'Suits LA', de serie estrella a peso muerto
Spin-off fallido
Llegó a España cuando ya había sido cancelada hace meses en Estados Unidos

Stephen Amell, que protagoniza 'Suits LA', con Gabriel Macht.

A nivel de programación, hay decisiones incomprensibles. El 23 de febrero se estrenó Suits LA en Estados Unidos, a través del canal generalista NBC. En ese momento, Universal, que producía la serie, no pensó en estrenar la serie al mismo tiempo en mercados como España. Así ocurrió el peor escenario posible: el 28 de agosto se estrenó finalmente el spin-off de Suits por estos lares en SkyShowtime… tres meses y medio después de haber sido oficialmente cancelada.
La cancelación se entendió con facilidad. Había una expectación desmedida por ver juntos a los actores originales de Suits en ceremonias como los Globos de Oro. Los espectadores veían los episodios antiguos del bufete de abogados como si fueran un contenido estrella del streaming y no un fondo de armario. Pero, cuando apareció una nueva serie de Suits con un reparto original, esa expectación se desinfló: ni el público se interesó en la propuesta más allá del piloto, ni la crítica compró la serie legal de Aaron Korsh.
Se estrenó en febrero en Estados Unidos pero Universal esperó hasta el 28 de agosto para estrenarla en España vía SkyShowtime
La primera hora es caótica. Ted Black (Stephen Amell) es un abogado especializado en la industria del entretenimiento. Está pagado de sí mismo, convencido que es el mejor del sector en Los Angeles. Incluso enfrenta a una joven promesa del bufete, Erica (Lex Scott Davies), con uno de sus mejores amigos, Rick (Bryan Greenberg), por un puesto de responsabilidad en la empresa.
Pero, antes de terminar la hora, su socio Stuart (Josh McDermitt) le ha traicionado, le ha robado sus mejores clientes y se encuentra con unas oficinas vacías. Y, entre tanto ajetreo, flashbacks a la anterior vida de Ted Black antes de llegar a Los Angeles, cuando fue fiscal en Nueva York, y un hermano difunto que ejerce de conciencia fantasmagórica. Demasiados personajes, demasiados frentes abiertos, ningún impacto dramático a pesar del giro final.

Suits, al fin y al cabo, no era una serie aparentemente franquiciable: no se caracterizaba tanto por la estructura o la creación de un universo de ficción propio sino por las dinámicas singulares de los personajes protagonistas. Korsh tenía una característica forma de dialogar, con nervio, y toda una filosofía alrededor de la ambición, pero Suits era Harvey, Mike, Rachel, Donna, Louie. Iniciar una serie sin ninguno de los actores originales era una temeridad: Suits LA, en su presentación, no justificaba llevar ese Suits en el título.
Los intentos desesperados para salvar el conjunto llegaron. Gabriel Macht volvió a interpretar a Harvey Specter en un arco de tres episodios, mayormente a partir de los flashbacks del nuevo protagonista, y Rick Hoffman retomó el personaje de Louie Litt. Se especuló que este último podría incorporarse de forma recurrente en caso de renovar Suits LA por una segunda temporada. Pero los incrementos de audiencia fueron imperceptibles.
Y, tras haber sido una propiedad intelectual muy valorada por los estudios tras arrasar Suits en Netflix con las temporadas originales, ahora este mediático spin-off es un peso muerto, fallido e incompleto, con trece episodios producidos, en el catálogo de SkyShowtime. Si Korsh quiere recuperar la marca, tendrá que convencer a Gabriel Macht y/o Patrick J. Adams para protagonizar el proyecto y encontrar una excusa que legitime recuperar los personajes de Harvey y/o Mike.