Sobrevivir a posibles agresiones machistas. Éste es el objetivo que reúne a mujeres como Montsant y Julia en clases de autodefensa para saber cómo reaccionar ante diferentes situaciones de violencia. Van una vez a la semana y la formación les permite ahora estar más tranquilas porque son “más conscientes” del entorno y saben cómo actuar.
“Necesitaba herramientas para sentirme más segura y tranquila”, dice Julia a ACN, mientras Montsant afirma que las clases le han permitido afrontar miedos que antes tenía en ciertos espacios. “Estar aquí me da mucha libertad”, insiste. Aprenden técnicas básicas para “escapar y sobrevivir”, explica Clarissa Fontana, una de las instructoras de los cursos de autodefensa feminista que se imparten en Ca la Dona.
Necesitaba herramientas para sentirme más segura y tranquila
Las clases consisten en técnicas básicas para apropiarse del cuerpo y saber escapar de posibles agresiones machistas
En las clases se imparte una “autodefensa feminista inteligente”, con técnicas inspiradas en las artes marciales que permiten responder a agresiones físicas, verbales o psíquicas reales o potenciales que sufren las mujeres en lo cotidiano. “No es un combate deportivo, se trata de sobrevivir”, remarca la instructora, quien explica que en las clases se enseñan “técnicas fáciles pero muy eficientes”.
Al principio se enseña a las mujeres a reaccionar ante agresiones verbales o físicas, reales o potenciales, para que sepan cómo gestionar el espacio y aplicar técnicas como golpes con la mano, codos o rodillas. También técnicas para escapar si un hombre las retiene. En un nivel ya superior, en el que están Montsant y Julia, se abordan agresiones más graves, como escapar de situaciones de violación, luchar en el suelo y saber caer sin dañarse y levantarse, entre otros.
Todo esto se practica con simulacros en los que la instructora simula las agresiones que sufren más habitualmente las mujeres, como que un hombre las llame a la calle o situaciones con parejas o exparejas. En los simulacros, Fontana ataca a las alumnas, las tira al suelo, se pone encima, las retiene o las insulta para que su cuerpo adquiera esta experiencia. “El cuerpo no distingue si es un teatro o situación real y conserva la experiencia”, explica.
Pese a que las agresiones “no son matemáticas”, la instructora aconseja siempre que se pueda correr y llamar para llamar la atención del resto de personas. “Siempre hay que decir lo que está pasando, nunca insultar ni entrar en discusión con el agresor. Si te están agrediendo, lo que dices debe ser para la gente de alrededor, no para el agresor”, subraya.
No es un combate deportivo, se trata de sobrevivir
Practican con simulacros en los que la instructora simula las agresiones que sufren más habitualmente las mujeres
Para Fontana, se trata más de “técnica que de conocimiento”. “Es ser más inteligente que utilizar la fuerza sucia. Si eres más inteligente y sabes cómo reaccionar, puedes escapar y sobrevivir, que es diferente que derrotar a alguien”, señala la instructora, que subraya que el objetivo es que “las mujeres se apropien de su cuerpo y entiendan que todos los cuerpos pueden defenderse”. “Es un derecho y no saber hacerlo nos deja bastante vulnerables”, añade.
“Me siento menos en peligro”
Como Montsant, Julia no tenía ningún conocimiento de autodefensa ni de artes marciales, y remarca que su actitud cuando está en la calle ha cambiado desde que hace las clases de autodefensa. “Me siento menos en peligro, aunque quizás la situación no ha cambiado ni yo estoy más fuerte, pero siento que soy más consciente y que me muevo en el espacio más a gusto”, afirma Julia. Como Montsant, asegura que las clases también le permiten conocer a otras mujeres con los mismos intereses y preocupaciones. “Es pensar que no estoy sola con los miedos”, insiste.
En cuanto a los perfiles de asistentes a los cursos, Fontana asegura que existen de todas las edades y que algunas van por prevención, como es el caso de Julia y Montsant, y algunas también son madres e hijas que van conjuntamente. En otros talleres también existen mujeres que han sufrido violencia e incluso algunas que conviven con su agresor.
Me siento menos en peligro, aunque tal vez la situación no haya cambiado ni estoy más fuerte
La instructora y una alumna practican técnicas para escapar de una agresión
Según explica Fontana, las clases de autodefensa tuvieron un pico de asistencia después del covid, momento en el que hubo un incremento de las denuncias, y en los últimos años la cifra de participantes se ha mantenido igual. De ahí que llame a las mujeres a “romper prejuicios” sobre la autodefensa.
“Si somos un colectivo y sufrimos violencia, necesitamos operar como conjunto. Si tenemos prejuicios entre nosotros mismas de edad o de nacionalidad, empecemos mal. ¿Por qué los hombres tienen tanto poder? Porque existe la fraternidad y ellos la practican. Nosotros tenemos que aprender la sororidad”, concluye.
“Se trata de entender que te puedes salvar sola”
El objetivo de la autodefensa es “romper prejuicios” y que las mujeres sean conscientes de que “pueden defenderse por sí mismas”, afirma Fontana. “Se trata de entender que te puedes salvar sola, no de derrotar a un contrincante oa un enemigo, sino de hacer cosas eficientes muy rápido y huir”, añade, remarcando que el objetivo final de la autodefensa es evitar agresiones.
“Desde muy pequeña te enseñan qué hacer para que no te pasen cosas, pero nunca se pone el foco en el que hacer cuando te están pasando”, asegura Montsant, quien dice que ahora tiene recursos que antes no tenía y destaca que la formación se hace en un “espacio seguro” no mixto.
Desde muy pequeña te enseñan qué hacer para que no te pasen cosas, pero nunca se pone el foco en el que hacer cuando te están pasando
Aparte de la respuesta física, la instructora también pone el foco en la toma de conciencia del entorno, y remarca que “estar presente” es importante para evitar posibles agresiones. “Una víctima distraída es una víctima interesante. Demuestra miedos o estar perdida”, dice. Es clave, remarca, percibir los movimientos y mirarlos.
Este artículo fue publicado originalmente en RAC1
