Illa inicia el nuevo curso con el reto de aprobar sus primeros presupuestos

La legislatura catalana

El PSC apela a la relación “estable y de confianza” con los aliados de investidura

El president de la Generalitat, Salvador Illa, en la roda de premsa de balanç del viatge a la Xina i del curs polític.

El president, Salvador Illa, afronta el nuevo ciclo con la misión de aprobar sus primeros presupuestos

Albert Segura / ACN

La estabilidad y el impulso de la gestión, en todas sus vertientes, han sido las fijaciones del president Salvador Illa desde que llegó al poder, hace poco más de un año. Su victoria electoral unida a la derrota del independentismo pusieron las primeras piedras de esa tarea, cimentada estos meses por la “relación estable” con los aliados de investidura –ERC y Comuns– y la complicidad de un Gobierno central agradecido por la contribución de Illa a la permanencia de Sánchez en Moncloa. Sin perjuicio del futuro de la legislatura española, ahora le toca al president cruzar su rubicón: aprobar los primeros presupuestos de su mandato, cruciales para afrontar con garantías su ambiciosa agenda.

Catalunya no tiene presupuestos desde el 2023. Contar con unos nuevos en 2026 no solo daría oxígeno a las arcas públicas en un momento de bonanza económica sino que sellaría sin dudas la estabilidad política que promulga Illa.

Para ello, el jefe del Govern apela a la mayoría progresista y en la “confianza” tejida con el partido de Oriol Junqueras, que ha permitido avanzar en acuerdos que suponen cambios estructurales para Catalunya, como la capacidad financiera de la Generalitat, con mayor margen a través de una quita de la deuda; la mejor financiación de los servicios públicos, con un acuerdo con el Gobierno central para implantar un modelo “singular”; un vuelco a la movilidad ferroviaria catalana, con una gestión “desde la proximidad”; o el impulso a la política de vivienda, con el reto de haber construido 50.000 viviendas en 2030.

Catalunya tiene las cuentas prorrogadas desde el 2023 y necesita poner al día los ingresos en tiempos de bonanza

Illa necesita los votos de ERC y Comuns para sacar adelanta sus primeros presupuestos pero esta dependencia se entrecruza con la que el Gobierno central, que también prevé acometer la tarea presupuestaria, tiene con los republicanos. La interdependencia de Illa y Sánchez ha generado un saldo positivo para el president, que ha arrancado al Gobierno compromisos de calado, pero para los más importantes, como la financiación singular, la quita de la deuda o el traspaso definitivo de Rodalies, aún queda. “No es algo que se haga en dos semanas”, apuntan en el Ejecutivo catalán, y en muchos casos la discrecionalidad parlamentaria dictará sentencia. Pese a todo, los republicanos se acogen a la falta de cumplimiento para rechazar a priori tanto los presupuestos de Illa como a los que anhela Sánchez.

Los socialistas, en cambio, advierten que solo con el actual Gobierno progresista tendrán salida las principales demandas de ERC, e incluso de Junts. La financiación y la amnistía han hallado acomodo en el tándem Sánchez-Illa, no así en un PP, que “ni siquiera se cree el Estado de las autonomías”, según la número dos del PSC, Lluïsa Moret, a la vista de lo ocurrido con los incendios y la dana valenciana.

Fuentes del Govern vaticinaban antes del parón estival que no habrá presupuestos en Madrid pero sí en Catalunya. La zozobra por el ruido judicial dominaba en esos días y habrá que ver si se retoma. Para sortear la ausencia de presupuestos en España, el Gobierno podría confiar en los fondos europeos, una muleta en la que se ha apoyado ante las últimas prórrogas pero que ahonda en la inestabilidad política .

Descartada la posible entente con Junts en Catalunya y aunque el Govern no ha empezado a negociar el apoyo de ERC y Comuns para los presupuestos, los socialistas se remiten a la “relación estable y de confianza” con sus aliados, mientras estos insisten en acelerar los acuerdos sobre financiación, vivienda o Rodalies. La cruz que Junqueras ha puesto sobre la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, con la que los republicanos no sostienen una cierta sintonía, no facilita las cosas.

Las “pruebas palpables” de los avances logrados hasta la fecha, que remarcan en el PSC, chocan con lo que queda para que estos retos sean una realidad manifiesta. La financiación singular llevará tiempo, si llega, pero los socialistas se centran en quemar etapas, la próxima hoy mismo, cuando el Consell Executiu aprueba el decreto para adaptar la normativa para desplegar la hacienda catalana.

En dos semanas, el Consejo de Ministros aprobará el proyecto de ley que habilitará la condonación parcial de la deuda autonómica. Un total de 83.000 millones de los que 17.104 corresponden a Catalunya, pero la última palabra la tendrán las Cortes.

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