Hace unos cuantos años le escuché a Pérez Rubalcaba una excesiva pero ingeniosa simplificación: “El Estado es un señor en una mesa con un bolígrafo, un ordenador y un teléfono”. Nunca lo entendí muy bien, pero cada vez que intenté ponerle cara a ese mágico señor, no me salía el rostro de un jefe de gobierno ni de un ministro, ni siquiera de un ilustre conocedor de los vericuetos del poder político: ¡me salía y me sigue saliendo el rostro de un banquero y sin embargo filántropo llamado Isidro Fainé Casas!
¿Por qué asocio el nombre de Fainé al Estado? Por varias razones que me convirtieron en presidente de su club de fans: porque supo y sabe dirigir las más variadas grandes empresas; porque presidía la única caja de ahorros que se libró de la quema; porque, cuando España o Catalunya necesitan apoyo financiero para salvar una compañía estratégica, allí están él y Criteria, los únicos que tienen recursos suficientes; porque es el empresario español con más audiencia en todo el mundo, o porque la Fundación La Caixa bate cada año su propio récord de fondos destinados a obra social y cultural.
Por todo eso y mucho más, la decisión del Grupo La Caixa de abandonar Catalunya fue un golpe muy serio al procés . Fue un voto de censura en toda regla. Fue un golpe de gracia económico. Y por todo eso su retorno siete años después es lo contrario: un voto de confianza y la certificación de que Catalunya recupera la normalidad. Habría sido mas elocuente, casi prodigioso, si el presidente actual de la Generalitat se llamase Junqueras o Puigdemont. Pero no menospreciemos la novedad por el hecho de que sea un socialista. Si el presidente de la cosecha de concordias milita en el PSC, no es por ninguna imposición, sino porque ganó las elecciones y se entendió con Esquerra Republicana. Todo forma parte de un largo, arriesgado y valiente proceso de acercamiento y diálogo que al principio escandalizó a la España que nunca entendió la España diversa.

Isidro Fainé
Pero la felicidad nunca es definitiva en la vida personal, y mucho menos en la política. Para completarla faltan, por lo menos, los seis detalles que se contienen en estos interrogantes: 1) ¿todo lo reclamado por Esquerra (condonación de deuda y la todavía desconocida financiación singular) y por Junts (amnistía e inmigración) tiene alguna contrapartida de lealtad constitucional?; 2) ¿las concesiones del Gobierno central ayudan a perfeccionar el Estado de las autonomías o son bases para la construcción del Estado catalán?; 3) ¿desaparecerán del discurso catalanista las acusaciones de represión o de uso interesado –y por tanto prevaricador– de la justicia?; 4) a la hora de escribir el relato del postprocés, ¿cómo se resolverá la duda de si Sánchez aceptó las exigencias del independentismo por convicción o porque necesitaba los votos de Esquerra y Junts?; 5) ¿cuántas y cuáles son las demandas y concesiones que faltan para hablar de “paz duradera”?, y 6) conseguido lo conseguido, ¿qué ocurriría si el Constitucional tumbase alguno de los acuerdos o si Feijóo los anulase, como cada día promete? Ninguna de estas dudas me parece menor.
Retales
Revisión. En pocos meses hablaremos de Estrasburgo. ¿Por qué? Porque el Tribunal Europeo de Derechos Humanos empezó a deliberar sobre la sentencia del procés . Y se lo anuncio: las perspectivas no son favorables al Tribunal Supremo español.
Aire. “No demos aire al Gobierno”, dice la oposición. “No demos aire a la oposición”, dice el Gobierno. Esa es la política de este tiempo. Y en esas tristes aguas naufragan grandes iniciativas que serían beneficiosas para el país.
Montero. Asombra la rapidez de algunas encuestas. Por ejemplo, las de Andalucía. María Jesús Montero lleva poco más de dos semanas de candidata y ya hay sondeos que le pronostican una severa derrota. Eso sí que es capacidad profética.
Derecha. Estudio de metroscopia: Trump perjudica a sus aliados. Desde que empezó a gobernar, le hizo perder a Vox dos puntos de intención de voto, que se fueron al PP. Medítelo, Abascal: es peligroso apoyar a quien daña a su país.
Mujer. Mañana, día internacional de la Mujer. Hay que asistir para ver las caras y oír las palabras de las dirigentes de Podemos. El motivo no es muy serio, pero es de un morbo descomunal.
Ábalos. De acuerdo con la nueva doctrina del Gobierno, solo hay delito de corrupción cuando hay enriquecimiento personal. Así que Ábalos siempre se podrá justificar: júzguenme por irme de putas, pero la corrupción la tienen que demostrar.