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Al final 'Severance' fue demasiado rara para los Emmys

Opinión

Cuesta estar en contra de la victoria de 'The Pitt' teniendo en cuenta el modelo de ficción que representa

Adam Scott no se pudo llevar el Emmy pero Britt Lower, sí.

Adam Scott no se pudo llevar el Emmy pero Britt Lower, sí.

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Severance es una serie rara. No es algo malo sino el motivo por el que el público está obsesionado con ella. Es un thriller psicológico de ciencia ficción retrofuturista, a veces con una pátina de comedia de payaso triste, sobre una empresa que separa la identidad personal de sus trabajadores de la laboral. La imposibilidad de las dos identidades de comunicarse entre ellas convierte a los asalariados en esclavos y en conejillos de indias de una empresa opaca que, más que pedir un rendimiento de los trabajadores, los utiliza para la experimentación.

Ver Severance en Apple TV+  implica obsesionarse hasta estar al borde del colapso mental por la dificultad de descubrir qué te están contando exactamente: cada vez que crees dar un paso adelante, te das cuenta que estás más lejos que antes de descubrir la verdad de Lumon Industries. Y, mientras este estilo de ficción es fantástico para entusiasmar a la crítica, para implicar al espectador y desatar las teorías en los foros de Reddit, ha sido demasiado para los votantes de los premios Emmy.

Ante esta sofisticada excentricidad de género y de autor, los votantes dijeron: “Mmmm… Dame una de médicos de siempre”

Esta pasada madrugada, ante esta sofisticada excentricidad de género y de autor, los votantes dijeron: “Mmmm… Dame una de médicos de siempre”. Y como mejor serie dramática ganó The Pitt, que es tan Urgencias que está escrita por un guionista de Urgencias (Scott R. Gemmill), está producida por un productor de Urgencias (John Wells) y está protagonizada por un actor de Urgencias (Noah Wyle).

No pasa nada. No es personal. Se decía que Severance era la favorita gracias a sus 27 nominaciones pero, como deberíamos saber a estas alturas, una serie de ciencia ficción o fantástica nunca puede ser simplemente buena: tiene que sobreponerse al prejuicio de que es cosa de frikis. Quizá en la historia reciente ha habido victorias significativas pero tampoco cuesta entender por qué lograron imponerse. Perdidos, por ejemplo, ganó la estatuilla a la mejor serie dramática cuando el público todavía buscaba una explicación racional o más o menos realista al accidente del vuelo Oceanic-815.

Tramell Tillman, con su Emmy al mejor actor secundario de serie dramática.
Tramell Tillman, con su Emmy al mejor actor secundario de serie dramática.AFP

Juego de tronos empezó a ganar en la categoría reina a partir de la cuarta temporada cuando ya era incuestionable que era la serie más vista y comentada del planeta, con la etiqueta de prestigio de HBO y con un sentido narrativo y temático extremadamente clásico. 

En perspectiva, los ocho premios de Severance son un buen resultado, sobre todo cuando Britt Lower y Tramell Tillman se han impuesto en actriz y secundario siendo prácticamente unos desconocidos hasta trabajar para Lumon Industries. En el caso de Lower, la victoria ha regalado una fantástica broma interna para fans: el “let me out” que se podía leer en el dorso de su discurso de agradecimiento.

La sorpresa no tan sorprendente de The Pitt, además, también puede ser interpretada como un acto de justicia para un modelo de ficción que, tras la irrupción del cable (y después del streaming), había sido ninguneado por los Emmys. HBO Max, consciente que el público también busca entretenimiento tradicional y de perfil generalista en el streaming, quiso producir un drama médico inteligente ambientado en la zona de urgencias de un hospital desbordado de Pittsburgh: el doctor Robby, con un trauma a cuestas, debe gestionar y sobrevivir las 15 horas de su turno en un centro arrasado por los recortes.

Era la serie ideal para quienes a día de hoy todavía ven Urgencias. Y, como si los votantes fueran reaccionarios, tuvo que llegar una propuesta tan marciana y potente como Severance para que ya no fueran tan importantes esos planos que requieren semanas de ensayos, esos diálogos ensimismados, esos diseños de producción solo posibles gracias a presupuestos de más de 15 millones por capítulo. De repente, ser televisión bien contada y bien estructurada es suficiente.

Katherine LaNasa y Noah Wyle, con sus Emmys interpretativos (y el tercero es el de mejor serie dramática, ya que Wyle es productor).
Katherine LaNasa y Noah Wyle, con sus Emmys interpretativos (y el tercero es el de mejor serie dramática, ya que Wyle es productor).EFE

¿Acaso no es refrescante? ¿No hubiera sido maravilloso que The Good Wife hubiera sido reconocida de la misma forma que The Pitt? ¿Y acaso alguien puede enfadarse ante sus cinco premios Emmy, incluyendo el de Noah Wyle como actor y Katherine LaNasa como secundaria? Que Andor y Slow Horses no se fueran con las manos vacías de la ceremonia, con los premios por el guion y la dirección respectivamente, también fue un detalle.

Pere Solà Gimferrer

Pere Solà Gimferrer

Contributing Writer