El propósito de alcanzar el 2% del PIB en gasto en defensa anunciado por Pedro Sánchez ante la aceleración de los acontecimientos en la guerra de Ucrania obligará al presidente del Gobierno a mantener en los próximos días una intensa ronda de contactos con el conjunto de los grupos parlamentarios. Aunque, antes de solicitar el apoyo de la mayoría de la Cámara Baja, Sánchez tendrá que hacer lo propio con Sumar. El socio de gobierno del PSOE cuya postura antibelicista augura una tensa negociación.
Apenas ha pasado un mes desde que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, escenificara en la rueda de prensa celebrada tras el Consejo de Ministros su rotundo rechazo a elevar el gasto militar argumentando que entrar en esa dinámica alimentaría las “políticas populistas de extrema derecha”.
La verdadera discusión en la UE sobre defensa “no va de incrementar el presupuesto”, puesto que “una política de defensa europea basada solo en el aumento del gasto militar ensanchará a los populismos de extrema derecha”, señaló la también ministra de Trabajo,
Pero desde entonces, y en reacción a los movimientos dados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Sumar ha modificado sensiblemente sus postulados haciendo equilibrios entre el gasto militar y la defensa de Europa. Fuentes de la formación plurinacional han admitido en los últimos días que el incremento de las citadas partidas “podría estudiarse en un momento dado”. Pero siempre que no sea “con fines belicistas”.
El socio de gobierno del PSOE entiende que el gasto en defensa debe ser “eficiente” de forma que España se “adapte” al nuevo contexto internacional contribuyendo a la “plena autonomía estratégica de Europa”.
“Esto es algo que tenemos que ganar en Europa. No está tan relacionado con el incremento del gasto militar, sino con la eficiencia del gasto militar”, declaró hace apenas unos días Verónica Barbero. La portavoz parlamentaria de Sumar insistió en la idea de que “no se trata de gastar más, sino que se trata de gestionar mejor” y que la prioridad no es aumentar el gasto militar sino “pensar qué posición tiene que tener Europa en este ámbito”. Aunque, a pesar de dejar la puerta abierta, terminó su intervención subrayando que el espacio confederal que representa en el Congreso “no va a apostar jamás por el belicismo”.
Izquierda Unida rechaza frontalmente el rearme de la UE y no se siente vinculado por las declaraciones de los portavoces de Sumar
La postura de Sumar, a su vez, tampoco es firme entre todos sus socios de coalición. De momento no ha habido ningún choque público. Pero formaciones coaligadas como Izquierda Unida ya han dejado claro que no se sienten vinculados por las declaraciones de los portavoces del movimiento matriz del espacio.
En ese sentido, Enrique Santiago ha tildado de “ridículo” que la UE quiera enriquecer a las multinacionales de armas de Estados Unidos mientras la administración estadounidense está amenazando a sus tradicionales socios, como Europa o Canadá, con anuncios de imposición de aranceles. “No vamos a ser los tontos que lo hagan”, ha exclamado.
El portavoz parlamentario de IU entiende que lo que corresponde es que Bruselas dé garantías de seguridad a Ucrania y Rusia, que es “mucho más barato” que dar 800.000 millones de euros a la industria militar estadounidense, que es lo que acabará pasando ya que Europa, ha dicho, “no tiene capacidad para efectuar ese rearme”.
“Lo que tiene que hacer la UE”, ha insistido, es tener claro que Europa no va a acabar con una guerra que Estados Unidos “no ha ganado en tres años”, y, por tanto, ha urgido a acabar ya esta contienda “absurda” y que está siendo una “carnicería”, criticando a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, por su planteamiento: “La paz nunca se ha logrado con el uso de la fuerza”.