El Descanso, historia de una obsesión

'El boletín del director'

Un trabajo periodístico de veinte años

Madrid, 13-4-1985.- Rescate de las víctimas del atentado que ha destruido el restaurante 'El Descanso', situado en el kilómetro 14,200 de la N-II, tras la explosión de un artefacto compuesto por alrededor de entre cinco y 15 kilos de explosivos oculto en una bolsa de deportes dejada debajo de la barra, junto a la puerta de los lavabos. El balance provisional son 18 personas fallecidas y 82 heridas, catorce de ellos ciudadanos de Estados Unidos de la Base aérea de Torrejón de Ardoz. EFE/Mondelo

Un momento del rescate en 1985 de las víctimas del restaurante El Descanso de Torrejón, en Madrid

MONDELO / EFE

Buenos días,

El periodismo es el mejor oficio del mundo. Me atrevería a escribir que la frase vale incluso para hoy, cuando la información campa descontrolada en las redes sociales y en cabeceras digitales que no tienen padre ni madre, y que todo ello se traduce en un descrédito de nuestra profesión. No hay mayor gloria para este oficio que la de destapar una historia que estaba oculta o contribuir con las noticias a mejorar el mundo que nos rodea. Por eso me gustaría dedicar este boletín a la obsesión de un periodista por revelar un tema que vivía en una extraña nebulosa de silencio y de desinformación hasta que ha salido a la superficie. Me refiero a la noticia que este domingo publicó el equipo de A Fondo de La Vanguardia sobre el atentado en el restaurante El Descanso en Madrid donde se encubrió la muerte de, al menos, tres militares estadounidenses.

La idea del reportaje nació en los meses posteriores a los atentados del 11-M de 2004 en Madrid. Nacho Orovio, actual redactor jefe de A Fondo, vivía entonces en Madrid y se encargaba de cubrir las noticias del mundo judicial. Aquel día, al enterarse del atentado, fue directamente a la estación de Atocha, cerca de donde entonces tenía su casa, y se encontró con un espectáculo muy duro, con gente herida y muchos muertos. Años después recordaría que las primeras horas de aquel día se las pasó en shock sin poder hacer nada. “¿Qué haces? ¿Te pones a escribir ahí en medio? ¿Vuelves a la redacción? Salió del tren un chico con la sangre cayéndole por la cara porque se le había reventado el tímpano, me acerqué a él y le hice tres preguntas estúpidas, tras las cuales le pregunté si necesitaba ayuda”. De aquella experiencia salió su primer libro de narrativa, Los inculpados, donde noveló la tragedia.

Fue enfrascado en las consecuencias del 11-M cuando Orovio se enteró de la existencia del atentado de El Descanso, considerado el primer atentado terrorista islamista indiscriminado en España y que ocurrió el 12 de abril de 1985. Siguiendo pistas, le sorprendió que no estuviera clara su autoría, que no hubiera ningún detenido y que, por tanto, el caso hubiera quedado olvidado sin la celebración de ningún juicio. Oficialmente en el atentado murieron 18 personas y otras 82 resultaron heridas. Pero se enteró de que en aquel ataque había muerto un alto militar de la OTAN y soldados norteamericanos de la cercana base de Torrejón.

El atentado en el restaurante El Descanso fue portada durante varios días en 1985 en La Vanguardia según se iban conociendo más detalles. En la foto, la del 15 de abril

El atentado en el restaurante El Descanso fue portada durante varios días en 1985 en La Vanguardia según se iban conociendo más detalles. En la foto, la del 14 de abril

La Vanguardia

Desde aquel momento, desvelar lo que sucedió realmente en El Descanso se convirtió en un objetivo prioritario para Orovio. Pasaron los años y también sus funciones en La Vanguardia: dejó Madrid y la sección de Tribunales para ser el responsable de Cultura. Sin embargo, cada vez que tenía que ir a Madrid para algún trabajo relacionado con su nuevo cometido, dedicaba tiempo a entrevistar a responsables de la seguridad relacionados con el atentado o visitaba el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid y el Archivo General e Histórico de Defensa, hasta que hace un año consiguió acceder al anhelado sumario del caso, que está archivado desde hace años. Han sido veinte años persiguiendo una historia con la complicidad de algunos compañeros del diario y la colaboración fundamental en la parte final de Gemma Saura en la sección de A Fondo.

Ahora, cuando se van a cumplir 40 años de la masacre, hemos decidido empezar a explicarles la historia. Hoy hemos añadido el detalle del desconocimiento del juez que llevaba el caso. En próximas semanas estaremos en condiciones de ofrecer nuevos datos. Veremos, por ejemplo, si se confirma la identidad de los cuerpos de los tres militares recuperados entre los escombros del restaurante. Aún queda mucho por explicar.

A Fondo es una sección que nació en marzo de 2020, coincidiendo con mi llegada a la dirección. Aquel día escribimos escuetamente como presentación que “A Fondo se dedicará a trabajar temas exclusivos y de investigación que requieren más tiempo y dedicación”. En estos años, el equipo ha destapado temas como los problemas de los moderadores de contenidos de Meta, la vinculación de altos cargos del PP en la operación Catalunya, la situación de los supermercados pakistaníes en Barcelona o las cuentas del Consell de la República, entre otros muchos temas.

Como el periodismo se hace día a día y no podemos vivir del pasado, recientemente hemos puesto en marcha dos nuevas secciones que pretenden mejorar nuestra oferta informativa. Manel Pérez, adjunto al director, escribirá cada lunes en Network sobre noticias relacionadas con el mundo de la economía con una perspectiva más intimista y confidencial. Y cada sábado en Sociedad encontrarán temas de denuncia y divulgación sobre cuestiones relacionadas con el consumo en la sección Hoja de reclamaciones. Les dejo tres ya publicados sobre el negocio de algunos cerrajeros fraudulentos, la obligatoriedad de servir agua del grifo en los restaurantes o la existencia de falsos revisores de gas.

Feliz semana.

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