“Ni una palabra, ni un segundo”. Pedro Sánchez ha evitado toda alusión a los mensajes privados, ahora desvelados, que intercambió hace cuatro años con el exministro y ex secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, en la reunión que este lunes ha protagonizado con la ejecutiva de Ferraz. Así lo ha asegurado, al término de la cita, la portavoz de la cúpula socialista, Esther Peña. Fuentes de la dirección del PSOE han apuntado a que, al menos por ahora, ni el partido ni el presidente del Gobierno tienen intención de denunciar esta filtración, pese a que han reconocido su “gravedad” al vulnerar un derecho fundamental como es el de la privacidad de las comunicaciones.
“No queremos darle más pábulo”, ha alegado Peña, que en todo caso ha enmarcado estas filtraciones en una “estrategia inmunda” del Partido Popular de aprovechar cualquier circunstancia para intentar desgastar a Sánchez. “Su frustración se plasma en filtraciones vergonzosas”, ha criticado.
El PSOE, por tanto, trata de correr un tupido velo sobre estos mensajes entre Sánchez y Ábalos. “No hay nada relevante” en ellos, ha insistido Peña. “Mi grupo de primos es más animado”, ha ironizado. En cambio, la portavoz de Ferraz ha dirigido todos los focos contra el anuncio de Alberto Núñez Feijóo de convocar el congreso del PP para el próximo mes de julio.
Peña ha celebrado que el PP vaya a celebrar al fin un congreso ordinario, ocho años después del último, aún bajo mandato de Mariano Rajoy, porque ha asegurado que “necesita cambiar con urgencia un liderazgo desgastado”, en referencia a Feijóo. “Es una magnífica ocasión para revisar el liderazgo fallido de Feijóo”, ha recalcado. Y ha aprovechado para resaltar las tensiones internas en el principal partido de la oposición, al advertir de que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, está “intentando moverle la silla a Feijóo”.