Mientras Wicked arrasa en los cines de todo el mundo tras hacerlo en Broadway durante varios años, muchos no pueden evitar comparar el proceso de su rodaje con las leyendas oscuras que rodean a El Mago de Oz.
Si bien la nueva película sobre las brujas de Oz ha llegado a los cines sin mayores complicaciones, el rodaje de la mítica película de 1939 fue todo un calvario. Con más de seis meses de filmación a un ritmo extenuante, no es de extrañar que, a día de hoy, siga siendo conocida por su infierno detrás de cámaras.
Numerosos problemas
Drogas, tratos vejatorios, lesiones, orgías y un posible suicidio
A pesar de que El Mago de Oz se ha consolidado como uno de los mayores clásicos de la historia del cine, su rodaje estuvo marcado por tragedias y sufrimientos. El más famoso de los mitos es el del supuesto suicidio de un munchkin, visto entre los árboles en una de las escenas más emblemáticas, aunque nunca se ha confirmado oficialmente. Este tipo de rumores contribuyó al aura de película maldita que rodea a este proyecto.
Judy Garland, la joven actriz que interpretó a Dorothy, fue otra víctima del proceso. Obligada a llevar corsés apretados y a someterse a jornadas de trabajo inhumanas, sufrió las consecuencias del abuso laboral. En su caso, el consumo de anfetaminas y barbitúricos se convirtió en una constante, y esto dejó cicatrices importantes en su vida personal y profesional.
Pero no fue la única. El actor Jack Haley, que interpretaba al Hombre de Hojalata después de que Buddy Ebsen enfermara por culpa de su maquillaje, padeció una grave infección ocular por el mismo motivo, mientras que Margaret Hamilton, la Bruja del Oeste, sufrió quemaduras en una escena. Su doble de riesgo también tuvo un accidente que le provocó importantes heridas.
Tanto Hamilton como Garland sufrieorn durante el rodaje
Y como si todo eso no fuera suficiente, los munchkins se ganaron una mala reputación por su comportamiento fuera de cámara, asociado al alcohol y a fiestas escandalosas con orgías tras cada jornada de rodaje. Además, el uso de amianto en la nieve artificial también dejó un rastro de consecuencias para la salud de algunos otros miembros del equipo de rodaje.
A pesar de todo esto, El Mago de Oz sigue siendo una joya del cine, y Wicked le da nueva vida a una historia que, más de 80 años después, sigue fascinando a espectadores de todas las edades.
