Los activistas de la flotilla denuncian malos tratos a su llegada a España

El conflicto de Oriente Medio

Los liberados afirman haber reconocido bajo coacción la entrada ilegal en el país

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El concejal de ERC en Barcelona, Jordi Coronas, y la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a su llegada al Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona.

Pau Venteo / Shooting / Colaboradores

El primer grupo de españoles detenidos por Israel en aguas internacionales cuando trataban de llevar ayuda humanitaria a Gaza –entre ellos la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, el concejal de ERC Jordi Coronas y el diputado de Compromís en Les Corts Valencianes Juan Bordera– regresó ayer a España después de pasar tres días en prisión. Una primera tanda de 21 personas –de las 49 que fueron apresadas a bordo de la Global Sumud Flotilla– que fue deportada después de firmar un documento en el que aceptaban haber entrado ilegalmente en el país, pese a que defienden, tal y como captaron las cámaras de los barcos, que fueron llevados por las fuerzas israelíes al puerto de Asdod, a unos 40 kilómetros al sur de Tel Aviv. Una deportación voluntaria sobre el papel, pese a que denuncian que es, a todas luces, involuntaria.

Los otros 28 españoles, que se negaron a firmar la orden de extradición, seguían incomunicados a la espera de comparecer ante el juez, que deberá ratificar la salida forzosa del país. Tres de ellos se encuentran en huelga de hambre. “Nos han humillado, nos han metido en jaulas”, denunciaron los miembros de la flotilla que aterrizaron alrededor de las 20.30 en Madrid-Barajas procedentes de Tel Aviv a los numerosos periodistas que se concentraron en el aeropuerto, a donde se desplazó la ministra de Sanidad, Mónica García, y la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, junto a varias decenas de personas, muchas de ellas envueltas en banderas de Palestina.

“Hemos sufrido un secuestro y malos tratos, no se han respetado nuestros derechos”, dijo Colau

“Nos han golpeado, nos han arrastrado por los suelos, nos han vendado los ojos y nos han metido en jaulas”, denunció Rafael Barroso, uno de los activistas, que ya estudian seguir los pasos de otros compañeros liberados de otros países como Italia y emprender acciones legales por el trato vejatorio sufrido durante su detención.

Colau y Coronas prosiguieron el viaje a Barcelona, donde les esperaban una delegación de los comunes y de Esquerra. A su llegada incidieron en las denuncias de malos tratos y vejaciones. “Hemos pasado por una detención ilegal, un secuestro, hemos estado en una prisión de alta seguridad donde no se ha respetado ninguno de nuestros derechos y hemos sufrido maltratos. Pero lo que nosotros hemos sufrido no es nada con lo que pasa el pueblo de Palestina cada día”, explicó la ex alcaldesa. “Lo que hemos visto estos últimos días es lo peor de la humanidad”, señaló el concejal de ERC.

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Llegada de la Flotilla a Madrid desde Israel

Dani Duch / Propias

José Manuel Albares ha hablado de un acuerdo con Israel

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aseguró a mediodía en TVE que el Gobierno había llegado “a un acuerdo” con Israel para que el primer grupo de españoles abandonase Israel. También afirmó haber exigido a las autoridades israelíes que los parlamentarios españoles retenidos abandonasen el país de forma inmediata —pese a que los diputados italianos participantes de la flotilla, que han denunciado malos tratos y humillaciones, fueron liberados el viernes—. Desde la defensa de la flotilla, en cambio, explican que ha sido la firma de un documento, en el que se indica el deseo de la “inmediata” deportación, lo que permitió la primera veintena de salidas. 

Algo que vino a confirmar, a su modo, el ministro de Exteriores israelí en su cuenta de X, quien tachó de “provocadores” a los deportados. “Como dijimos, Israel desea que todos los participantes de esta provocación sean deportados lo antes posible, pero algunos de ellos han optado deliberadamente por prologar el proceso legal de deportación, prefiriendo permanecer en Israel”. Fuentes de la defensa insistieron en que la deportación, a diferencia de cómo lo ha presentado Israel, no ha sido voluntaria: “Los activistas son capturados y trasladados por la fuerza, y luego detenidos y deportados también forzosamente”.

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El cónsul español en Tel Aviv visitó también ayer a los 29 españoles que continúan en la prisión de Saharonim, en el desierto del Neguev. Albares le pidió que verificase que se les está proveyendo de agua y alimentos, además de que se cerciorase de que se encuentran en buen estado de salud. Pese a que el ministro de Exteriores prefirió reservarse detalles sobre las condiciones en prisión, sí recalcó que el Gobierno español está velando por su integridad física y el respeto a sus derechos.

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