Ya coincidieron en la cita de la Comunidad Política Europea en Tirana, en la cumbre de la OTAN en La Haya y en el Consejo Europeo en Bruselas, pero el socialista Pedro Sánchez recibirá mañana por vez primera en el palacio de la Moncloa al canciller alemán, el conservador Friedrich Merz, en un encuentro de muy alto voltaje político ante el convulso escenario geopolítico europeo y global.
El flamante canciller federal alemán –en el cargo desde que el pasado mayo sucedió al socialdemócrata Olaf Scholz– y presidente de la CDU, hará escala en Madrid dentro de una gira por varias capitales europeas. Al término de su reunión con Sánchez, a última hora de la tarde de mañana, ambos protagonizarán una comparecencia pública. Y en la Moncloa ya preparan con mimo el encuentro.
El presidente trata de aproximar posturas con el conservador líder alemán en su primera cita en Madrid
Los gestos cuentan. El Gobierno no llevó ayer a la reunión del consejo de asuntos generales de la UE su insistente demanda para que el catalán, el euskera y el gallego sean idiomas oficiales en las instituciones europeas, una iniciativa a la que Alemania se opone de plano y contra la que desempeña un “papel clave”, pese a que sigue ganando adeptos.
Sánchez no tira la toalla y sigue empeñado en cumplir el difícil compromiso que adquirió con Junts, previo a su investidura. España, según reafirmó ayer el secretario de Estado de la UE, Fernando Sampedro, “no va a cesar en la defensa de lo que consideramos que es un interés nacional, una representación de la identidad nacional española”.
Pero en la Moncloa vinculan este breve paréntesis en su estrategia de defensa de la oficialidad de los idiomas del Estado en las instituciones europeas –que se afanan por lograr antes de que concluya la presidencia danesa de la UE a fin de año– a la cita de mañana entre Sánchez y Merz. “Equilibrios”, alegan.
El encuentro se produce en plena escalada de tensión diplomática entre España e Israel ante la masacre de palestinos que se está produciendo en Gaza. Por cuestiones históricas, Alemania se resiste a aplicar sanciones al Estado hebreo como la suspensión parcial del acuerdo comercial de asociación de la UE con Israel. La iniciativa defendida con ahínco por Sánchez, no obstante, se abre paso en la Comisión Europea tras el giro de su presidenta, la también conservadora alemana Ursula von der Leyen, mientras la ofensiva se recrudece en Gaza.
Sánchez también quiere aprobar cuanto antes una de las iniciativas que anunció para presionar a Israel, con la aprobación del real decreto ley del embargo de la compraventa de armas al Estado hebreo. La previsión del Gobierno es superar las dificultades técnicas de su redactado para que el Consejo de Ministros lo pueda aprobar el próximo martes, si es posible, justo cuando Sánchez estará en Nueva York con ocasión de la asamblea general de la ONU. Una cita en la que, pese a la oposición de estadounidense Donald Trump, el francés Emmanuel Macron y el británico Keir Starmer prevén oficializar el reconocimiento del Estado de Palestina, lo que España ya hizo en mayo del año pasado.
El mandatario español también busca aproximar posturas con Merz ante la guerra en Oriente Medio, y en la Moncloa recuerdan que su decisión del embargo de armas a Israel viene acompañada por una apuesta por la industria de la defensa europea, en la que Alemania es un puntal, sobre todo tras la invasión de Ucrania por Rusia.