Las mejores piscinas naturales de Catalunya donde nadar es una experiencia salvaje

Escapadas

A veces hay que andar o incluso nadar (y mucho) para localizarlas, pero son lugares siempre de gran belleza, casi nunca saturados y, por lo general, con poca o mínima intervención de la mano del hombre

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Congost de Montrebei in the Catalan Pyrenees.

Artur Debat / Getty

Con nula o poca intervención de la mano del hombre (más que para acondicionar su acceso con pasarelas, trampolín o escaleras), las piscinas naturales, esos espacios-estancos en los que penetra el agua del mar, brota un manantial o fluye un río, son cada vez más deseados. Más buscados. Y, siempre, lugares para recordar. Distintos.

Llegar no suele ser fácil, en algunas ocasiones no hay más remedio que hacerlo ¡nadando! Es el caso de la Bañera de la Rusa, en Cap Roig (en realidad es la cala de Massoni justo debajo de los Jardines de Cap Roig, en Calella de Palafrugell, también accesible desde el hotel) que se ha rebautizado así porque se convirtió en la zona de baño particular de la esposa del ruso Nikolai Woevodsky, quien huyendo de la Rusia zarista se refugió en este pequeño pueblo gerundense.

Estos lugares nunca defraudan por su espectacularidad y su poca intervención del hombre

Saliendo de playa del Castell, atravesando la Foradada, a nado o en kayak a través de calas de aguas transparentes, se llega a esta pequeña cueva envuelta en aguas turquesas donde se bañaba ella, Dorothy Webster, la rusa, sola (y desnuda) o con un escueto biquini que igualmente sorprendía en la época cuando la acompañaban sus famosos amigos entre los que figuraban Josep Maria Sert y su esposa Roussy Mdivani, Salvador Dalí y Gala, la actriz británica Madeleine Carroll, el diseñador Cristóbal Balenciaga, Coco Chanel, Josep Pla y el en la época corresponsal en París de La Vanguardia Carles Sentís.

Congost de Montrebei in the Catalan Pyrenees.

El Congost de Montrebei

Artur Debat / Getty

Adonde hay que llegar andando, y mucho, porque entre ida y vuelta lo normal es invertir tres horas y media, es al Gorg Blau de Sadernes, en la Garrotxa. Pero también merece la pena. Cascada, aguas cristalinas y una ruta por la naturaleza apta para todos los públicos hacen que también el camino para llegar allí sea un premio que muchos completan con su visita a l hotel más cercano, pero solo para adultos y blindado a la meditación que es Mas Puig. Un lugar donde, para que se hagan una idea de lo poco dado que está al ruido y a la fiesta, se ha hospedado el mismísimo Dalai Lama.

Gracias a las presas de Caspe y Mequinenza, en Aragón tienen su propio mar. Una enorme piscina de aguas calmas

Otras veces, estas piscinas naturales, estos premios de la naturaleza sin aditivos ni cloro, son lugares de fácil acceso e internacionalmente conocidos, pero no por ello saturados, como sucede con l’Estany de Banyoles con ¡108 hectáreas! Hay quien nada ahí todo el año, eso sí, con traje de neopreno y siempre la boya de colores neón y casi de uso obligatorio que permite ser visto desde lejos; y quien, también todo el año, practica kayak o remo incluso a nivel profesional. No hay que olvidar que fue sede de la competición de remo en los Juegos de Barcelona’ 92. Y también aquí, en l’Estany de Banyoles, hay quien (cada vez más) aprovecha las rutas y la entrega de Girona al ciclismo para combinar nado, carrera y pedales y preparar triatlones sin moverse de sitio.

La enorme masa de agua del embalse de Mequinenza

La enorme masa de agua del embalse de Mequinenza en el mar de Aragón 

Xavi Jurio

Pero luego hay otros lugares del todo inesperados, sorprendentes y para muchos completamente desconocidos, que aunque poco a poco van haciéndose un nombre y un hueco entre los que adoran los espacios sin artificio, siguen siendo tranquilos. Es el caso del mar de Aragón. ¡Sí! Aunque Aragón no tiene litoral, sí tiene mar, o así es como los maños llaman al gran territorio inundado por la construcción de las presas de Mequinenza y Caspe levantadas en 1966. Eliminaron varios pueblos, pero generó un espacio primero aprovechado por los pescadores, luego por remeros, nadadores y aficionados a la ornitología, y finalmente por los deportistas que aman practicar sus disciplinas al aire libre. Son cada vez más los nadadores y ciclistas que se instalan en Taiga Lake Caspe para recorrer la zona a nado o a bordo de alguna embarcación (son 7.540 hectáreas), o pedaleando o por las cuestas de Fayón o por senderos más fáciles de lGR-99, que acompaña al Ebro desde su nacimiento, una aventura de un millar de kilómetros.

Pero para aventuras el Congost de Montrebei. Este desfiladero con paredes de 500 metros de altura y con unas vistas impresionantes que, atravesando la Sierra del Montsec, discurre paralelo al río Noguera Ribagorçana en su camino a los Pirineos, dispone de numerosas zonas de baño, merenderos y algunos barrancos y pozas habilitadas que, eso sí, son más difíciles de encontrar y muchas veces de accesos complicados o incluso peligrosos.

El Gorg del Molí dels Murris es uno de los secretos mejor guardados de los vecinos de la Baixa Garrotxa

De nuevo en la Garrotxa, el río Borró, mayoritariamente subterráneo, aflora a la superficie en cuatro estanques escalonados que los habitantes de Sales y los municipios cercanos siempre han aprovechado (con el nudismo totalmente institucionalizado) sobre todo en verano. También merece la pena (en Les Planes d’Hostoles) lo que los vecinos conocen como Gorg del Molí dels Murris, uno de los secretos mejor guardados de este pueblecito volcánico de la comarca de la Baixa Garrotxa (en Girona). Las aguas de la riera de Cogolls se suman ahí al caudal de las aguas subterráneas de la zona (el bicarbonato cálcico disuelto que contiene conforma los travertinos del salto) para formar esta zona de baño de aguas cristalinas a las que, ya se ha dicho, solo se llega o por casualidad o con la ayuda de los que conocen bien el lugar.

La Fontcalda, en Gandesa, es un paraje natural de libre acceso

La Fontcalda, en Gandesa, es un paraje natural de libre acceso

Ajuntament de Gandesa

En Sant Joan de les Abadeses, entre Camprodon y Ripoll, la piscina natural más querida es el Gorg de Malatosca. Según la leyenda, en las noches de luna llena las brujas celebraban ahí su aquelarre, por lo que todos conocen el lugar como el Gorg de les Bruixes.

El Gorg de la Malatosca en Ogassa, Girona

El Gorg de la Malatosca en Ogassa, Girona

La Vanguardia

En el Baix Pallars otra leyenda acompaña a la piscina natural más querida de la zona. Se trata de Montcortés, el único lago de origen no glaciar de los Pirineos donde desde 2018 está prohibido el baño, que según dicen fue sepultado por una tormenta como castigo a sus habitantes que negaron limosna a un mendigo.

Y entre las sierras de la Terra Alta, brilla la Fontcalda. En realidad son varias piscinas formadas por la llegada del río Canaletes a un desfiladero, el baño es habitual casi todo el año porque el agua está ¡a 38 grados!, de ahí el nombre de la Fontcalda.

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