Si Pedro Sánchez pretendía pasar desapercibido en la cumbre de la OTAN, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha encargado de ponerle en la diana. Ni siquiera había aterrizado en La Haya, la tranquila capital administrativa neerlandesa, que el mandatario estadounidense ya apuntó públicamente a España como un “problema” para la Alianza por su bajo gasto militar.
El presidente estadounidense criticó la resistencia del Gobierno español a invertir el 5% del Producto Interior Bruto (PIB) en defensa, tal y como han acordado el resto de líderes de la OTAN en la declaración que suscribirán este miércoles. “Hay un problema con España. España no está de acuerdo, lo que es muy injusto para el resto”, dijo ante los periodistas a bordo del Air Force One.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habla con los periodistas antes de embarcar en el Air Force One rumbo a La Haya (MANDEL NGAN / AFP)
Más tarde, el señalamiento llegó a través de la propia red social del presidente, Truth Social, donde en uno de sus compulsivos mensajes incrustó un infográfico que muestra que España es el socio de la OTAN que menos porcentaje dedica a defensa entre los 32 aliados.
“España amenaza con descarrilar la cumbre de la OTAN”, se lee en la imagen compartida por el republicano, donde también se incluye un retrato de Sánchez, al mismo nivel que el de Trump y el del secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
El cara a cara
No hay encuentros bilaterales previstos entre Trump y Sánchez en La Haya
Con estas declaraciones a bordo del avión presidencial es la segunda vez en una semana que Trump se refiere a la inversión militar española, después de que el viernes pasado dijera que la OTAN “tendría que lidiar” con el bajo gasto militar español.
Por el momento, no está previsto ningún encuentro bilateral entre Sánchez y el republicano en una cumbre de La Haya que podría terminar siendo el escenario de una reprimenda pública del magnate contra el socialista. Lo que España quiere evitar es una humillación parecida a la que sufrieron el mismo Zelenski o el sudafricano Cyril Ramaphosa en el Despacho Oval.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, sube a bordo del Air Force One de camino a La Haya
“Esa es la opinión de Trump”, replicaron en la Moncloa tras el señalamiento público del republicano. “No vamos a ir al choque con Estados Unidos, estamos haciendo todo lo posible para no ir al choque con Trump y salvar la cumbre de la OTAN. Nuestra intención no es ofender ni a Estados Unidos ni a ningún aliado”, dijeron las mismas fuentes gubernamentales, que apuntan que en los últimos días ha habido contactos diplomáticos al más alto nivel con Estados Unidos. La intención, remarcan, es “no torpedear ni bloquear la cumbre de la OTAN, donde las decisiones se toman por unanimidad”.
El magnate coincidió con Sánchez en la cena protocolaria organizada por los reyes de Países Bajos que abrió formalmente la cumbre de La Haya. Después de muchas presiones, tanto públicas como privadas, España aceptó firmar la declaración que aboga por el 5% del objetivo del gasto en defensa, pero solo tras haber logrado que el redactado fuese suficientemente ambiguo y tras recibir una carta del secretario general de la OTAN, donde le ofrecía “flexibilidad” para decidir cómo alcanzar los objetivos de capacidades militares de la Alianza a los que se había comprometido en la última reunión ministerial.
El Gobierno español considera que solamente necesita invertir un 2,1% del PIB para cumplir con la OTAN, algo de lo que Rutte ha tomado nota pese a mostrarse en desacuerdo y negar que haya tejido un “acuerdo paralelo” para hacer una excepción en este asunto. “El hecho es que España cree que España puede cumplir estos objetivos con el 2,1%. La OTAN está absolutamente convencida de que España tendrá que gastar el 3,5% para alcanzar ese objetivo”, sostuvo el lunes el líder de la OTAN, preguntado por el asunto. Unas declaraciones que Moncloa entiende que se sitúan dentro de lo pactado en las múltiples negociaciones.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen –socialdemócrata como Sánchez–, indicó que no es “justo” que los líderes de los países más alejados de Rusia que busquen excepciones. “Es una cuestión de estar unidos, de defender Europa, no Polonia o la República Checa. No estoy de acuerdo con la idea de una clausula de exclusión para un país”, dijo, sin nombrar específicamente a España en un acto paralelo en La Haya.
Otros participantes en la cumbre evitaron apuntarse al lenguaje de confrontación de Trump. “España es un gran aliado y un país amigo”, respondió el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Radosław Sikorski, preguntado por si Trump tenía razón al considerar a España un problema para la OTAN.
La alta representante de la UE para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, también fue más diplomática al recordar que entre los países europeos existen diferentes “opiniones públicas” sobre el gasto en defensa que deben tenerse en cuenta. “El problema con el gasto en defensa es que cuando lo necesitas, ya es demasiado tarde. Hay que gastarlo mientras se está en paz. Así que tenemos que hacerlo ahora mismo, incluso en aquellos países que están mucho más lejos”, aseguró la exprimera ministra estonia, una de las grandes defensoras de aumentar el gasto militar en Europa.