“Si te pasas en exceso con la dosis de la anestesia, te puedes quedar en coma. Usted lleva el país al coma, se ha pasado de anestesia y lleva el país a la UCI”. Ese es el diagnóstico que Junts ha entregado al presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en su segundo debate de política general, un diagnóstico que contenía también otro aviso: “El contrato social está en peligro”.
La formación posconvergente, liderada en el Parlament por Albert Batet, afirma que la gestión del Ejecutivo catalán “hace aguas” y ha señalado durante su intervención que los servicios públicos que presta el Govern no se corresponden con los impuestos que pagan los catalanes. Una situación que ha describe como un “infierno fiscal”. “Lo que lo que genera malestar profundo es que la gente paga sus impuestos pero el país se le deshace en las manos. Pagan impuestos y no disponen de hospitales, colegios de calidad, trenes...”, ha proseguido el presidente de JxCat en el Parlament, que ha advertido que “cuando los deberes se cumplen y los derechos fallan, se estropea el ascensor social”. Una situación, que ha alertado después, da alas a los formaciones de los extremos que proponen “soluciones mágicas”.
En ese mismo sentido, los posconvergentes han apuntado que “entre los datos macroeconómicos y la realidad de la calle hay un sesgo”. “Las clases medias y trabajadoras se empobrecen. El PIB ha crecido, lo dijo ayer, pero el PIB per cápita, ha bajado. Eso no lo ha dicho”, ha recalcado Batet, que ha afirmado que “aunque hay menos paro que nunca los trabajos son poco cualificados”. “Se trabaja mucho y se cobra poco”, ha agregado.
Sobre la gran apuesta del president en materia de vivienda, desde JxCat han lamentado que el PSC ha obviado las medidas que propone su grupo y remarcan que de la mano de los comunes y de “quienes apuestan por el decrecimiento o las ocupaciones” no se puede llegar a una solución. Además, ha resaltado que sin presupuestos las medidas no son más que “propaganda”.
En relación con la cuestión nacional, Batet ha recurrido a las mismas críticas que hace un año, desde el mismo atril, dirigió al president y le ha afeado que no alce la voz en Madrid para quejarse por el déficit de inversiones. “Usted es presidente de la Generalitat, no el salvador de Pedro Sánchez ni el salvador de la monarquía española”, le ha espetado Batet a Illa. “No le pedimos que se haga independentista, pero como mínimo defienda Catalunya”, le ha exigido.
Esta última afirmación ha enojado al president, que en su turno de réplica ha rechazado el diagnóstico posconvergente y ha retado a la oposición a señalar “una sola cosa en la que Catalunya esté peor que hace un año”. En este sentido, el jefe del Govern ha pedido “mesura” a Batet a la hora de “decir ciertas cosas”, en referencias a las críticas por el estado de la sanidad o la educación. El hecho de que esté ahora como está “no es cosa de mi gobierno, sino tal vez de cómo se han hecho las cosas en los últimos años”, ha aseverado Illa, que también ha defendido su relación política y personal con el presidente del Gobierno. “Pienso que un Gobierno de Sánchez es lo mejor y no quiero ni pensar cómo irían las cosas con gobiernos de otro color político, y supongo que ustedes tampoco”.
PP catalán
Fernández acusa a Illa de convertirse en el “palanganero” de Sánchez y Puigdemont
El presidente del grupo Popular, Alejandro Fernández, ha tomado la palabra para trazar un discurso basado en dos ejes: la denuncia y la argumentación de los motivos por los que, a su entender Catalunya no ha recuperado la normalidad, lamentando que Illa se haya convertido en el “palanganero” de Pedro Sánchez y Carles Puigdemont. Y, asimismo, presentando un modelo alternativo de “centro derecha liberal europeísta” basado en rebajas impositivas (supresión de sucesiones, patrimonio y deflactación del IRPF), cambios en el sistema educativo, refuerzo en la seguridad, cambios en la política migratoria y, entre otras cuestiones, denunciando el intervencionismo en el mercado de la energía y la vivienda.
Ha arrancado su discurso con un tono crítico, apuntado que Illa ha sido incapaz de salir de la estela de una gobernación de Catalunya que arrancó en el 2015, con la investidura de unos presidentes de la Generalitat condicionados por la CUP. Y, tras las elecciones del 2024, condicionado en exceso por la “llave” de ERC. Una situación que le somete, ha dicho, a un “trágala” constante. Y en este trágala es cuando ha lamentado que el president haya perdido su papel institucional, su liderazgo, para convertirse “en un mediador a lo Santos Cerdán”.
En este contexto, ha considerado que el Govern del PSC no ha podido cambiar nada en este primer año de legislatura. Tan sólo las formas, la “empatía” de Illa sobre la que ha ironizado pero recordando que Catalunya no necesita “ningún terapeuta” sino un modelo alternativo. Alejandro Fernández ha querido describir a un president que basa su actuación en un “relativismo moral”, y en este sentido ha recordado que hoy hace ochos años, ambos se manifestaban junto en la concentración contra el procés independentista celebrada en el 2017.
El presidente del PP de Cataluña, Alejandro Fernández.
Los populares van subiendo su tono de oposición a Illa, pero sin salirse de un marco de respeto -alejado así de lo que sucede en el Congreso de los Diputados-. Pero Alejandro Fernández ha querido traer de nuevo al pleno el presunto vínculo de Salvador Illa con la trama de las mascarillas cuando era ministro de Sanidad, lo que ha querido desmentir el president en la réplica.
En su análisis, el dirigente popular ha indicado que en Catalunya aún es necesaria construir una alternativa de centralidad democrática tras el procés.
Vox
Garriga acusa al Govern de sumir a Catalunya en una “auténtica espiral criminal”
En el turno de Vox, Ignacio Garriga ha tildado de “estafa política” la gestión del actual Govern, el “más débil de los últimos años”, al que le ha reprochado que trate de convertir Catalunya en “la casa de acogida de Palestina” por su plan para recibir a estudiantes y profesionales de la región como consecuencia de la guerra de Gaza. Pero el dirigente ultra también ha insistido en culpar al president de la “inmigración masiva irregular” que “está disparando la inseguridad y colapsando los servicios públicos”.
Vinculando inmigración y delincuencia, Garriga ha acusado al Govern de sumir a Catalunya en una “auténtica espiral criminal” y de convertir la seguridad en “un privilegio”. Ante esto, el líder de Vox ha apostado por “deportaciones masivas”, a la vez que ha puesto el foco en el aumento de las agresiones sexuales: “En cinco años se han triplicado las violaciones, se han disparado un 500%”, hasta el punto de que Catalunya alberga el 32% de todas las violaciones de España”, ha asegurado.
El vocabulario y las formas que ha utilizado Garriga le ha valido la llamada al orden del presidente del Parlament, Josep Rull, y el president ha entrado en el cuerpo a cuerpo remarcando la actitud de Vox cuando ha tenido responsabilidades de gobierno. “Cuando tienen ocasión de influir en un gobierno desaparecen; allí donde gobiernan los que piensan como usted, un profundo fracaso, no tengo más que decirle”, ha zanjado.
CUP
Los anticapitalistas ven “resignación” en el Govern de Illa
Xavi Pellicer, diputado de la CUP, ha dibujado un panorama “desolador” por el “auge reaccionario, el genocidio imperialista en Palestina y la crisis ecosocial global”. Los anticapitalistas comparten que hay que “pasar del miedo a la esperanza” y defienden que hay motivos para ello, pero sostienen que el Govern “va a rebufo de los grandes poderes económicos y parece que aquí nunca pasa nada”. De hecho, lamentan que “en un momento de decepción en la calle”, no recuerdan un “personaje en blanco y negro” como Salvador Illa.
En paralelo, indican que ven “resignación en la lucha por la esperanza” y le han pedido cambios en el modelo de país, la vivienda y blindar la inmersión lingüística. Por ello, Pellicer ha acusado al Govern de “no estar dispuesto a acabar con el privilegio de unos pocos”, algo que es “gasolina para la frustración, la desorientación y la extrema derecha”. Sobre la propuesta de construcción de más de 200.000 pisos, la CUP lo ve una “frivolidad con la que no se puede jugar” y detectan tres riesgos: “Pueden ser promesas vacías en una cuestión tan sensible, derivar en una burbuja inmobiliaria y un modelo de barraquismo vertical”.
Durante su réplica, el líder del Executiu ha defendido la protección del modelo de escuela catalana y ha tendido la mano a los anticapitalistas para llegar a acuerdos en vivienda, por ejemplo. Eso sí, ha presumido de su propuesta de construcción de pisos: “Si hubiera hecho un planteamiento conservador, prudente y poco ambicioso, ustedes me dirían que estamos en emergencia habitacional. Mi obligación es fijarme objetivos ambiciosos”.
Por parte de Aliança, Sílvia Orriols se ha mostrado muy crítica con el anuncio del president sobre acoger de forma temporal a jóvenes palestinos y ha anunciado que propondrá eliminar las subvenciones a los partidos políticos.
En su intervención, la también alcaldesa de Ripoll ha negado que la campaña militar de Israel sea un genocidio: “No ha habido ningún exterminio deliberado de grupos étnicos y religiosos, el 20% de la población israelí es árabe”. Asimismo, ha apuntado que en Catalunya ya hay personas sin hogar. “¿No ha encontrado causas en Catalunya donde invertir ese capital?”, ha cuestionado Orriols, que ha lamentado que “se regalarán impuestos de los catalanes a un territorio donde no hay elecciones democráticas desde hace décadas”.
