Praxíteles, renovador de la escultura clásica

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Sus obras están caracterizadas por la 'kharis' o gracia ática y la curva praxiteliana, con elegante contrapposto

Tres esculturas del estilo de Praxíteles.

Tres esculturas del estilo de Praxíteles.

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* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia

Con la obra de Praxíteles de Atenas (395 - 330 a. C.)  la escultura griega evoluciona desde el clasicismo hacia una especie de anticipado manierismo, al acentuar el sensualismo.

Sus obras están caracterizadas por la llamada kharis o gracia ática y la llamada “curva praxiteliana” consistente en un elegante contrapposto.

Artistas como PraxÍteles, Escopas y Lisipo lideran la transición del arte clásico a la escultura griega helenística que introduce nuevos temas como los niños, la vejez, personajes de clases sociales diversas, con emociones, dinamismo y movimiento intenso.

Hijo del escultor ateniense Cefisodoto el Viejo, a quien conocemos por las réplicas del grupo alegórico Eirene y Pluto (La paz trayendo la abundancia) que pudo inspirarle para la obra de su hijo Hermes y el niño Dioniso.

Irene portando a Pluto.

Irene portando a Pluto, de Cefisodoto el Viejo.

Gliptoteca de Múnich (Inv. 219)

Praxíteles trabajó en el siglo IV. Era rico y gozaba de consideración social. Se comenta que su relación con la cortesana Frine le sirvió de modelo de sus esculturas.

Praxíteles sabe exponer la belleza y la elegancia. Representa la sensualidad. Esculpe dioses agradables a la vista, con cuerpos jóvenes de mujeres o efebos.

Obras más conocidas

1. Afrodita saliendo del baño o Afrodita de Cnido

Esta obra fue un escándalo pues la diosa Afrodita mostraba sus encantos sin velo que la cubriera. El carácter humano de lo diosa fue una gran novedad. Fue la estatua mas reproducida.

La Afrodita de Cnido, también conocida como Venus de Praxíteles, fue realizada en torno al 360 a.C. durante el periodo clásico tardío del arte griego. Fue ejecutada en mármol de Paros. La escultura fue encargada por la ciudad de Cnido.

Tipo de Afrodita Cnidia (llamada “Afrodita Braschi”), copia libre (siglo I a. C.) de una estatua votiva de Praxíteles en Cnido (c. 350-340 a. C.).

Tipo de Afrodita Cnidia (llamada “Afrodita Braschi”), copia libre (siglo I a. C.) de una estatua votiva de Praxíteles en Cnido (c. 350-340 a. C.).

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La obra muestra a Afrodita en actitud de preparación para el baño. La diosa está completamente desnuda, de pie, en una postura en contrapposto. Su pierna derecha sostiene el peso del cuerpo, mientras que la izquierda, más relajada, se adelanta sutilmente, generando una ligera curva en S en la silueta, conocida como la curva praxiteliana.

El rostro, ligeramente girado hacia un lado, muestra una expresión serena, y el cabello está recogido en un moño con pequeños rizos sobre la frente. La mirada baja, el gesto recatado y la leve inclinación de la cabeza construyen una expresión contenida.

Praxíteles propone un canon diferente al de Policleto, y en este caso a diferencia del de Lisipo basado en la proporción anatómica . Praxiteles aporta la ligereza de las formas y la búsqueda de gracia femenina, más que de potencia física o simetría rígida.

La Afrodita de Cnido encarna los principales elementos del estilo de Praxíteles:

  • Curva praxiteliana: elegante ondulación del cuerpo, que suaviza la rigidez clásica.

  • Humanización de lo divino: Afrodita ya no es una figura majestuosa e inaccesible, sino una mujer real, cercana, introspectiva.

  • Sensualidad idealizada: la desnudez no es vulgar, sino símbolo de la belleza eterna, al servicio del culto y la admiración estética.

  • Relación emocional: la figura establece una interacción delicada y reflexiva con el espectador.

La escultura tenía una función votiva y religiosa, como representación de la diosa Afrodita, vinculada al amor, la fertilidad y la belleza. A la vez, tenía una función estética y social, al encarnar el nuevo ideal femenino de la época y redefinir el concepto de desnudez en el arte. Una figura femenina idealizada, pero accesible, que humaniza lo divino y acerca lo sagrado a lo cotidiano.

Esta escultura influirá directamente en la tradición escultórica posterior, desde la Venus de Médici y la Venus de Milo, hasta la Venus de Urbino de Tiziano o la Venus de Canova, pasando por todas las representaciones femeninas del Renacimiento y el Neoclasicismo.

2. La Venus de Arlés o Afrodita de Tespias

También conocida por Afrodita Tespias del Museo del Louvre. Descubierta en la antigua ciudad griega de Tespias y datada alrededor del 379 a. C. Es una estatua semidesnuda que representa un paso previo a la desnudez total de la famosa Afrodita de Cnido y es importante por la sensualidad y el naturalismo en la representación del cuerpo femenino, características del estilo de Praxíteles.

La Venus de Arlés puede ser una copia de la Afrodita de Tespias de Praxíteles, encargada por la cortesana Friné.

La Venus de Arlés puede ser una copia de la Afrodita de Tespias de Praxíteles, encargada por la cortesana Friné.

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La escultura se distingue por la “curva praxiteliana”, y el cuerpo se dobla suavemente, creando una sensación de naturalidad y sensualidad .

La estatua es considerada un paso intermedio hacia la desnudez total, marcando un punto de inflexión en la representación del ideal del cuerpo femenino en el arte griego.

3. Hermes con el niño Dioniso en Brazos

El Hermes con el niño Dioniso de Praxíteles es una obra maestra que encapsula la transición hacia una representación más humanizada y naturalista en la escultura griega. La obra no solo refleja la maestría técnica de Praxíteles, sino también su capacidad para capturar la esencia de la interacción humana, incluso en contextos divinos.

El rostro de Hermes refleja una serenidad contemplativa, mientras que la actitud de Dioniso sugiere curiosidad infantil, aportando una dimensión emocional a la obra.

Hermes con el niño Dioniso, por Praxíteles.

Hermes con el niño Dioniso, por Praxíteles.

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La representación de Hermes cuidando de Dioniso puede interpretarse como una metáfora de la transmisión de conocimientos y valores entre generaciones, o como la tutela de una deidad joven por parte de otra más experimentada.

4. Apolo Sauróctono

El estilo del Clasicismo tardío griego, donde se sitúa esta obra, surge tras el esplendor del siglo V a.C., y se extiende hasta la llegada del periodo helenístico en el 323 a.C., con la muerte de Alejandro Magno.

El arte responde con una tendencia hacia lo íntimo, lo emocional y lo sensorial, abandonando en parte los ideales heroicos. Así, los artistas buscan representar a los dioses como seres accesibles, humanos, incluso vulnerables.

La función del Apolo Sauróctono no es religiosa ni propagandística, sino estética y probablemente decorativa, pensada para deleitar y provocar admiración.

Copia del Apolo Sauróctono. Museo del Louvre, París.

Copia del Apolo Sauróctono. Museo del Louvre, París.

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El Apolo Sauróctono constituye una de las obras más significativas del final del clasicismo griego. Un cambio radical en la forma de concebir a las divinidades: no ya como entes majestuosos e inaccesibles, sino como seres próximos, juveniles y lúdicos. Una transición estética hacia el naturalismo emocional que luego dominará el periodo helenístico.

El impacto de esta escultura , influirá en el arte del Renacimiento —particularmente en escultores como Donatello y Cellini— y más adelante en el Neoclasicismo del siglo XVIII.

5. Artemisa de Gabios

La Artemisa de Gabios o Diana de Gabios es una estatua romana de mármol que representa a la diosa Artemisa (Diana en romano), que se atribuye a Praxíteles del siglo IV a.C. Fue hallada en la antigua ciudad de Gabios (Italia) en 1792 y ahora se encuentra en el Museo del Louvre en París.

Copia romana de la Artemisa de Gabios.

Copia romana de la Artemisa de Gabios.

Marie-Lan Nguyen / Wikipedia

La escultura muestra a una mujer ataviada con un quitón (una túnica griega) y se interpreta como Artemisa o Diana. La estatua formó parte de la colección de la familia Borghese. Posteriormente, algunas de estas obras pasaron a la colección del Museo del Louvre, donde la Artemisa de Gabios se conserva en la actualidad. La diosa Artemisa de Praxiteles es una pieza fundamental en el arte clásico.

6. Apolo Licio

Muestra una estatua del dios Apolo descansando en un apoyo (un tronco de árbol o un trípode), con su brazo derecho tocándose la parte superior de la cabeza y su pelo fijado en trenzas en lo alto de la cabeza. Se le llama Licio no por la propia Licia, sino por su identificación con una obra perdida descrita por Luciano.

Una copia del Un Apolo Licio en el Louvre.

Una copia del Un Apolo Licio en el Louvre.

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La atribución está tradicionalmente sustentada sobre la base de la similitud entre este tipo y el Hermes praxiteliano de Olimpia. La atribución no es unánime.

7. Sátiro en reposo

El Sátiro en reposo, también es conocido con el nombre de Sátiro anapauomenos.  Se conocen cerca de 115 ejemplares, siendo el más célebre el de los Museos Capitolinos.

Representa a un sátiro joven, identificable claramente por su orejas apuntadas y por la piel de pantera que lleva cruzando el torso.

Sátiro en reposo de los Museos Capitalinos.

Sátiro en reposo de los Museos Capitalinos.

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Apoya el codo derecho sobre un tronco de árbol, en una posición tan poco estable que la pierna izquierda apenas sirve de apoyo. Los rasgos del rostro están muy bien marcados y la nariz está ligeramente achatada. El pelo grueso del fauno, que recuerda la representación de los dioses fluviales, está sujeto por una cuerda o una corona. 

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