Pensar en mar abierto suele activar una idea muy concreta: la posibilidad de encontrarse con un tiburón. La imagen de una silueta oscura moviéndose bajo el agua, con una aleta cortando la superficie, se instala rápido en la cabeza.
No hace falta estar en el Atlántico ni en Australia para que ese pensamiento aparezca. Basta con alejarse unos metros de la costa para que la mente empiece a imaginar cosas. Aunque la lógica diga que es muy poco probable, el susto llega igual. Y eso fue exactamente lo que les ocurrió a dos chicas mientras remaban en kayak en Marbella.
Pez luna
Un gran susto pero sin peligro
El vídeo, publicado en TikTok, muestra cómo ambas avanzan de forma tranquila hasta que se interrumpe todo por los gritos. Una de ellas va delante, la otra detrás, y aunque no están en mar abierto, sí se han alejado lo suficiente como para no tener ayuda inmediata. La reacción es automática. Se asustan, se quedan paralizadas unos segundos y, entre nervios y confusión, empiezan a girar la cabeza hacia donde han visto algo moverse.
En ese momento, la forma del animal que se acerca provoca aún más tensión. Tiene un tamaño considerable y parece mostrar una aleta. Por eso, lo primero que se les viene a la cabeza es que podría tratarse de un tiburón.
En zonas como la costa malagueña, este tipo de confusiones son habituales cuando aparece un pez luna. A primera vista, puede generar esa impresión por su forma ovalada y sus movimientos lentos cerca de la superficie.
En realidad, el pez luna no representa ningún peligro. Su cuerpo achatado y su gran tamaño lo hacen muy visible, pero su comportamiento es completamente inofensivo. Se alimenta principalmente de medusas y no tiene interés alguno por los humanos. Además, se mueve con lentitud y suele mantenerse a poca profundidad para calentarse al sol.
Por otro lado, la presencia de un tiburón blanco en esa zona resulta inviable. Esta especie necesita aguas frías y profundas, con corrientes oceánicas que no se dan en el Mediterráneo occidental. Según los registros científicos disponibles, no existen casos documentados de tiburones blancos en la costa de Málaga. Por eso, cuando alguien cree ver uno en estas playas, lo más probable es que esté viendo otra cosa.
Las imágenes se han hecho virales y el susto de las protagonistas se ha compartido ampliamente, pero lo que realmente se acercó al kayak fue un pez luna y nunca corrieron peligro. “Al menos veo que mantuvisteis la calma”, les comentaron con cierta ironía.