La noche da al asesino un escenario propicio para cometer sus crímenes

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La falta de luz, la solitud y la escasez de testigos son elementos que favorecen la impunidad de los que han conspirado para matar

La luna llena en Sant Cristòfol de Begues.

La luna llena en Sant Cristòfol de Begues.

Xavi Cabo

Este texto pertenece a 'Dossier Negro', un boletín inspirado en el podcast del mismo nombre, que Enrique Figueredo enviará los miércoles con periodicidad quincenal. Si quieres recibirlo, apúntate aquí.

La noche es el escenario propicio para la comisión de determinados crímenes. Lo ha sido históricamente y lo sigue siendo en la actualidad. Muchas conspiraciones se han planeado específicamente para llevarlas a cabo cuando mayor es la oscuridad y, muy frecuentemente, también la quietud, la soledad y, por tanto, la falta de testigos que puedan dar parte de la fechoría. La muerte de tres novilleros en plena noche, en una escena solo iluminada por la luna llena, en 1990, conmovió a España entera. En la nueva entrega de Dossier Negro explicamos cómo fueron mortalmente acribillados a balazos estas promesas del toreo y hasta qué punto la noche fue aliada de los asesinos que, en contra de sus esperanzas, no pudieron sustraerse a la acción de la justicia.

En el calendario, hay señaladas una serie de fechas que se corresponden con jornadas en las que la noche es más importante que el día: Nochevieja, Nochebuena, la nit de Sant Joan o la noche de Reyes. Precisamente, en esta última, durante cuya vigilia los niños están más nerviosos y expectantes, en la localidad barcelonesa de Esplugues de Llobregat se produjo un atroz crimen de raíz machista. Un hombre mató a puñaladas a su exmujer y a su hija de tres años.

Carmen Broto: retrato de la época

Carmen Broto: retrato de la época

Propias

Pasiones mortales. Carmen Broto fue una acompañante de lujo para hombres acaudalados de la Barcelona de postguerra asesinada la noche del 10 de enero de 1949. Viajaba en coche con dos cómplices de correrías noctámbulas cuando uno de ellos la golpeó por detrás con una maza. Hubo una lucha, pero la Broto perdió la partida y acabó muerta, desvalijada de sus joyas y enterrada en un huerto de los que todavía quedaban en la capital catalana.

Nocturnidad y alevosía. Uno de los episodios de sucesos más mediáticos de la última década es el conocido como crimen de la Guardia Urbana. Fue cometido con nocturnidad y alevosía. Sus autores, agentes cuerpo, Rosa Peral y su amante Albert López, atacaron al compañero sentimental de ella, también guardia, en plena madrugada del día 1 de mayo de 2017 y posteriormente llevaron su cadáver en el maletero de su coche al bosque y le prendieron fuego.

Sentir algo al matar. Saber si existía placer al matar se consolidó como el móvil que llevó en mayo de 2000 a dos amigas adolescentes de la localidad gaditana de San Fernando a matar a otra muchacha de la pandilla en plena noche, mientras recostadas en un descampado contemplaban las estrellas como habían hecho otras veces. Una de ellas sujetó a la víctima y la otra la apuñaló con insistencia hasta acabar con su vida.

Acosador fatal. Richard Ramírez fue más conocido por su sobrenombre, el acosador nocturno (the night stalker en inglés), que por la filiación que constaba en su partida de nacimiento. Fue un criminal compulsivo y sádico que actuaba de noche en la zona de Los Ángeles y que fue responsable de 14 asesinados entre los años 1984 y 1985. A la caza de un asesino en serie es un documental por entregas que relata aquellos días de miedo en California.

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