El Gobierno parece estar dispuesto a explorar la posibilidad de que Catalunya y País Vasco participen de la gestión de sus aeropuertos más importantes, sobre los que el Estado, a través de Aena, mantiene una gestión en exclusiva. Se trata de una histórica reivindicación de los nacionalistas vascos y catalanes, que entre otros sustentan la débil mayoría de investidura de Pedro Sánchez.
El president de la Generalitat, Salvador Illa, a través de su pacto de investidura con ERC, se comprometió a explorar una fórmula para que la Generalitat pueda “influir” en las decisiones que atañen al aeropuerto de Barcelona, y los primeros contactos ya han comenzado. El lehendakari, Imanol Pradales, arrancó al Gobierno el pasado mes de julio el compromiso de explorar una gestión compartida, y aspira a crear una filial de Aena, con participación vasca, que permita una cogestión de los aeropuertos vascos.
CATALUNYA. Illa quiere despegar en El Prat con ERC
Ávidos de más competencias propias mientras la secesión cae por su propio peso, los partidos independentistas siempre han situado la asunción de la gestión de las principales infraestructuras de Catalunya como anhelos canjeables con el Gobierno de turno. Entre ellos, la gobernanza de los aeropuertos catalanes, incluidos los considerados de interés general, para crear un modelo aeroportuario propio que incluya los que ya son de titularidad de la Generalitat (Lleida-Alguaire, La Cerdanya y Andorra-La Seu).
ERC, aliado de investidura de Salvador Illa y de Pedro Sánchez, incluyó la cogestión de los grandes aeródromos catalanes en su pacto con el PSC a cambio de aceptar que el principal aeropuerto, el de El Prat, “gane capacidad”. Este eufemismo fue concebido para sofocar cierta contestación interna entre los republicanos, contrarios a la ampliación, pero dejaba la puerta abierta al president para darle curso, como anunció en junio.
ERC parece dispuesta a asumir la ampliación de El Prat si a cambio arranca cambios en su “gobernanza”, por eso cuando aún se les pregunta al respecto insisten en que “el debate aeroportuario no es de ampliación, sino de gestión”.
El acuerdo entre PSC y ERC sobre la cogobernanza presenta un reto nada fácil: hallar un encaje legal para la gestión compartida de estas infraestructuras con el Estado, propietario del 51% de Aena, gestor aeroportuario español que cotiza en bolsa. Pero si Illa quiere conservar el apoyo de ERC para sí, ahora que iniciará la negociación de los presupuestos de la Generalitat, y para Sánchez, que urge de la confianza de sus aliados de investidura, la carpeta aeroportuaria debe salir del cajón.
El pacto de investidura del president recoge que la Generalitat “pueda incidir” en los aeropuertos
Los socialistas confirman que se ha empezado a tratar, al menos en una reunión entre el Ministerio de Transportes, el Govern y ERC celebrada el pasado mes de julio, pero fuentes del Ejecutivo catalán aseguran que “de momento, nada”. No existe, por ahora, ninguna propuesta “concreta” sobre la mesa para un cambio en la gobernanza del aeropuerto de Barcelona, aunque sí la voluntad de avanzar en estas conversaciones. “Todo aquello que implique avanzar en la gobernanza, siempre cumpliendo el marco normativo, se puede explorar”, según la consellera de Territori, Sílvia Paneque, que situó la semana pasada como “prioridad” la ampliación de El Prat.
Desde el Ministerio de Transportes señalan que el Gobierno “mantiene una interlocución permanente y abierta con todas las comunidades autónomas sobre el futuro de todas las infraestructuras de transporte, incluidas las aeroportuarias”, y resaltan que esas conversaciones y cualquier acuerdo que se genere se producen “dentro de los marcos legales”. En todo caso, aseguran que “la participación y la colaboración dentro de los territorios forma parte del modelo” aeroportuario vigente, que “se puede potenciar dentro de los marcos legales”, reiteran.
A grandes rasgos, la fórmula para hacer viable el pacto de investidura de Illa figura en el propio acuerdo: crear un Consejo Rector Aeroportuario de Catalunya, sustituto del actual Comité de Coordinación Aeroportuaria, y la Autoridad Aeroportuaria de Catalunya, que asumiría el papel de la Generalitat en esa nueva gobernanza defendiendo sus intereses en materia aeroportuaria, desde la planificación urbanística, medioambiental, hasta la promoción económica.
Pero el papel que se reserva a Catalunya en este cometido es, según el propio acuerdo, la capacidad de “incidir”, un término tan ambiguo como la definición que se le adjunta: que la Generalitat sea “un actor determinante en la toma de decisiones estratégicas”.
PAÍS VASCO. Pradales pide pista en Foronda, Hondarribia y Loiu
El lehendakari, Imanol Pradales, anhela la gestión de los aeropuertos vascos, aunque la complejidad de este traspaso le ha llevado a priorizar la consecución de una suerte de gestión parcial. Los gobiernos español y vasco pondrán en marcha en breve una subcomisión que valorará fórmulas de gestión compartidas y analizará la posibilidad de que el Ejecutivo de Pradales cogestione esta competencia a través de una filial de Aena con participación vasca, una fórmula propuesta por el PNV.
Esta reivindicación de una gestión vasca de los aeropuertos se enmarca dentro del acuerdo por el cual el Gobierno central debería traspasar al Ejecutivo de Vitoria las competencias pendientes del Estatuto vasco “en los dos primeros años de legislatura”, el compromiso de mayor calado del acuerdo de legislatura rubricado por PNV y PSOE en noviembre de 2023.
En este momento, a punto de que se cumplan esos dos años, quedan por traspasar 25 competencias, de manera que se antoja imposible que el Estatuto de Gernika, aprobado en 1979, se vaya a cumplir en el último plazo pactado. El Ejecutivo vasco, en todo caso, aspira a avanzar lo máximo posible en materia de autogobierno para poner en valor su influencia en Madrid y exhibir ante sus bases que, esta vez sí, se cumple lo pactado.
Esta competencia, además, encaja bien con el discurso de Imanol Pradales sobre el posicionamiento de Euskadi. El lehendakari viene subrayando la necesidad de mejorar la conectividad vasca vía alta velocidad ferroviaria y por medio de conexiones aéreas transoceánicas, a fin de multiplicar las “oportunidades en términos industriales, de logística y de movilidad”. “La conectividad es un factor fundamental para la competitividad económica, el crecimiento y la inclusión social”, señaló en una entrevista en La Vanguardia, en la que denunciaba que “se está tensionando el modelo territorial en favor de Madrid”.
El lehendakari insiste en que la “conectividad” es “un factor fundamental para la competitividad”
De entrada, el Estatuto vasco permite una interpretación abierta sobre la gestión de los aeropuertos. El artículo 12,8 recoge que la gestión “de puertos y aeropuertos con calificación de interés general” será del Gobierno vasco “cuando el Estado no se reserve su gestión directa”.
Los tres aeropuertos de la Comunidad Autónoma de Euskadi, el de Bilbao, en Loiu; San Sebastián, en Hondarribia; y Vitoria-Gasteiz, en Foronda, son de “interés general”. Por tanto, el Ejecutivo vasco cree que la mejor manera de abordar la cuestión pasa por regatear el matiz de la “gestión directa” del Estado a través de la cogestión.
Aunque desde el Gobierno vasco señalan que la subcomisión estudiará todas las fórmulas posibles, la vía por la que apuesta el PNV pasa por crear una filial de Aena, participada por el Gobierno vasco, que se ocupe de la gestión de estos aeropuertos. Salvando las distancias, la apuesta guardaría similitudes con la creación de Rodalies Catalunya como filial de Renfe para la gestión de las cercanías en Catalunya.
En este momento, los aeropuertos vascos superan los 7,5 millones de pasajeros al año, aunque el 89% se concentran en Bilbao.