Miguel de Cervantes, que está en los cielos y estos días en algunas salas cinematográficas, pondría los ojos como platos. Casi cinco siglos después de la batalla de Lepanto (1571), en la que el autor de El Quijote perdió la movilidad de una mano, España construye galeras para los turcos.
La historia es dinámica. Los enemigos de ayer pueden convertirse con el paso del tiempo en amigos o socios de conveniencia. Esto último es lo que está pasando entre España y Turquía. El comercio militar entre ambos países va en aumento según ha podido constatar La Vanguardia recopilando datos recientes de la industria de la defensa, sector que se halla en un momento de cambio y agitación en toda Europa.
España adquirirá 45 aviones caza turcos Hürjet para la instrucción de los pilotos de combate
España se está arrimando a Turquía, mientras se aleja de Israel, como consecuencia de la matanza de Gaza. “España no va a poder substituir a Israel por Turquía”, matizan fuentes diplomáticas conocedoras de la relación entre los dos países, puesto que la industria de defensa turca no alcanza los niveles tecnológicos de la israelí. España deberá buscar en el mercado europeo y norteamericano muchos de los equipos que se dejen de comprar a Israel.
Las relaciones Madrid-Ankara se están estrechando siguiendo la senda abierta entre el 2004 y el 2011 por José Luis Rodríguez Zapatero, una senda ahora cuidada por Pedro Sánchez y su ministra de Defensa, Margarita Robles.

España negocia en este momento el contrato para adquirir el caza ligero turco Hürjet
El pasado mes de enero, el jefe de Estado Mayor del Ejército (JEME), el general Amador Enseñat y Berea, visitó Turquía para explorar nuevos acuerdos de colaboración. La delegación española visitó la base aérea de Incirlik, donde se halla destinado un contingente de 149 militares españoles a cargo de un batería Patriot. Se trata de una misión vinculada a la operación Active Fence de la OTAN, puesta en marcha hace diez años para proteger a Turquía de posibles ataques de Siria, durante la guerra civil en ese país.
España obtuvo hace más de una década un importante contrato de cooperación con la Armada turca y ha exportado a ese país mucha munición, vehículos blindados y sistemas de dirección de tiro, entre otros equipos militares.
Navantia quiere volver a cooperar con la Armada turca, que proyecta su primer portaaviones
La novedad se halla ahora en el Aire. En diciembre del año pasado, el Gobierno español firmó con Turquía un acuerdo para adquirir 45 cazas ligeros Hürjet para la formación de pilotos de combate, en sustitución del veterano F-5M, de fabricación estadounidense, que lleva ya más de medio siglo en servicio. El modelo Hürjet, fabricado por Turkish Aerospace (TAI) se adaptará a los requerimientos técnicos del ejército español del Aire con la intervención de una unión temporal de empresas capitaneada por Airbus DS España. Los técnicos de Airbus están viajando a Ankara para concretar los aspectos industriales, y el Consejo de Ministros acaba de conceder una prefinanciación de 1.040 millones a este proyecto, mediante un crédito.
La empresa Indra también está explorando acuerdos con la industria turca de defensa. En el marco de la feria militar Feindef, celebrada en Madrid este pasado verano, la compañía participada por el Estado español cerró un acuerdo con el fabricante de blindados Otokar. Indra se encuentra en pleno proceso de conformación de Indra Land, una nueva división de vehículos de tierra con la que la cotizada pretende competir con GDELS/Santa Bárbara, la histórica empresa española de armamento controlada desde el 2001 por la compañía estadounidense General Dynamics. Otokar exhibió en la feria su blindado Arma II, un vehículo que equipó con una torre de la empresa española Escribano (EM&E), hoy primer accionista de Indra.

La turca Otokar, que ha firmado un acuerdo con Indra, exhibió en Madrid su blindado 6x6
En Navantia está seguramente la clave principal de la relación militar entre España y Turquía. Navantia ha asesorado a la Armada turca en la construcción del buque de ataque anfibio TGC Anadolu, capaz de operar con aviones, inspirado en el portaeronaves español Juan Carlos I. Navantia proporcionó el diseño, transferencia de tecnología, equipos y asistencia técnica al astillero Sedef de Turquía. La Armada turca seleccionó a Navantia para el proyecto en el 2013, bajo el gobierno de Mariano Rajoy.
Esa cooperación entre España y Turquía encendió luces de alarma en Grecia, suspicacia que se ha visto acrecentada en los últimos años. La hostilidad entre Grecia y Turquía es una constante histórica desde que los griegos consiguieron independizarse del imperio otomano en 1830 con la ayuda de Francia, Reino Unido y Rusia. Desde entonces, Francia ha sido país protector de Grecia. Francia e Israel son en estos momentos los dos grandes proveedores de armamento a Grecia, cuyas fuerzas armadas deben proteger la soberanía de seis mil islas e islotes, de las cuales solo 227 están habitadas. El Gobierno griego asiste con gran suspicacia al estrechamiento de relaciones entre España y Turquía.
Indra desea contar con los blindados turcos Otokar; interés español por los drones Baykar
Navantia es la clave principal. En estos momentos hay sobre la mesa un proyecto naval todavía más ambicioso. Los astilleros militares españoles podrían participar en la construcción del primer portaaviones turco, un buque de 300 metros de eslora, que recibirá el nombre de Tracia (región de la Antigüedad cercana al estrecho del Bósforo). En su última visita a España, en junio del 2024, el presidente turco Tayyip Recep Erdogan informó al presidente del Gobierno español del proyecto. Los trabajos previos han comenzado este verano. Participar en la construcción del Tracia sería muy importante para Navantia.
Turquía se está especializando también en la fabricación de drones de combate. Baykar es la compañía de referencia, una firma que el ministro de Transportes, Óscar Puente, visitó el pasado mes de junio.
Turkish Airlines ultima la compra del 25% de Air Europa con el beneplácito del Gobierno español
Fuera del ámbito militar hay otra operación en ciernes que confirma la buena relación político-económica entre España y Turquía. Se trata de la compra por parte de Turkish Airlines de entre un 26% y un 27% de Air Europa, la compañía que fue rescatada por la Sepi con 475 millones en plena pandemia. El presidente de Globalia, Juan José Hidalgo, principal accionista de Air Europa, ha solicitado la presencia de un representante turco en el consejo de administración. El Gobierno no ha puesto ninguna objeción a esta adquisición, que permitirá a Air Europa devolver el rescate.