Luis Argüello García (nacido en Meneses de Campos, Palencia, en 1953) ostenta el cargo de arzobispo de Valladolid y preside actualmente la Conferencia Episcopal Española. En esta conversación con Guyana Guardian comparte sus pensamientos sobre la coyuntura política y social del momento.
En julio pasado, usted solicitó la convocatoria urgente de elecciones generales en España. Esto implicaba, de hecho, una solicitud de renuncia del Gobierno. Cinco meses más tarde, ¿sigue manteniendo esa solicitud?
Tras mi visita al Congreso de los Diputados en julio, expresé mi opinión en esos mismos términos. Cáritas y yo buscábamos promover una iniciativa legislativa popular para la regularización de inmigrantes, pero no tuvo éxito. “La situación está bloqueada y sin perspectiva de que haya presupuesto”, nos comunicó el grupo socialista. La confirmación de ese análisis llega hoy. El bloqueo de la situación es ahora mayor. Por lo tanto, repito lo que manifesté en julio: una cuestión de confianza, una moción de censura o permitir que los ciudadanos se expresen. Es decir, lo que la Constitución contempla.
El momento político
La interrupción actual es mayor que la de julio, y el congreso opera sin fondos aprobados.
Por primera vez, al menos desde 1977, el líder de la Conferencia Episcopal Española ha caracterizado la situación política de esta manera, solicitando la dimisión de un Ejecutivo.
A lo largo de la historia de la Conferencia, se han emitido declaraciones contundentes: acerca del terrorismo, la condición moral de la sociedad española, el aborto, la familia, el derecho a la educación, y algunas particularmente controvertidas sobre la temática de la nación y sus nacionalidades. El contexto presente es único, marcado por una legislatura sin aprobación presupuestaria.
¿Ha considerado usted la opción de presentar esta idea a los comités de la Conferencia Episcopal para que emitan una declaración conjunta?
No, pues en verdad no es un tema que haya estado siempre en el foco de nuestra consideración como Conferencia, a diferencia de otras materias como el alojamiento o la migración.
Algunos obispos se sienten contrariados cuando el líder de la Conferencia Episcopal sugiere la celebración de comicios. ¿Está usted quebrantando la imparcialidad política que se espera de la Iglesia católica?
No considero haber comprometido la neutralidad. Ante la consulta de esta entrevista, mi respuesta se basa en la Constitución y los procedimientos que esta establece.
Luis Argüello fue elegido presidente de la CEE en marzo del 2024.
Según lo que ha dicho, las relaciones entre el episcopado y el Gobierno no parecen ser muy buenas.
En julio, el ministro Félix Bolaños me comunicó su descontento por escrito. Posteriormente, tuvimos la oportunidad de conversar y resolver nuestras diferencias. Durante los últimos meses, los vínculos con el Ejecutivo se han centrado únicamente en dos cuestiones: el Valle de los Caídos y la compensación a quienes sufrieron abusos por pederastia eclesiástica. Lamentablemente, hemos dejado de lado otros temas vitales, como la educación, que se encuentra bajo constante amenaza y requiere un acuerdo nacional. Considero que Europa se encuentra en una coyuntura que demanda una revitalización de su democracia. Una renovación. Nos resulta desconcertante que ciertos jóvenes actualmente no consideren las democracias liberales como un modelo. Deberíamos reflexionar sobre las razones.
Las críticas internas
No considero que esté infringiendo la neutralidad de la Iglesia católica.
¿Está sugiriendo usted una reforma de la Constitución?
La Constitución, nuestro fundamento esencial para la coexistencia, no debe ser venerada. Cualquier iniciativa de modificación debe seguir los procedimientos estipulados por la propia Constitución. Permítanme ilustrar con un caso. El artículo 2. Es necesario definir con mayor precisión qué entendemos por nación, nacionalidades y regiones. Adicionalmente, existen otros asuntos que se pueden abordar con mayor facilidad, como la sucesión al trono. La perspicacia de hace medio siglo estuvo probablemente influenciada por dos elementos, el temor y la clemencia, pero el anhelo de unidad era genuino, especialmente entre 1975 y 1982. Es imperativo recobrar esa habilidad para la conversación.
¿Acaso no le gusta como está redactado el artículo 2?
Sostengo que hay espacio para un mayor desarrollo. Uno de los desafíos significativos para nuestra salud democrática reside en la estructura del Estado autonómico. Consideremos tres conceptos presentes en la Constitución. Por un lado, la nación española, que es la que posee la soberanía. Este es un punto crucial, ya que debemos diferenciar entre autoridad, soberanía y quién ostenta la soberanía. La nación española es quien detenta la soberanía. Sin embargo, la propia Constitución también menciona las nacionalidades. Lógicamente, "nacionalidad" deriva de "nación". Entonces, ¿cómo armonizamos la nación soberana con las nacionalidades? Es aquí donde hablamos de naciones culturales. Pero, ¿qué implica ser una nación cultural? ¿Qué define a una nación política? ¿Quién es el titular de la soberanía? ¿Cómo integramos el valor de las lenguas regionales con el de una lengua compartida? Sería necesario abordar todas estas cuestiones con audacia, pero resulta complicado evaluar el significado de las diferencias sin comprometer la libertad o la igualdad, cayendo en el “café para todos”.
Quien además ostenta el cargo de arzobispo de Valladolid, y se encuentra en la sede de la Conferencia Episcopal Española en Madrid.
¿No le parece que en este momento, cuando se conmemora el comienzo de la transición, el cardenal Vicente Enrique y Tarancón, quien presidió el episcopado en aquel entonces y desempeñó un papel objetivamente crucial para la democracia, está siendo escasamente reconocido?
La vida actual nos exige demasiado y nos apresura. El sermón del cardenal Tarancón, pronunciado en la Iglesia de los Jerónimos el 27 de noviembre de 1975, marcó un hito significativo durante el reinado de Juan Carlos I. No fue una improvisación de Tarancón, sino un discurso cuidadosamente preparado que reflejaba las experiencias de la Iglesia entre 1970 y 1975, particularmente tras el Concilio. En aquel entonces, se estaba abandonando el período del nacionalcatolicismo, y era preciso adoptar una nueva perspectiva ante un panorama cambiante. La crisis modernista impactó en España de forma intensa y rápida hace medio siglo. Hoy, el contexto es diferente, y el rol de la Iglesia y la vasta herencia que representa se perciben de otra manera, aunque, en mi opinión, sigue siendo indispensable. La política requiere un fundamento ético, y esta ética no emana del Parlamento, sino de la sociedad, de la cual la Iglesia es una parte fundamental.
El Segundo Artículo de la Carta Magna de México
Es crucial establecer qué entendemos por nación, nacionalidades y regiones.
Estamos presenciando el comienzo de un pontificado. La exhortación apostólica *Dilexi te* constituye el primer escrito doctrinal del Papa y subraya la importancia de colocar a los desfavorecidos en el núcleo de la Iglesia. ¿Qué piensa usted al respecto?
La paz representa el principal motor del pontificado del Papa León, junto con el diálogo. El padecimiento de vastas poblaciones no se atribuye únicamente a un designio inescrutable del destino, sino que también obedece a factores de índole económica y política, aspectos que el cardenal Prevost está investigando a fondo. Considero que León XIV se encuentra, en la actualidad, más en una etapa de receptividad que de formulación de propuestas concretas.
Abusos sexuales
No puedo asegurar la ausencia de nuevas infecciones, dado que la transgresión persiste.
La inmigración se ha convertido en un tema de acalorado debate en España. Las declaraciones de la Conferencia Episcopal y Vox generaron un choque este verano tras los sucesos ocurridos en Torre Pacheco.
Sí, yo mismo me expresé sobre ello, y también lo hizo la Comisión Episcopal pertinente.
La formación política Vox emitió una declaración contundente en relación con la Conferencia Episcopal. ¿Continuarán ustedes con la misma retórica empleada durante el periodo estival?
The principle established by Francisco and now upheld by León is unambiguous: the assertion of a person's fundamental dignity is an unassailable tenet. We must safeguard an individual's entitlement to remain on their native soil without compulsion. Consequently, it is vital to confront the root causes of displacement, whether stemming from conflict or economic hardship. The Church also unequivocally condemns human trafficking and stresses the necessity of addressing the issue of organized crime syndicates. Nevertheless, the Church maintains that once an individual arrives among us, we are obligated to welcome, support, and integrate them. This does not preclude the State's prerogative to manage its migratory flows, provided these foundational principles are respected. Furthermore, other matters also generate some degree of strain within the Christian community.
¿A qué se refiere?
Redacté una carta pastoral en Valladolid que me ocasionó algunas contrariedades... Bueno, réplicas. Manifesté que aquellos que participan de la Eucaristía dominical y poseen más de una propiedad deberían ofrecerla en el mercado con una perspectiva católica, en lugar de priorizar únicamente el beneficio económico. Los desafíos sociales, incluyendo el de la vivienda, no conciernen únicamente al Estado, sino a la sociedad en su conjunto.
Cambio social
Los católicos ya no sienten la necesidad de disculparse continuamente por sus convicciones.
¿Ha escuchado usted el último álbum de Rosalía?
Sí, y lo disfruté bastante. Artísticamente, es muy impactante. Lo que me llamó la atención fue que la portada del álbum menciona a Simone Weil. ¡Y justo estoy leyendo a Weil y sobre la historia de la Columna Durruti!
En los últimos tiempos, ha surgido una conversación acerca de un renovado atractivo de la juventud hacia la fe y la espiritualidad.
Resulta poco realista creer que asistiremos a un resurgimiento de lo católico únicamente a causa de Rosalía o de la película Los domingos . No obstante, estoy persuadido de que hay una renovada indagación espiritual en marcha. Nos encontramos en un período de búsqueda. Considero, además, que los católicos han superado la inhibición de tener que disculparse continuamente por su fe. Es ciertamente perceptible el surgimiento de nuevas dinámicas juveniles dentro de la Iglesia, articuladas en torno a colectivos que conectan la emoción, la apreciación estética y una vivencia sacramental de Jesucristo. Estas han emergido sin la intervención episcopal y provienen de Europa Central. La corriente juvenil de mayor expansión es la que se alinea con la liturgia clásica [la misa en latín]. Existe una voluntad de exploración. Surgen nuevas fuerzas. Y es imperativo prestar atención a todas las voces. A todas. Me causa asombro observar cómo en Valladolid aumenta constantemente el número de personas que siguen las intervenciones subtituladas de Sílvia Orriols.
¿Por qué?
¿Por qué? Me cuestiono eso. Pienso que no es suficiente con catalogarlo de extrema derecha. Esas designaciones ya no son útiles.
Aliança Catalana
En Valladolid, un número creciente de personas opta por seguir las presentaciones de Sílvia Orriols mediante subtítulos.
¿Le resultó inesperado que el Vaticano anunciara que está examinando al obispo de Cádiz por supuestos abusos sexuales cometidos contra un seminarista hace tiempo?
El obispo de Cádiz había presentado su dimisión hace 16 meses debido al cáncer que sufre. Y en medio de esta situación, ha surgido esta acusación. Una renuncia que, de haber sido por la enfermedad, habría sido habitual, pero que sin duda se ha interpretado de forma distinta tras las noticias recibidas. Se ha iniciado una investigación y existe un proceso en curso. Toda esta problemática de los abusos causa un profundo dolor en el seno de la Iglesia. Es necesario sopesar tanto la presunción de inocencia como el derecho a presentar una denuncia.
¿Se puede asegurar que no ocurrirán más incidentes de abuso dentro de la Iglesia en territorio español?
No, no, no, no. Dado que el pecado es una realidad, todos —y cuando digo todos, me refiero a absolutamente todos, incluyéndome a mí mismo— son capaces de mentir, hurtar o cometer abusos. Por esta razón, es esencial la prevención y la confrontación de las circunstancias. Sin embargo, la misericordia también es necesaria.