* El autor forma parte de la comunidad de lectores de Guyana Guardian
El poeta granadino Enrique Martín Pardo, de la Academia de Buenas Letras de Granada, me envía con frecuencia sus libros y sus poemas delicados y escogidos.
La medalla de la Academia lleva el símbolo de una rama de mirto alhambreño sobre un libro abierto. La última carta que recibí reprodujo la correspondencia enviada por el general iraní Táhir ibn Husáyn a su hijo Talha ibn Táhir dándole consejos para gobernar en el califato abasí.
El califato abasí
Táhir ibn Husáyn fue un general iraní y gobernador del califato abasí muerto en 822. Después, su hijo Táhir fue nombrado gobernador de Persia.
El Califato Abasí fue una dinastía islámica que gobernó gran parte del mundo musulmán desde 750 hasta 1258. Fundado por Abu al-Abbas, que derrocó a los Omeyas, se distinguió por trasladar la capital a Bagdad.
Monedas de Táhir ibn Husáyn.
Bagdad se convirtió en un centro mundial de conocimiento y comercio. Fomentaron la traducción de obras clásicas, la ciencia y las artes.
Los consejos para gobernar revelados
La carta
- “Dedica tu trabajo, tu pensamiento, tu inteligencia y todo tu interés sin que te distraiga ninguna otra ocupación. Examina cualquier asunto con todo detalle y no favorezcas a los que están cerca de ti respecto a los extraños”.
- “No te alejes de la moderación. No tengas en cuenta las acusaciones que te lancen contra las personas que trabajan contigo y realiza las investigaciones necesarias ya que es delito sospechar de los inocentes y prejuzgarlos con precipitación. La confianza en tus subordinados es la base de la efectividad y de tu tranquilidad”.
- “Aléjate de las falsedades y de las mentiras. No prestes oídos a los intrigantes pues aceptando a los mentirosos traerás un perjuicio a tu trabajo en un plazo más o menos largo. El que intriga no acostumbra a ser sincero y el que lo escucha pierde la confianza de los que le rodean. Por el contrario. Favorece a las personas íntegras y sin dobleces, apoya a los individuos sinceros y procura atender a los ciudadanos menos poderosos. Reprime los impulsos de actuar en un momento de ira. Jamás digas 'porque me dio el mando hice esto porque he querido', pues ello redundaría de inmediato en el concepto que de ti se tiene”
- “Aparta de ti el deseo de riquezas. Si quieres atesorar algo que sea la virtud, el hacer justicia, el esfuerzo y los trabajos que realizas para mejorar la vida de los gobernados, los desvelos para lograr el progreso del país y las investigaciones para conocer la situación de los ciudadanos. Las riquezas guardadas en las arcas de los gobernantes no rinden nada”.
- “Recompensa con el reconocimiento debido a las personas que han prestado un servicio a la comunidad. No atiendas al envidioso. No toleres la corrupción. No alabes al hipócrita. Nunca desprecies a nadie. No incumplas lo prometido. No mates jamás la esperanza. No dejes de luchar por el futuro. No te quejes nunca”.
- “Consulta a personas experimentadas e inteligentes pero no recibas consejos de personajes de vida regalada y conocidas por su avaricia. Escoge a personas afectivas y honestas. No dejes algo para mañana pues un día que pasa está perdido junto con lo que hubiéramos podido hacer”.
- “No hables nunca de una buena acción que hayas hecho con un compatriota o con un extranjero. No aceptes nada de nadie excepto la lealtad, la sinceridad y la fidelidad a la máxima autoridad del Estado”.
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