento de tensión y concentración, donde el ave se prepara para pasar de un paso firme a un majestuoso planeo.
Buitre leonado al borde del despegue, aprovechando la altura para levantar el vuelo.
Antes de emprender el vuelo, los buitres se sitúan estratégicamente en el borde de la roca. Su gran envergadura (que puede superar los 2,50 metros) requiere de un empuje inicial y, preferiblemente, de corrientes de aire ascendentes para elevarse. Las fotos capturan ese momento de tensión y concentración, donde el ave se prepara para pasar de un paso firme a un majestuoso planeo.
Buitre leonado a punto de volar.
Finalmente, una vez en el aire, el buitre leonado despliega toda su espectacularidad. Esta imagen, con el carroñero planeando sobre el frondoso valle, resume la simbiosis perfecta entre el ave y su entorno.
Los buitres leonados son carroñeros esenciales en el ecosistema, actuando como la “policía sanitaria” de la montaña. Su presencia en el Risco de las Higueras es un indicador de la buena salud del hábitat y de la continuidad de las prácticas ganaderas extensivas en las cercanías, que proveen la carroña de la que se alimentan.
El Risco de las Higueras en Arguisuelas no es solo un accidente geográfico; es un punto neurálgico para la supervivencia y conservación del buitre leonado, ofreciendo a quienes lo visitan la inolvidable experiencia de observar al señor del aire en su propio, e imponente, hogar natural.
Un buitre leonado en pleno vuelo sobre el valle, mostrando la espectacularidad de su plumaje y envergadura.
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