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La jueza que lleva el caso de Isak Andic investiga formalmente al hijo del fundador de Mango

Investigación abierta 

Los Mossos analizan desde hace días el teléfono de Jonathan Andic, que acompañaba a su padre en Montserrat el día de su caída mortal

Indicios para desconfiar de que la muerte de Isak Andic solo fue un accidente 

Jonathan Andic hace semanas que dejó de ser testigo en la investigación judicial abierta para esclarecer las circunstancias en las que murió su padre, Isak Andic, que el pasado 14 de diciembre se precipitó al vacío cuando caminaban juntos en la montaña de Montserrat. A finales del mes pasado, la titular del juzgado de instrucción 5 de Martorell cambió la figura de testigo a investigado por el delito de homicidio en la causa secreta que de manera concienzuda y blindada realiza la unidad de investigación de la comisaría de los Mossos d’Esquadra de Martorell con el apoyo de distintas unidades centrales de la policía catalana.

El diario El País avanzó este jueves las nuevas sospechas que recaen sobre el hijo del magnate textil, que en sus dos declaraciones, como testigo, negó cualquier responsabilidad en la muerte de su padre. Coincidiendo con la imputación, los investigadores solicitaron el teléfono móvil a Jonathan Andic, cuyo contenido está siendo minuciosamente analizado, según han confirmado a La Vanguardia varias fuentes al corriente de la instrucción.

El nuevo escenario judicial, con Jonathan Andic formalmente investigado por el homicidio de su padre en una causa bajo estricto secreto de sumario, ha permitido a los policías ir un paso más allá en sus pesquisas, y buscar indicios en el teléfono móvil de la única persona que acompañaba a su padre aquella mañana de diciembre.

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A pesar de que han transcurrido diez meses desde la muerte del fundador de Mango, los investigadores no han encontrado hasta el momento pruebas concluyentes contra el hijo del empresario. Pero sí han destacado las contradicciones significativas que Jonathan Andic ofreció en las dos declaraciones que en calidad de testigo realizó en la comisaría de los Mossos d’Esquadra. La primera comparecencia apenas tuvo valor porque se realizó a las pocas horas de la muerte. Pero para la segunda, el hijo del empresario fue citado un mes después y contó con el apoyo del que se ha convertido en su abogado, Cristóbal Martell, en cuyo despacho se preparó la comparecencia.

Y esa declaración, de varias horas, puso en evidencia todavía más ciertas incongruencias y contradicciones con las evidencias que los investigadores tenían del escenario de la muerte, al que han seguido regresando durante todos estos meses.

Durante las primeras semanas tras la muerte de Isak Andic, los mossos citaron a declarar a numerosas personas del entorno familiar, profesional y social de la víctima. Y algunas incidieron en las “complejas” relaciones que mantenían padre y hijo.

A preguntas de este diario, la familia Andic remitió un escueto comunicado en el que recuerda que a lo largo de los últimos meses no ha hecho ni hará comentarios sobre el fallecimiento de Isak Andic. “Eso sí, quiere mostrar su respeto con las diligencias judiciales que se están practicado y seguirá colaborando como hasta ahora, con las autoridades”, apuntan. Para mostrar el convencimiento de que el proceso “terminará lo antes posible y se demostrará la inocencia de Jonathan Andic”.

Diez meses después de la caída en Montserrat, la policía no tiene pruebas concluyentes contra el primogénito

El empresario, que recientemente ha sido padre con su mujer Paula Nata de su primer hijo, se ha retirado completamente de la vida social de la ciudad, en la que la pareja siempre había participado activamente.

Durante los primeros meses, lo poco que trascendió oficialmente de la investigación era que la policía trabajaba con la hipótesis del accidente. Pasaban las semanas, la investigación no se cerraba y los Mossos seguían buscando pruebas e indicios que les ayudara a entender lo que ocurrió aquella mañana en aquel sendero.

Jonathan Andic no ayudó en sus explicaciones. Su entorno personal atribuyó y atribuye sus incongruencias y contradicciones al estado emocional por el que atravesaba y en el que sigue tras presenciar la muerte de su padre, sin poder evitarlo. Y siempre han negado que fueran relevantes esas explicaciones, aunque no cuadraran con los datos objetivos que disponían los investigadores.

A día de hoy, la policía todavía no ha sido capaz de reconstruir exactamente lo que pasó exactamente aquella mañana en Montserrat. Y será complicado si Jonathan Andic no cambia su declaración cuando vuelva a ser citado, esta vez ya como investigado, o el análisis de su teléfono no arroja algún dato relevante y clarificador. Aquella mañana fría de invierno solo estaban ellos dos en la montaña. Ni un solo excursionista les vio, ni oyó nada. Pero la caída, a ojos de los investigadores, siempre ha resultado extraña, así se lo han trasladado a la jueza y así lo ha visto también la magistrada que apoya a los investigadores, cuyos superiores los han blindado y protegido de cualquier posible presión.

El tramo del camino en el que se precipitó Andic no estaba catalogado de peligroso, al contrario. Tras su muerte, se solicitó a los responsables de Montserrat que volvieran a valorar el riesgo del sendero y éstos mantuvieron que no lo hay y, por tanto, a día de hoy sigue sin protección ni vallas.