Javier Fesser, ganador de siete premios Goya y responsable de títulos como Campeones (2018) y Camino (2008), se estrena en el mundo de las series con Custodia repartida, una comedia dramática sobre lo que supone hoy para una pareja separarse teniendo hijos. La serie, de ocho episodios de media hora, llegará completa el próximo viernes a Disney+ pero antes, este miércoles, La Sexta estrena en abierto los dos primeros episodios como evento especial.
La serie está protagonizada por Lorena López (Las largas sombras ) y Ricard Farré (Los buenos modales ) quienes dan vida a Cris y Diego, una pareja que decide separarse de mutuo acuerdo y cuya intención es ser unos adultos maduros, responsables y amigables por el bien de su hija de cinco años. Pero ninguno de los dos se puede permitir vivir solo y cuidar de su hija por lo que acabarán volviendo a vivir en casa de sus respectivos padres.
La Sexta emite este miércoles en abierto los dos primeros epsiodios de la serie que llegará completa a Disney+ el viernes 24
Producida por Disney+ en colaboración con el grupo The Immigrant, Custodia repartida es una serie creada y escrita por María Mínguez y Juanjo Moscardó. Precisamente, de la necesidad de este último de compartir su propia historia de separación, nace esta serie, revela Javier Fesser a Guyana Guardian. “Y salta a la vista en los guiones que tanto él como María Mínguez saben perfectamente de lo que están hablando. Pero lo más interesante es que todos y cada uno de los personajes que desfilan por la serie son tan de verdad que la comedia parte precisamente de lo fácil que resulta reconocernos en ellos, en sus grandezas pero, sobre todo, en sus estrepitosas torpezas emocionales”.
Fesser la define como una feelgood serie y se muestra muy orgulloso del tono conseguido: “Es una historia llena de verdad habitada por personas de carne y hueso, gente buena a la que le salen mal las cosas, y que resulta divertida por la empatía que provoca cada situación. Nuestros protagonistas no vuelan ni les ocurren cosas asombrosas, pero todos los líos en los que se meten son reconocibles, son los jardines en los que nos metemos los humanos un día sí y otro también”. Sobre el tono de la serie, Fesser confiesa una intimidad del rodaje. “Sabiendo desde el principio que estábamos haciendo una comedia, a los actores no se lo dijimos hasta que no acabó el rodaje”.
Durante los episodios, el espectador irá descubriendo si la pareja protagonista tiene éxito en el modelo de separación por el que han apostado. La serie parte, avanza Fesser, de esta premisa: “Discutir es fácil si sabes cómo”. O, dicho de otra manera: “Dos sí discuten si uno sí quiere. "La intención de Cris y Diego es separarse amistosamente pero descubren que el plan no es tan fácil de seguir cuando al desamor se le van sumando nuevos ingredientes: rabia, miedo, desconfianza, celos, problemas para conciliar en el trabajo, dificultades económicas, tensiones tanto por parte de la familia propia como de la política, cambio en las relaciones con amigos que se ven en la tesitura de tomar partido por uno o por otro, búsqueda de nuevas parejas, proyectos prometedores de futuro sin pies ni cabeza… Mil circunstancias, la mitad absurdas pero todas con chicha”.
Uno de las tramas colaterales que aborda la serie es mostrar lo que significa para muchos adultos volver a vivir a la casa de los padres después de años de haber abandonado el nido. ¿Se puede sentir como un fracaso? “Es, cuando menos, un descoloque general. La casa es la misma, tu cuarto sigue ahí, tus padres siguen viendo la tele desde el mismo sofá, el reloj del salón sigue haciendo tic-tac, pero, sin embargo, nada es como antes. La relación padre-madre-hijo nada tiene que ver y además ahora los padres son también los abuelos, a los que, sin preguntarles nada, se les exige todo. La vida se trastoca. Y vuelves, a tus cuarenta, a fumar a escondidas”.
“¿Para qué separarse amistosamente pudiéndolo hacer con abogados?”, plantea Fesser como la sencilla idea sobre la que se juega toda la serie. Y para finalizar, el cineasta remata: “'Custodia repartida' es el vademécum definitivo de las torpezas emocionales”.
