El creador de 'Breaking Bad' vuelve con la serie más original del año
Crítica
Vince Gilligan estrena 'Pluribus' en Apple TV, una serie de ciencia ficción inquietante, luminosa y rabiosamente humana
Es una serie imprevisible de la manera menos obvia posible.
Uno de los primeros vídeos promocionales de Pluribus mostraba una mujer que lamía un donut tras otro. “Sírvete tú mismo”, decía el cartel de la caja en la que los volvía a meter. Era una primera impresión inquietante para una producción tan esperada: si Vince Gilligan firma una serie, tras Breaking bad y Better call Saul, el público y la crítica la esperan mordiéndose las uñas. La primera sinopsis tampoco ayudaba a entender qué podíamos esperar de la historia: “La persona más desgraciada de la Tierra debe salvar al mundo de la felicidad”.
Sin embargo, después de ver siete episodios, se puede entender que se gestase con tanto secretismo y se comunicase al público de una forma tan desconcertante. Quizá el argumento se puede comunicar con facilidad pero Pluribus, que Apple TV estrena este viernes es imprevisible. Estamos posiblemente ante la serie más original del año.
Carol Sturka es una autora de novelas románticas que está harta de escribir literatura barata. Esta crisis existencial y creativa deja de tener importancia cuando la humanidad entera, a excepción de Carol, sufre una especie de ictus. Un código extraterrestre, replicado en un laboratorio humano, ha contagiado a la población global, uniendo todas las conciencias y eliminando la individualidad.
Con una actitud alegre y positiva, estos humanos que actúan al unísono sienten la necesidad de comunicarse con Carol y de asegurarse que sea feliz como ellos. ¿Pluribus es como cualquier serie sobre zombies, epidemias o extraterrestres? No, porque en ningún momento nada se desarrolla con el tono que se pueda esperar, ni las dinámicas que se establecen entran dentro de la norma.
Desde la ciencia ficción, Vince Gilligan se mueve por la comedia negra y el drama psicológico con Rhea Seehorn, que dio alma a Better call Saul, como columna vertebral. Pocas veces se ha visto en televisión una obra que dependa tanto de la capacidad de la actriz principal de asentar el tono y el listón, por el peso dramático absoluto que debe cargar.
Por suerte, la interpretación de Seehorn es rabiosa, divertida, irónica, desesperada y visceralmente arraigada en las emociones de Carol. Se desenvuelve con naturalidad por las oscilaciones de género de Gilligan, los silencios marca de la casa, esa sensación de que la historia se mueve de forma orgánica, con una producción de ensueño, que tanto va a Bilbao como muestra con calma y belleza los paisajes sudamericanos.
Pluribus consigue algo casi mágico: sorprende de forma constante sin buscar el giro, sobre todo porque Gilligan desactiva cada expectativa del espectador con cada desarrollo de la trama, inquietante y amable y luminosa al mismo tiempo.
Además, a pesar del virus extraterrestre, de conocer progresivamente estos humanos alterados y felices, de la determinación de Carol de devolver a los humanos su libertad individual, la serie es cristalina en sus intenciones. Es una historia sobre el duelo: sobre el resentimiento por ver cómo el mundo continúa girando mientras uno está deprimido. Es el “venga, te pondrás mejor” (cuando estás hundido) hecho serie de ciencia ficción. Pero también se podría discutir si estamos ante una fábula anticapitalista o una crítica a la inhumanidad con la que hemos aprendido a convivir. Pluribus es brillante.