Alberto Núñez Feijóo ha introducido en su discurso algunas consideraciones más duras con respecto al debate sobre la inmigración. Con los disturbios en Torre Pacheco sobre la ha mesa, y unas encuestas que denotan la fortaleza de Vox –hoy mismo, la del Centre d’Estudis d’Opinió en Catalunya–, el presidente del PP abogó por “deportar inmediatamente” a los inmigrantes irregulares que delincan.
En esta línea que va más allá del marco que él mismo había fijado el martes –el uso, por ejemplo, término “deportar” de la ultraderecha– también dijo que las personas migrantes en situación irregular que “no vienen a cumplir las leyes, no son bienvenidas”. En este hilo que une la inmigración ilegal con la delincuencia, el presidente del PP apuntó en referencia a los incidentes de Torre Pacheco, donde grupos ultras han acudido en “cacería” contra los migrantes tras el apaleamiento de un hombre, que la inmigración no da “carta blanca” para cometer delitos.
Alberto Núñez Feijóo ayer durante un curso de verano en El Escorial
El presidente popular censura el discurso del odio pero traza una línea entre inmigración ilegal y delito
Sí que denunció los discursos de “odio” que, sin citarlo, se vinculan a Vox. Pero también dijo que estos discursos no puedan tapar “el descontrol migratorio” del Gobierno. Una subida de tono que se produce también un día después de que el PP catalán lo hiciese, en una comunidad con Vox centrada contra la inmigración. El mismo Santiago Abascal respondió ayer a Feijóo, al decirle que deben de ser “deportadas también” las personas inmigrantes legales que delincan.
Durante un coloquio en el curso de verano de la universidad CEU-San Pablo, las relaciones con Vox en clave post electoral estuvieron sobre la mesa. Reiteró que su objetivo es obtener una mayoría suficiente para gobernar en solitario, pero admitió que es posible que tenga que llegar al acuerdos “mollares” con Vox en aquellas cuestiones en las que pueda haber un acercamiento programático. Acuerdos para el desarrollo de la legislatura o investidura, excluido de momento por el PP el marco de una coalición.
El coloquio dio pie a abordar las últimas carpetas políticas, donde no faltó las negociaciones sobre una financiación singular para Catalunya, a la que Feijóo se refirió como “sistema de cupo”. Un modelo que consideró que va contra la “mayoría de los españoles”. Con este argumento, el presidente del PP se comprometió si gobierna a derogar un acuerdo de estas características como, a su entender, el que se trabaja entre el Ejecutivo y la Generalitat. “Todo lo que vaya en contra de la igualdad se derogará”, subrayó.
El dirigente popular quiso sentar algunas premisas con respecto a la financiación y a la reunión de la comisión bilateral Estado-Generalitat, que se celebró el lunes. Señaló que es necesario un nuevo modelo de financiación autonómica que suponga mayores ingresos para la mejora de los servicios públicos, pero también un control adecuado del gasto.
Un modelo que quiere trabajar de la mano de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), que ayer mismo advertía de la pérdida de “eficacia y eficiencia” del sistema fiscal español en relación a la financiación singular catalana. El líder del PP aseguró que será el mismo –si gobierna– el que firme con las autonomías este nuevo pacto multilateral. Una alusión a la ausencia de la vicepresidenta María Jesús Montero de la reunión de la bilateral, a quien criticó también por ser candidata a la Junta de Andalucía y defender el “cupo separatista”. Y también dijo echar en falta la presencia de Sánchez.
