Libertad para el hombre que hirió a seis mossos durante su detención

Incidente en Lleida

El individuo, de 28 años,  tenía varios requerimientos judiciales por delitos del 2017 

Agentes de la Unidad Central de Delitos de Odio y Discriminación de los Mossos d'Esquadra han detenido a cinco personas, tres mujeres y dos hombres, de entre 20 y 34 años, por una agresión tránsfoba en Barcelona.

Según ha informado este martes la policía de la Generalitat, los hechos tuvieron lugar el pasado 25 de junio cuando la víctima, que conocía previamente a los agresores, se citó con una de las autoras en el barrio de Sant Antoni de Barcelona.

Poco después de llegar, aparecieron otras cuatro personas que, abusando de su superioridad, la propinaron puñetazos y patadas, además de arrastrarla por el suelo estirándole del cabello.

Detalle de un vehículo policial de los Mossos d'Esquadra                                   .

Archivo

El hombre de 28 años que el domingo pasado hirió a seis mossos d'esquadra mientras procedían a su detención, quedó el martes en libertad con cargos. El jefe de turno de les Borges Blanques utilizó finalmente la pistola eléctrica para reducirle, después de que el hombre reaccionara de forma violenta contra su arresto.

El individuo es un viejo conocido de la policía local de les Borges Blanques, municipio en el que vive con sus padres, y de los Mossos d'Esquadra. Tenía varios requerimientos de los juzgados por antecedentes que se remontan al 2017. Pero cada vez que las patrullas de la policía local o autonómica trataban de notificarle los escritos del juzgado, el hombre reaccionaba con gran violencia contra los agentes.

La policía utilizó la pistola eléctrica para reducir al individuo

El sábado, una patrulla de la policía catalana lo identificó en la calle y cuando se acercaban a su encuentro, el hombre reaccionó golpeando la luna del vehículo policial, consiguiendo hacerla trizas. La lluvia de cristales dañó en la cara a uno de los agentes, momento que el sospechoso aprovechó para huir a la carrera.

Ese día, los mandos de la policía catalana decidieron diseñar un dispositivo para su detención, al día siguiente.

Varias patrullas se acercaron al domicilio del sospechoso, que logró huir de la casa de sus padres  hasta la de otros conocidos. Estos colaboraron con los policías abriendo la puerta del domicilio. El sospechoso se atrincheró en la cocina e inició entonces un lanzamiento de todo tipo de objetos cortantes contra los policías que trataban de reducirlo.

Finalmente, el jefe de turno hizo uso de la pistola eléctrica, con la que lograron reducir al hombre, que fue trasladado en ambulancia del SEM al Centre de Atención Primaria (CAP) de la localidad. Los seis agentes resultaron heridos con lesiones, leves. Uno de ellos, el mismo que ya sufrió cortes en el rostro el día anterior por la rotura de la luna del vehículo policial, recibió un puñetazo en la nariz. Pese a la hemorragia y la abundante sangre que perdió en ese momento, no hubo fractura, por lo que el detenido fue imputado de lesiones leves y el miércoles, tras quedar en libertad, regresó nuevamente a la casa de sus padres.

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