El sur de Francia se ha convertido este verano en un brasero muy peligroso, debido a la combinación de altas temperaturas, sequedad y fuerte viento. Un incendio forestal de una violencia y velocidad inusitadas devastó en apenas 24 horas al menos 16.000 hectáreas (160 kilómetros cuadrados) de vegetación en el macizo de las Corbières, en el departamento del Aude, entre las ciudades de Narbona y Carcasona. Hay 15 municipios afectados.
Este fuego, que se inició poco después de las cuatro de la tarde del martes, es el que más superficie ha quemado en el siglo XXI y el peor desde 1949. Ha ardido el equivalente a 1,6 veces la extensión de la entera ciudad de París o de Barcelona (los términos municipales de la capital francesa y la catalana son casi idénticos).
“El fuego continúa progresando”, ha explicado esta mañana el responsable de los bomberos en el departamento del Aude, el coronel Christophe Magny, en una entrevista a la emisora France Info, en la que ha matizado que el ritmo de ese avance “se ha ralentizado”. Magny ha hecho hincapié en que fijar el fuego es “el objetivo de la jornada” porque “sigue activo a esta hora” y hay muchos frentes de los alrededor de 90 kilómetros de perímetro que no son accesibles para los bomberos por tierra dada la orografía del macizo.
El fuego continúa progresando, aunque se ralentiza
En la mañana de este miércoles las llamas avanzaban a una velocidad de 6 kilómetros por hora, lo que implicaba 1.000 hectáreas calcinadas cada 60 minutos, con un frente de fuego de 90 kilómetros. El balance provisional es de una mujer fallecida -una sexagenaria jubilada que se negó a abandonar su casa– y al menos una decena de heridos entre los vecinos, uno muy grave, además de 11 bomberos. Durante la noche y hasta las cuatro de la tarde de ayer se hubo que cortar la autopista A9, principal vía de conexión entre Francia y España, y desviar el tráfico a carreteras secundarias.
El primer ministro, François Bayrou, y el titular de Interior, Bruno Retailleau, se desplazaron a uno de los pueblos más castigados, Saint-Laurent-de-Cabrerisse, para comprobar sobre el terreno la magnitud del desastre y expresar su solidaridad con los vecinos, los bomberos y el personal de protección civil. Las autoridades locales, los operadores turísticos y los agricultores les pidieron ayuda inmediata por los daños sufridos, que incluyen la destrucción de 600 hectáreas de viñedos. Bayrou se mostró dispuesto a estudiar, entre todos, los mecanismos de ayuda, y dijo que esta región podría ser “un laboratorio” a imitar para prevenir en el futuro este tipo de catástrofes.
El jefe del Gobierno vinculó el desastre al cambio climático, que “está provocando sucesos inéditos”. “Hace falta reflexionar”, añadió Bayrou, y expresó la necesidad de que se analice qué tipo de vegetación y de cultivos será más resistente en el futuro al peligro de incendios. El premier dijo que los viñedos se habían mostrado útiles para evitar o ralentizar la propagación de las llamas.

Incendio en Narbona.
Las llamas alcanzaron el núcleo urbano de Saint-Laurent-de-la-Cabrerisse, donde al menos ocho viviendas han resultado calcinadas
Este incendio tan destructivo, que según algunos indicios podría haberse iniciado “por una actividad humana”, aunque no de modo deliberado, alimentará el debate sobre la falta de medios, sobre todo aéreos. Eso se puso ya de manifiesto durante el reciente incendio en la periferia norte de Marsella. Francia sufre desde hace años un déficit de aviones de extinción. Los que hay son viejos. Se han encargado nuevos aparatos, pero se tardará tiempo en fabricarlos y entregarlos.
Las autoridades evacuaron de forma preventiva dos campings en la localidad turística de La Palme, donde se encontraban unos 500 veraneantes. También se desalojaron campings en Lagrasse y Fabrezan, así como una treintena de viviendas en Tournissan. Las llamas alcanzaron el núcleo urbano de Saint-Laurent-de-la-Cabrerisse, donde al menos ocho viviendas han resultado calcinadas. En la cooperativa vitivinícola local sólo se quemaron algunos palés en el aparcamiento, pero la casa vecina quedó destruida y varios vehículos ardieron en la entrada. “Cuando vimos que el viento cambiaba, evacuamos. El fuego llegó al pueblo a una velocidad impresionante, lo rodeó completamente. Fue de casa en casa. Incendios vemos cada año, pero esto es otra cosa”, declaró Anaël Payrou, director de la cooperativa.

El fuego en Saint-Laurent-de-la-Cabrerisse, cerca de Narbona.
Más de 2.000 bomberos y 600 vehículos han participado en la extinción en un frente de fuego de 90 kilómetros, así como 18 medios aéreos, entre aviones y helicópteros. Este jueves acudirán, como refuerzo, varios helicópteros militares. No se recurrió a la ayuda de España o de otros países de la UE, que se mostraron dispuestos a enviar aviones. Un portavoz de la protección civil, el coronel Alexandre Jouassard, explicó al canal BFMTV que a partir de un cierto número de aviones no existe capacidad para gestionar adecuadamente sus vuelos y el aprovisionamiento de agua.
Solidaridad y reacciones ante el fuego
La solidaridad se ha activado en los pueblos afectados —Lagrasse, Fabrezan, Tournissan, Coustouge y Saint-Laurent-de-la-Cabrerisse—, donde se han habilitado salas municipales para alojar a los evacuados y damnificados. Varias carreteras secundarias han sido cerradas para facilitar el trabajo de extinción, y unos 5.000 hogares se han quedado sin suministro eléctrico en una veintena de municipios.
El presidente Emmanuel Macron expresó su apoyo a través de un mensaje en la red X, donde aseguró que “todos los medios de la Nación están movilizados” y pidió “la máxima prudencia”.
Alerta roja por riesgo extremo de incendios en el suroeste de Francia
La región ha sido puesta en alerta roja por riesgo extremo de incendios forestales debido a la sequía persistente y a un nuevo episodio de calor que afecta al suroeste de Francia, según Météo-France.
Desde comienzos del verano se han producido varios incendios en el Aude. Uno de ellos, a principios de julio, fue el mayor en 40 años en la zona, con 2.000 hectáreas quemadas y la intervención de casi 1.000 bomberos cerca de Narbona.
El abandono de miles de hectáreas de viñedo —que actuaban como cortafuegos naturales— ha agravado la situación. “En 2022 tuvimos heladas, en 2023 y 2024 la sequía. Este año, el fuego. Parece que estamos malditos”, lamenta el director de la cooperativa de Saint-Laurent-de-la-Cabrerisse, que teme haber perdido toda la cosecha de sus 400 hectáreas de viña a solo 15 días del inicio de la vendimia.
Cierre temporal de la autopista A9 dirección La Jonquera
La autopista A9, que va a la frontera de La Jonquera, se hubo de cortar en ambos sentidos al norte de Perpiñán debido al incendio. Hacia las cuatro de la tarde se anunció su reapertura.
El Ministerio de la Transición Ecológica ha indicado en un comunicado que es “el segundo fuego más importante de los últimos 50 años”, y ha recordado que desde 1976 solo otro en 2022 había superado el umbral de las 10.000 hectáreas.
La superficie quemada en el macizo de Corbières desde el martes equivale a lo que ardió en toda Francia, respectivamente, en 2019, en 2020, en 2021 y en 2024, y el doble de lo de 2023.
Hasta ahora, el mayor incendio que se ha producido en este país, al menos en tiempos recientes, quemó 50.000 hectáreas de pinos al sur de Burdeos en 1949, una catástrofe en la que además murieron 82 personas.
En el verano de 2022 también al sur de Burdeos hubo dos grandes incendios que se prolongaron durante semanas y que en total quemaron 30.000 hectáreas. Ese año ardieron en total 72.000 hectáreas de monte en Francia, seis veces más que la media de los últimos años.