Fiebre nuclear

Newsletter 'Penínsulas'

El modelo energético español se está poniendo en cuestión

Abstract Reactor Tokamak - 3d render image of  nuclear fusion reactor, tokamak magnetic field to confine plasma in the shape of a torus. Toroidal shape, clean energy. Cutting-edge tokamak fusion reactor generating clean, sustainable energy with plasma. The future of power technology.

Imagen renderizada en 3D de un reactor de fusión nuclear.

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Rusia. Círculo Polar Ártico. El 14 de septiembre del 2019 llega al puerto de Pevek la primera central nuclear flotante del mundo. A orillas del océano glacial, Pevek se halla en el extremo oriental de Siberia, no muy lejos del estrecho de Bering y de Alaska. Sería el lugar más perdido del mundo si en la región autónoma de Chukotka no existiesen importantes yacimientos de cobre y oro. Esos yacimientos fueron localizados en los años setenta por los geólogos soviéticos que estudiaban las regiones árticas y quedaron archivados en los pliegues de algún plan quinquenal. Disuelta la Unión Soviética, el oligarca Román Abramovich tuvo acceso a esa información y compró los terrenos en el momento oportuno. Su amigo Vladímir Putin le nombró gobernador de Chukotka y un día llegó al puerto de Pevek la central nuclear flotante Akademik Lomonosov, una plataforma de 21.500 toneladas con dos reactores capaces de proporcionar energía a una ciudad de cien mil habitantes durante cuarenta años.

Su tarea principal, sin embargo, no es iluminar y dar calefacción a la gélida Pevek. Ese ingenio, propiedad de la empresa estatal Rosatom, fue construido para proporcionar energía a las minas de oro y cobre. Las minas de Abramovich. Lo cuenta el periodista italiano Marzio G. Mian en el libro Guerra Blanca, recién traducido al castellano, un excepcional reportaje sobre la fiebre del Ártico, el nuevo Far West de rusos y norteamericanos. Mientras los astilleros de San Petersburgo construían esa primera central atómica flotante, Alemania empezaba a cerrar sus centrales nucleares, incrementando la dependencia del gas ruso en la confianza de un largo periodo de paz con Moscú.

Pevek nos dice algo sobre el mundo que viene. Nos habla de la importancia que el Ártico tiene para Rusia y de la mimética ambición de Estados Unidos, que ahora quiere apoderarse de Groenlandia y anexionar Canadá. Y nos habla también de los nuevos desarrollos de la industria nuclear. Las grandes potencias siguen apostando fuertemente por la energía nuclear y ahora viene la era de los reactores modulares reducidos (SMR). Penínsulas siente un gran interés por el Ártico, pero hoy nos adentraremos en el “debate nuclear” que ha surgido en España después del gran apagón del 28 de abril, y lo haremos con la colaboración de Santiago Fernández Muñoz, profesor de Geografía en la Universidad Carlos III de Madrid.

Escenario internacional. El pasado 27 de octubre, Michael Tabtabai, vicepresidente de política global de OpenAI, la empresa que ha popularizado la Inteligencia Artificial Generativa a través de Chapt GPT, envió una carta abierta al Gobierno de los Estados Unidos en la que urge a multiplicar la producción eléctrica de Estados Unidos para competir con China en el despliegue de la IA. “Las limitaciones en la generación eléctrica amenazan el liderazgo tecnológico del país. China, en su esfuerzo por liderar la IA mundial para 2030, ha añadido 429 GW de capacidad energética en 2024, lo cual supone más de un tercio de toda la red eléctrica estadounidense. En 2024, EE. UU. solo ha añadido 51 GW a su producción eléctrica”, escribía. OpenAI propone ‘liberar electrones’ a toda velocidad. Un ambicioso crecimiento anual de 100 GW de potencia, relajar al máximo los controles ambientales, dedicar subvenciones federales a las nuevas instalaciones nucleares y poblar Estados Unidos con una intensa red de centros de datos, infraestructura básica para el despliegue de la IA. La misiva añade que se deberán formar a diez millones de trabajadores con competencias en IA en los próximos años. ¿Cómo formar a esos diez millones de nuevos trabajadores limitando al máximo la inmigración?

Los reactores de bolsillo. La central flotante de Pevek en el Ártico, dedicada al académico Mijail Lomonosov, padre de los estudios geográficos en Rusia, gran investigador del Ártico, es el primer ejemplar de esa nueva generación de reactores nucleares de pequeño tamaño, fijos o móviles, para generar energía en zonas remotas del planeta, dar servicio a los voraces centros de datos, o reforzar la potencia en zonas industriales de alto consumo eléctrico. China ha puesto en funcionamiento el primer SMR en tierra firme en la provincia de Hainan. China también está construyendo en estos momentos once nuevos reactores nucleares convencionales, mientras controla el 80% del mercado mundial de placas fotovoltaicas y es líder mundial en energía eólica. Efectivamente. China está acelerando mucho en la electrificación de su economía.

Estados Unidos no quiere quedarse atrás. Hay una carrera entre las grandes compañías tecnológicas estadounidenses para dotarse de centrales atómicas de bolsillo o comprar su producción. Pronto veremos centros de datos en Estados Unidos alimentados por pequeñas plantas nucleares. La industria nuclear francesa también trabaja en esa dirección. En el Reino Unido, la empresa Rolls Royce, industria aeroespacial, gran fabricante de motores, ha empezado a diseñar reactores modulares reducidos. En Alemania se ha abierto un debate sobre ellos. Ponga un SMR en su vida. En Pevek, Siberia Oriental, no hubo discusión. Un día vieron aparecer unas cegadoras luces blancas en el brumoso puerto: ahí estaba la central nuclear flotante Akademik Lomonosov.

Neutron hitting an atomic nucleus, causing it to divide into two new nuclei and ejecting neutrons. 3d illustration.

Ilustración en 3D. Un neutrón impacta contra un núcleo atómico, provocando su división en dos nuevos núcleos y la eyección de neutrones.

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El gran apagón en España. En España, el “debate nuclear” se ha reabierto después del gran apagón eléctrico del 28 de abril del 2025 que dejó el país a oscuras durante varias horas. De inmediato se inició una feroz campaña en las redes sociales que culpaba a la energía renovable de lo ocurrido. Las centrales nucleares, se argumentaba, son imprescindibles para la estabilidad del sistema. Los debates en las redes son muy eficaces planteando disyuntivas. Blanco o negro. Bueno o malo. Renovable o nuclear. Progre o conservador. Los matices se escapan. Las centrales nucleares no pueden apagarse o ponerse en marcha de manera inmediata. No son el mejor estabilizador. Los ciclos combinados de gas actúan de manera más flexible.  Desde el apagón, España está quemando más gas para garantizar la estabilidad de la red. Nadie se la quiere jugar.

Pero el debate ya estaba abierto en términos primarios. Después, las grandes compañías eléctricas han comenzado a jugar al ajedrez sobre el tablero de la política española, en el que desde hace meses se busca el jaque mate al Gobierno. Jaque mate (moción de censura), o Gobierno ahogado por el bloqueo parlamentario. Un Gobierno que ha tomado algunas decisiones de largo recorrido. Ha elevado la generación de electricidad renovable al 65% de la capacidad de producción total, poniendo las bases de un nuevo modelo energético, compartido con Portugal. Un modelo capaz de abaratar la energía y atraer inversiones industriales, cosa que está ocurriendo.

En 2015, la energía renovable suponía el 35% de la capacidad de producción total. En 2025 se ha alcanzado el 65%. ¿Se ha abaratado la electricidad? El Banco de España estima que el precio de la electricidad en 2024 fue más de un 40% inferior del que hubiéramos tenido que pagar de no haberse incrementado la generación eólica y fotovoltaica. El mismo informe prevé una rebaja de precio del 50% si se cumplen los escenarios de despliegue de generación renovable contemplados en la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que fijan un objetivo del 81% para 2030.

¿Podrá cumplirse ese objetivo? Después del gran apagón se ha abierto una fenomenal batalla de posiciones e intereses. El lobby nuclear pisa fuerte. Las grandes compañías eléctricas se están moviendo. Para garantizar la estabilidad del sistema se ha reforzado el zócalo de seguridad y se esta consumiendo más gas. Como consecuencia de ello se está sacrificando capacidad de producción renovable. Y hay un problema adicional con la demanda. Hace falta más red eléctrica para satisfacer los nuevos proyectos industriales. El coche eléctrico no acaba de despegar. Todo sumado está provocando una caída de las rentabilidades esperadas por los inversores en renovables. Eso puede traer problemas. Uno de los indicadores del desacople entre oferta y demanda es la creciente duración de los periodos en los que el precio de la energía es cero o incluso negativo. Entre enero y junio de 2025 se estima que fue de 607 horas, es decir, equivaldría a 25 días completos. Estos periodos se concentran especialmente en las horas centrales del día, en los meses de primavera y verano, cuando las plantas fotovoltaicas tienen sus picos de producción y la demanda no es capaz de absorber toda la producción.

La retirada paulatina de la energía nuclear y su sustitución por las renovables daría más mercado a las renovables. La posible prolongación de la vida útil de las nucleares puede afectar a la rentabilidad de la eólica y fotovoltaica, frenando su crecimiento. Nadie cuestiona abiertamente el modelo, pero en realidad se ha abierto una discusión que puede afectar a su viabilidad.

Navalmoral de la Mata (Cáceres), 7/5/2025.- Central nuclear de Almaraz situada enla localidad cacereña de Navalmoral de la Mata, refrigerada por el río Tajo pertenece a las empresas Iberdrola, Naturgy y Endesa que forman la Sociedad Centrales Nucleares Almaraz-Trillo. EFE/ Mariscal

Central nuclear de Almaraz, situada en la localidad cacereña de Navalmoral de la Mata, refrigerada por el río Tajo. 

Mariscal / EFE

El cierre escalonado. El Gobierno y las principales empresas eléctricas acordaron en 2019 un cierre escalonado de las centrales nucleares en España entre los años 2027 y 2035. Almaraz, Ascó I, Cofrentes, Ascó II, Vandellòs y Trillo. Ese sería el orden de cierre. El acuerdo se consolidó en 2019, el mismo año en que la central nuclear flotante Akademik Lomonosov llegaba al lejano puerto de Pevek en el Círculo Polar Ártico para dar energía a unas riquísimas minas de cobre y oro.

2019. Casi nadie discutía entonces el concepto ‘transición ecológica’. Hoy esa expresión casi ha desaparecido del léxico oficial de la Unión Europea. Faltaban tres años para el inicio de la guerra de Ucrania y Alemania estaba cerrando centrales nucleares sin saber lo que le vendría encima. Donald Trump estaba culminando su primer mandato con un programa menos elaborado que el actual. Y Putin ya tenía muy claro que el Ártico es la gran reserva estratégica de Rusia.

El gran apagón creó una fisura en la opinión pública y las compañías eléctricas propietarias de Almaraz (Iberdrola, Endesa y Naturgy) han propuesto formalmente al Gobierno posponer el cierre de la central nuclear extremeña hasta junio del 2030. Quieren ganar tiempo. Dentro de dos años, quizás menos, España podría tener otro Gobierno con otros planteamientos sobre la continuidad de la energía nuclear. El presidente del Gobierno se está mostrando receptivo a esa petición si no comporta gastos adicionales para el Estado. Habrá elecciones en Extremadura dentro de cuatro días. Una enmienda instrumental introducida por en el Senado por el PP a la ley de Movilidad Sostenible podría favorecer esa prórroga.

Extremadura y Catalunya. No podía faltar la discusión territorial. La ‘cuestión catalana’ es en algunos lugares de España un combustible más eficaz que el uranio enriquecido. La implantación de las energías renovables ha sido lenta en Catalunya: territorio muy urbanizado, sobre todo en el litoral; intereses económicos locales muy diversificados, protestas intensas, y diez años de procés. Ni ERC ni Junts querían enfrentarse con sus electores cuando estos enarbolaban pancartas contra un parque eólico o una instalación de placas fotovoltaicas. La mitad de la energía eléctrica que se consume en Catalunya la producen las centrales nucleares de Vandellós y Ascó, de propiedad mayoritariamente italiana (Endesa es filial de Enel, gran empresa pública italiana de electricidad directamente dependiente de Roma). La soberanía energética de Catalunya está hoy depositada en el despacho de Giorgia Meloni, presidenta del Consejo de Ministros de la República Italiana, firme partidaria de la introducción en su país de los pequeños reactores nucleares. Creo que nos vamos entendiendo. El calendario de cierre de centrales en Catalunya difícilmente podrá llevarse a cabo, razón por la cual la Junta de Extremadura ha dicho: “Nosotros no vamos a ser menos, Almaraz no se cierra”. Las elecciones extremeñas se celebrarán el próximo 21 de diciembre.

Se está poniendo en discusión el modelo energético español sin que nadie hable aún de la instalación de reactores SMR en España. Esto sucederá más adelante.

(Este nuevo capítulo de 'Penínsulas' ha contado con la colaboración de Santiago Fernández Muñoz, profesor de Geografía Humana en la Universidad Carlos III de Madrid, socio de SILO y antiguo jefe de proyectos de la división de Evaluación de Políticas Públicas de la AIReF.)

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