Al navegar por Internet, debemos hacer algo simple y complicado a la vez: ser muy precavidos a la hora de facilitar nuestros datos, como, por ejemplo, nuestro código postal.
También deberíamos activar un mínimo de dos factores de identificación ante cualquier operación, aunque a veces nos parezca un tanto pesado o fastidioso. Y tampoco podemos olvidar activar antivirus y cualquier otro programa que pueda detectar y bloquear amenazas antes de que nos ataquen.
Si, por último, no hemos logrado evitar la estafa, podemos comunicar cualquier intento de fraude a la Línea de Ayuda de Ciberseguridad que ofrece el INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad de España).
Las estafas más comunes en Internet y cómo actuar
Phishing. Se trata del envío masivo de correos electrónicos, mensajes o cualquier tipo de comunicación que aparentan ser de fuentes conocidas por nosotros: bancos, compañías de energía o incluso Hacienda o la Seguridad Social. Añaden un enlace para aparentar facilitar la gestión y si clicamos, ya hemos caído en la trampa. El objetivo es que les facilitemos información nuestra o datos muy sensibles como la tarjeta de crédito o claves de acceso.
Cómo evitarla: Ante esto, hay que verificar siempre que el correo de donde nos llega la comunicación tenga el dominio correcto, no sea sospechoso, etc.

Los correos falsos están a la orden del día.
Vishing. Se trata de llamadas de voz donde los estafadores se hacen pasar por los representantes de estas entidades para intentar sacarnos datos para acceder a nuestras cuentas.
Cómo evitarla. Debemos colgar inmediatamente y, en todo caso, llamar nosotros al lugar de donde pretenden contactar para verificar si realmente nos quieren comunicar algo o no.
Pharming. En este caso somos nosotros quienes entramos sin darnos cuenta en un sitio web que aparenta ser el oficial, pero se trata de uno falso. Por ejemplo, la suplantación de alguna aplicación de pago para que facilitemos todos los datos de la tarjeta.
Cómo evitarla. En estos casos es más que probable que tengamos el dispositivo con el que hemos entrado afectado, por lo que deberemos acudir a un técnico para que revise si localiza lo que se llama un malware o virus.
Catfishing. Conocida también como la estafa del amor. Se trata de engaños a través redes sociales o aplicaciones, donde nos llega una petición de amistad y a partir de la confianza que se va generando, consiguen hacernos pensar que hemos ligado. Paralelamente, nos piden dinero, que accedemos a dar, engañados bajo el amparo del amor.
Cómo evitarla. De entrada, desconfiar de cualquiera que no conozcamos en persona y que nos pida dinero… por mucho que diga querernos.
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Cristina González es abogada y Directora de Asistencia Jurídica Telefónica de ARAG. Más información: www.arag.es
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