Series

La venganza, como demuestra Kim Kardashian, es un plato que se sirve frío

Serie de culto

Con el apoyo de Glenn Close, Sarah Paulson, Naomi Watts y Niecy Nash, está cambiando la narrativa alrededor de 'Todas las de la ley', su serie despellejada por los críticos

Kim Kardashian, al frente de una obra de culto.

Kim Kardashian, al frente de una obra de culto.

Disney

Cuando se estrenó Todas las de la ley la semana pasada, no costó adivinar qué habían estado haciendo los críticos los días antes: habían estado afilando los cuchillos. Nunca había habido tanto consenso y tanta rotundidad al escribir opiniones negativas. Los titulares iban en la línea de “peor serie dramática de la historia” y no faltaba quienes le daban directamente cero estrellas. Pero el reparto encabezado por Kim Kardashian, al igual que Disney, no han agachado la cabeza. ¿Su mayor venganza? Ser un éxito.

Con 3,2 millones de visionados en sus tres primeros días, Todas las de la ley se ha convertido en el lanzamiento más visto de los últimos tres años para una producción original de Hulu, el servicio de streaming adulto de Disney. Este logro sirve para alimentar la narrativa paralela que Naomi Watts, Sarah Paulson, Niecy Nash, Glenn Close y la propia Kardashian habían ejecutado frente a las críticas: quizá los medios especializados se cebaban con ellas y con su drama legal, pero ellas permanecen unidas, orgullosas y saben que cuentan con el apoyo del público.

Por ejemplo, ante las críticas, la estrella de Las Kardashian publicó: “¿Todavía no habéis visto la serie más críticamente aclamada del año!?!?!?”. Tampoco tuvo ningún problema en compartir una impresión tan viperina como entusiasta de un espectador: “Algunas de las peores interpretaciones que he visto en mi vida junto a las tramas más predecibles y los estilismos más ridículos. Estoy obsesionado, necesito 14 temporadas”.

Y, mientras las redes sociales de Todas las de la ley se han mantenido firmes subiendo impresiones positivas de fans potenciales y los memes ya salidos de los tres primeros capítulos emitidos, el resto de actrices se muestran firmes en su apoyo a la serie. Close subió un dibujo donde se representaba un cocido de críticas. Naomi Watts, para el día del estreno, no dudó en publicar “Yo. Amo. A. Estas. Mujeres!”, además de participar encantada en cualquier vídeo con aspiración viral.

Niecy Nash, ganadora del Emmy a la mejor actriz secundaria por Dahmer, subió los datos de audiencia con un comentario claro: “Los críticos dijeron que no. ¡La audiencia dijo que sí! Los números no mienten. ¡Gracias por mirar!”. Estas últimas horas, además, ha aprovechado para felicitar a Ryan Murphy, el cocreador de Todas las de la ley, por su cumpleaños: aparte de Todas las de la ley y Dahmer, ha trabajado con él en Scream Queens y Grotesquerie.

La comunicación de Todas las de la ley sorprende por cómo se está aprovechando a favor este arsenal de cuchillazos críticos. Glenn Close, Kim Kardashian, Niecy Nash, Naomi Watts y Sarah Paulson, en vez de distanciarse de la serie que han protagonizado y producido o fingir que esta recepción crítica no existe, reaccionan a la negatividad y se hacen suyas las defensas de los espectadores.

La estrategia funciona de maravilla porque, además, han tenido una promoción ejemplar, con ataques de risa en las entrevistas y un visionado de Atracción fatal en casa de Kim Kardashian con Glenn Close encantada y pidiendo más cócteles (y que se pudo ver en Las Kardashian, el reality de Kim). La serie vende sororidad… y ellas también. Es imposible no emocionarse, por ejemplo, con Kris Jenner agradeciendo a las actrices que hayan abrazado a su hija como compañera de trabajo cuando tanta gente es cruel con ella.

En Todas las de la ley, Kardashian y Watts interpretan a dos abogadas que, con la ayuda de Nash como detective, fundan un bufete de divorcios formado por mujeres y solo para mujeres. Close es la abogada que las apadrinó en los inicios y Paulson es su enemiga, rencorosa porque la excluyeron del bufete. ¿Entre las actrices invitadas? Judith Light, Jessica Simpson, Brooke Shields o Elizabeth Berkley, y con actores de la talla de Ed O’Neill en roles secundarios.

Si la crítica tenía los cuchillos afilados era porque esta producción representaba una tormenta perfecta. Molestaba que Kim Kardashian, con limitaciones interpretativas aumentadas por el botox, fuera la protagonista indiscutible (y esta mujer tiene una legión de haters). Esto frustraba todavía más viendo que actrices del calibre de Close, Watts, Nash y Paulson habían aceptado trabajar con ella, y habían dado luz verde a los guiones como productoras ejecutivas. Y, además, había ganas de despellejar a Ryan Murphy, un autor tan prolífico como irregular y complaciente, sobre todo tras proyectos creativamente fallidos como Monstruo: La historia de Ed Gein o Grotesquerie.

Pero, con estas actrices en formación y totalmente comprometidas con lo ofrecido, Todas las de la ley se está sobreponiendo a la situación desfavorable: no se esconden sino que se muestran orgullosas. ¿Eran conscientes que estaban en un proyecto camp y simplemente agradecen que el público lo entienda así? Sea como sea, con su actitud, contribuyen a convertir su serie en una obra de culto en tiempo récord.