Así actuaba la “vengadora” de hombres infieles en Italia: “No hay nada feminista en ello”

Testimonios

Varias víctimas de la “vengadora” de hombres infieles se han pronunciado y han contado las situaciones de acoso que han sufrido

Chica joven triste y asustada mirando el móvil. Sufre acoso y hostigamiento cibernético. Se siente sola, deprimida y con miedo de ser acosada en línea por un acosador. Los peligros de Internet.

Imagen de recurso: una persona mirando el móvil con preocupación

Sam Thomas / Getty Images/iStockphoto

Una mujer ha sido condenada a dos años y medio de cárcel por difusión de pornografía de venganza, difamación, acoso y suplantación de identidad. Así lo ha decidido el tribunal de Prato (Italia), que, tras un largo juicio, ha condenado a la conocida como la “vengadora” de hombres infieles. Así se desprende de la información publicada por Corriere Fiorentino.

El modus operandi de la condenada era el siguiente: utilizando perfiles falsos en redes sociales, la mujer contractaba con hombres y les atraía hasta conseguir, en ocasiones, tener conversaciones eróticas e incluso recibir imágenes explícitas. Una vez lo lograba, esta mujer mostraba las conversaciones y las fotos a las parejas y familiares de los hombres que habían sido infieles a sus parejas conversando en línea con ella. Su hijo también ha sido condenado a un año y un mes de cárcel como cómplice en el acoso por crear los perfiles falsos que usaba su madre.

Tras la condena por estos hechos, el citado medio italiano ha contactado con algunas de las víctimas, quienes han relatado el sufrimiento que les ha provocado el acoso de la condenada. “Esa mujer me volvió paranoica; tenía que ir en coche al trabajo todos los días. Tardé mucho en recuperar la cordura. Ahora puedo decir que lo logré: lo más importante es denunciarlo”, ha expresado Y. F. en conversación con Corriere Fiorentino.

La víctima

“Jamás envíes cosas privadas por chat, nunca”, pide la víctima a todas las personas para que no puedan ser víctimas de este tipo de acoso

Era 2020, Y. F. tenía treinta años y mantenía una relación sentimental con un hombre de su misma edad. Tenían planes de irse a vivir juntos. Pero un día todo se torció: la mujer recibió un mensaje en Instagram. Era “el perfil de una mujer, enviándome fotos de mi novio desnudo, conversaciones eróticas. 'Mira lo que hace por la noche mientras duermes', decía”, ha contado. Al recibir esas imágenes, la mujer cuenta que pensó que “era una broma, pero al leer la conversación, me di cuenta de que la puerta trasera era la de nuestra casa. Les pedí información a quienes tenían ese perfil y me dijeron que tenían mucho más material para mí”, apunta.

Y. F. explica que llamó a su pareja y que le pidió “una explicación, reenviándole las conversaciones. Intentó escurrir el bulto, pero tuvo que admitirlo enseguida. Le dije que se había acabado y me fui”, ha relatado la mujer. Sin embargo, explica que no tardaron demasiado en intentarlo de nuevo: “El amor era grande, los planes eran ambiciosos, no había habido ninguna infidelidad física. Hicimos un viaje, volví a casa y decidí pasar el confinamiento con él”, ha contado al medio italiano.

Al ver que seguían juntos, la “vengadora” de hombres infieles volvió a contactar con la mujer: “Siguió escribiéndome y enviándome material; se puso tan insistente que le dije que ya era suficiente. La bloqueé. Me respondió con este mensaje: 'Solo las montañas no se encuentran en la vida, recuérdalo siempre'. Era una advertencia, pero no podía saberlo. Empezó a acosarme a mí y a él, viniendo a la Toscana desde Lombardía”, asegura.

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Pero el acoso se volvió más fuerte y la ahora condenada empezó a enviar mensajes y fotos a amigos, familiares y compañeros de trabajo de las víctimas. “Me volví paranoica -cuenta la mujer víctima de acoso- Denunciamos el incidente a la policía postal el día de San Valentín; nos hicimos ese regalo. Empecé a vivir un periodo de terror; cualquiera con un teléfono en la mano me alteraba, tenía miedo, mis amigos se veían obligados a llevarme a casa desde el trabajo”.

Y también ha contado al medio italiano cómo identificó a su acosadora: “Un día estaba en un bar. Vi a una mujer con gafas oscuras y una máscara tomando fotos. Estaba con un joven, que luego supe que era su hijo. Tomé una foto a escondidas y se la envié al inspector. Esa misma noche, me encontré con esta mujer persiguiéndome en la comisaría con el móvil apuntándome. Tuve el valor de grabarla mientras me apuntaba con la cámara”, relata.

“No hay nada de feminista en lo que hizo”, ha expresado con contundencia la víctima ante la afirmación de la acosadora, que dice ser feminista y que hace esto para ayudar a las mujeres descubriendo a parejas infieles. Ahora, Y. F. ya no está con su pareja. Sobre ello, ha apuntado: “Al final, esa mujer consiguió lo que quería. Lo dejé enamorada, porque no podíamos superarlo”.

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