La situación política está sufriendo un acelerado desgaste en España. No hay semana sin sobresalto. No hay semana sin giro del guion. Hace diez días, Pedro Sánchez obtenía una bombona de oxígeno en el Congreso de los Diputados. Los primeros y asfixiantes compases de la investigación judicial del caso Cerdán-Ábalos-Koldo no han tumbado al Gobierno. Veremos qué pasa en otoño.
El PSOE se halla en el interior de un cráter radioactivo y el Partido Popular se está adentrando en un pantano con cocodrilos. Un juez de provincias, Rubén Rus, titular del juzgado de instrucción número dos de Tarragona, alejado del infernal ruido capitalino, acaba de levantar el secreto de un sumario, instruido metódicamente durante siete años, que va a sacudir los cimientos del sistema político y empresarial español. El ex ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y otras 28 personas (antiguos altos cargos de Hacienda y miembros de una consultoría económica fundada, entre otros, por el ex ministro) se hallan bajo sospecha de haber traficado con decisiones de la Hacienda Pública.
Diversas empresas habrían sido invitadas a contratar los servicios de la consultoría Equipo Económico, si querían ver plasmadas en las páginas del Boletín Oficial del Estado determinadas modificaciones de la reglamentación fiscal. Los datos del sumario que se van conociendo apuntan también a la utilización de datos reservados de la Agencia Tributaria como munición de combate político. El equipo de Montoro también habría procedido al maquillaje de un informe de los peritos de Hacienda sobre la caja B del Partido Popular. Lo que se va conociendo es abrumador.
Siete años de metódica investigación judicial sin apenas ninguna filtración. Algo inaudito en España. Una fiscal, Carmen García Cerdá, que fue sancionada por sus superiores tras insistir en que debía investigarse una cuenta de correo electrónico que podía pertenecer al ministro Montoro. A medida que se van conociendo los detalles del sumario, que algunos medios de comunicación han pretendido minimizar estos días, se perfila un paisaje: el caso Montoro va a ser un pantano con cocodrilos. Alejandro Luzón, el jefe de la fiscalía Anticorrupción que frenó la investigación de la cuenta de correo electrónico de Montoro, es ahora el fiscal del Tribunal Supremo que conduce la acusación en el caso Cerdán.
“Que se investigue lo que haya que investigar” ha dicho Alberto Núñez Feijóo al constatar el calibre de las informaciones publicadas. El PP intenta tomar distancias de Montoro y Núñez Feijóo responde de la siguiente manera a los socialistas: “Pretenden convencernos de que Pedro Sánchez no sabía nada de las actividades de Santos Cerdán y me piden a mi que dé explicaciones de lo que ocurría en el Ministerio de Hacienda hace ocho años”.
El PSOE en el interior de un cráter radiactivo y el PP en la región de los pantanos, puesto que aún están abiertas más de veinte causas peales que le afectan, la principal de las cuales es el juicio del caso Kitchen previsto para dentro de unos meses. La cúpula del Ministerio del Interior en tiempos de Mariano Rajoy será juzgada por la presunta utilización de la policía para intentar tapar el caso Gürtel.
Se perfila un paisaje: el caso Montoro va a ser un pantano con cocodrilos
(Recordemos el siguiente episodio. 23 de octubre del 2013. Un falso cura se presenta en casa del ex gerente y tesorero del PP, Luis Bárcenas, entonces en prisión por el caso Gürtel. Les dijo que venía a ofrecer asistencia a la familia en nombre del obispado. Una vez dentro de la casa encañonó con una pistola a la mujer de Bárcenas, a su hijo y a una empleada domestica, exigiéndoles que entregasen toda la documentación que guardase la familia sobre el caso. El falso cura se llamaba Enrique Olivares García, un buscavidas con antecedentes de robo y estafa, que se hizo pasar por loco en el juicio. Fue condenado a 18 años de prisión por allanamiento de morada, intento de secuestro, tenencia ilícita de armas y amenazas, y murió después que le fuese concedida la libertad provisional con vigilancia telemática, sin que se hubiese podido confirmar su vínculo con determinados servicios policiales. El ex comisario José Manuel Villarejo es uno de los acusados que se sentarán en el banquillo).
La cúpula de Interior a juicio. La cúpula de Hacienda bajo los focos de un grave escándalo. Y la inscripción M. Rajoy hallada en una hoja de contabilidad paralela del PP sigue siendo más difícil de descifrar que una inscripción sumeria.
En el campo de enfrente, el PSOE tampoco puede declararse ajeno a los presuntos delitos cometidos por sus dos ex secretarios de Organización, uno de ellos ministro de Transportes entre el 2018 y 2021 y amigo de las juergas, ambos de la mano de un ex confidente de la Guardia Civil, Koldo García Izaguirre, que tuvo la habilidad de convertirse en hombre de confianza del reducido equipo de Pedro Sánchez en las primarias socialistas del 2017. A partir del 2019, tras la moción de censura a Mariano Rajoy, Koldo grabó sistemáticamente muchas de sus conversaciones con altos cargos del PSOE y de la Administración. Esas grabaciones superan 10 terabytes de memoria y su transcripción ocuparía 65 millones de folios, según ha reconocido el juez que instruye la causa. Esa información se halla en manos de la Guardia Civil (UCO), cuyos agentes no tuvieron mucha dificultad para hallar los audios en el registro del domicilio de Koldo García. Los dispositivos estaban a la vista.
Ningún guionista de cine político podría haber imaginado los acontecimientos que se están sucediendo en España desde el apagón general del pasado 28 de abril. La trama española que puede conducir a una crisis de Estado es casi insuperable. Los dos partidos principales se hallan sometidos en estos momentos a un fuerte desgaste, con una insistente música de fondo que dice “… y tú más”.
Puesto que en la banda izquierda reina la desunión y el reproche entre escindidos, puesto que el independentismo catalán se halla en sus horas más baja, el único beneficiario posible de la nueva oleada de desgaste del sistema politico es Vox, partido que crece en todos los sondeos. Lo decíamos la semana pasada: Momento Vox. El episodio Torre Pacheco, otro de los acontecimientos recientes, vendría a confirmar que el momento político pertenece hoy a ese partido. El último barómetro del CEO catalán indica que Vox está empatando con el PP en Catalunya. La semana pasada, el CIS situaba a Vox cerca del 20% en toda España. En la encuesta del Centro de Estudios Andaluces, dada a conocer esta semana, Vox aparece como segunda fuerza, detrás del PP, en las provincias de Almería y Huelva, provincias de agricultura intensiva, relegando al PSOE a una tercera posición nunca vista en Andalucía.
¿Han beneficiado los acontecimientos de Torre Pacheco a Vox? Puede pensarse que sí, mucha gente así lo cree, pero permítanme que ponga en duda esa apreciación. En la localidad murciana de Torre Pacheco, Vox ha azuzado una situación que no ha podido controlar en todos sus extremos, si es que su interés es el de seguir creciendo electoralmente. Demasiado estruendo. Demasiada violencia física y verbal. Demasiada agresividad. Demasiada bajeza. Demasiados buitres. Demasiada ansia.
¿Han beneficiado los acontecimientos de Torre Pacheco a Vox? Permítanme que lo ponga en duda
Torre Pacheco se ha convertido esta semana en un infernal plató de televisión que ha servido de pasarela a distintos personajes que intentan cobrar protagonismo en el circo ambulante de la extrema derecha, un circo que Vox no controla en su totalidad. ¿Cuántas listas de extrema derecha habrá en las próximas elecciones generales en España? ¿Quién sustituirá al tal Alvise, sujeto a varios investigaciones judiciales, si su lista electoral, titulada Se Acabó la Fiesta, sigue perdiendo fuelle?
¿Surgirá alguna otra oferta política teñida de centro si el PSOE no logra salir del cráter radiactivo y los cocodrilos se despiertan en el pantano en el que se halla el PP?
La política española está entrando en una fase peligrosa mientras Francia apuesta por la austeridad y el rearme, mientras Alemania apuesta por el rearme y la máxima severidad con los inmigrantes; mientras Bruselas propone recortes de las ayudas a la agricultura (PAC) y una mayor centralización estatal en la gestión de los fondos, en el nuevo Marco Financiero Plurianual de la Unión Europea. La estructura europea está mutando y en España florecen los escándalos.