Con la inserción de las nuevas tecnologías en la vida cotidiana, la dependencia con el teléfono móvil crece de forma constante. Muchos adolescentes sienten ansiedad al no tener el teléfono y se relacionan con el mundo a través de las pantallas. En Turín, Italia, un adolescente ha terminado en urgencias por un cuadro severo de agitación psicomotora después de que le quitaran el móvil.
La nomofobia es un patrón de comportamiento compulsivo y problemático vinculado al uso excesivo y descontrolado del teléfono móvil. Implica la necesidad constante de estar conectados y utilizar el móvil sin medida, según lo define la Clínica López Ibor, especializada en salud mental.
Adicción al teléfono móvil
El 60% de las personas de 18 a 35 años presentan algún síntoma de nomofobia
Según Mariana García, médica psiquiatra de los Centros de Diagnóstico DIM, entre el 60% y el 70% de las personas de entre 18 y 35 años presenta algún síntoma de nomofobia.
En el caso del adolescente de Turín, el joven tuvo que ser derivado al hospital San Luigi, en Orbassano, con síntomas similares a los de una persona en abstinencia de sustancias, pero provocados por la falta de su teléfono móvil. Según el profesor Gianluca Rosso, médico cirujano, especialista en psiquiatría y docente en la Universidad de Turín, la situación no es sorprendente, ya que observan casos similares con frecuencia.

El 60% de las personas de 18 a 35 años presentan algún síntoma de nomofobia
“El teléfono móvil es el dispositivo tecnológico por excelencia. En los últimos años, ha aumentado la preocupación por la nomofobia, que puede incluirse dentro de la lista de las fobias, aunque también puede pensarse como una adicción”, ha explicado García.
Según la Clínica López Ibor, algunos de los síntomas más comunes de la nomofobia son:
- Uso excesivo: la mayor parte del tiempo, la persona está usando el teléfono móvil, incluso en situaciones inapropiadas o perjudiciales
- Necesidad constante de estar conectado: la persona se siente ansiosa o inquieta cuando no puede acceder al teléfono, no pudiendo controlar el tiempo que lo usa
- Aislamiento social: disminución en la participación en actividades sociales
- Negación del problema: la persona se muestra defensiva cuando se le cuestiona al respecto

La adicción no es tanto al teléfono en si, sino a todas las aplicaciones que nos ofrece
Rosso ha agregado al respecto: “El uso del smartphone genera un vínculo con el objeto muy parecido al que provocan otras sustancias de abuso, como el alcohol o el cigarrillo. Todas estimulan de forma constante el sistema dopaminérgico, al que el cerebro se acostumbra y, por eso, necesita ese estímulo con frecuencia”.
En el caso de este adolescente italiano, ha tenido que someterse a un tratamiento con ansiolíticos por vía intramuscular y endovenosa. Sin embargo, también existen tratamientos para abordar esta adicción de forma sostenida.
Natalia Martorell Murtra, licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona, sostiene que el tratamiento puede incluir terapia cognitivo-conductual, que ayuda a identificar y modificar patrones de pensamiento y conducta. También se pueden aplicar técnicas de manejo del estrés y terapias grupales para brindar contención emocional.