Una mujer será pronto condenada por instalarse en la vivienda de su exmarido aprovechando que él estaba de vacaciones. Sumado a la extorsión a la que sometió a su expareja cuando esta volvió a su hogar, la acusada será condenada por los delitos de allanamiento de morada y extorsión. Así se desprende de la información publicada en el Diario de Navarra.
Los hechos ocurrieron en verano de 2020 en una vivienda ubicada en el valle de Egüés, en Pamplona (Navarra). El caso ha sido juzgado por un jurado popular en un proceso judicial que empezó el pasado lunes 3 de marzo. Ayer, martes 11 de marzo por la mañana, el jurado popular ya había llegado a un veredicto: consideran que la mujer es culpable de los dos delitos.
Sin embargo, ha sido exculpada de un delito de hurto que también recaía sobre la mujer, que estaba acusada de haberse llevado 40.000 euros en efectivo y documentación. Tras el veredicto del jurado popular, será la presidenta de la Sección Segunda de la Audiencia quien decida la condena final. Esta oscilará entre el mínimo posible que solicitó la defensa (1 año y 10 meses de cárcel) y los 4 años de cárcel que reclama la acusación particular.
Se conocerá pronto
La acusada se enfrenta a una condena que podría ir desde casi 2 años de cárcel hasta 4 años
Ambas acusaciones sostienen que la mujer se instaló en casa de su exmarido, al que le correspondía el uso de la vivienda que solían compartir según el acuerdo de separación firmado seis años atrás. Según el relato, la acusada se marchó de la casa llevándose consigo 40.000 euros en efectivo y documentación profesional de la víctima, hechos que el jurado no ha considerado probados. Más tarde, la acusada habría pedido 400.000 euros a su exmarido si quería recuperar la documentación, hechos que sí se consideran probados según el jurado.
Durante el juicio, la mujer ha declarado que en aquella temporada estaba pasando por una mala situación económica a causa de la pandemia por Covid-19. Ha reconocido que el uso de la vivienda correspondía a su marido, sin embargo, explicó que, desde la separación, ella había seguido acudiendo al domicilio para atender a los hijos de ambos y que siempre ha tenido llaves. La acusada relató que, al quedarse sin trabajo y no poder pagar el alquiler de su piso, decidió instalarse en la vivienda de su exmarido.
Explicó que la víctima había incumplido su compromiso de exonerarle de unas deudas, lo que le generó problemas económicos. Entendió entonces que el acuerdo de divorcio quedaba anulado y que ella podía instalarse en la que aún consideraba su vivienda. Su intención, aseguró, era solucionar su situación cuando su expareja volviera a casa tras sus vacaciones. Negó haberse llevado el dinero y la documentación y también la extorsión.
Tras reunirse durante un día, las seis mujeres y los tres hombres que componían el jurado llegaron a un veredicto por unanimidad. Consideraron probado que la mujer se instaló y permaneció en casa de su exmarido sin tener autorización. Además, por 5 votos (de un total de 9), no vieron probado que se llevara dinero ni documentación. Finalmente, por 7 votos, sí que consideraron probada la extorsión.