Gerard Jofra, hijo del humorista Eugenio, sin ingresos y al borde del desahucio: “Pedí vulnerabilidad porque apenas me entra dinero para vivir”
‘Y ahora Sonsoles’
El hijo del icónico Eugenio asegura que no ha dejado de pagar por irresponsabilidad, sino por una situación económica límite
Massiel recuerda la advertencia que marcó su camino a Eurovisión: “Mi padre me dijo que si ganaba me iban a matar, y si no, también”
Gerard Jofra muestra las cajas de mudanza en su domicilio, que abandonará tras 15 meses sin poder pagar el alquiler
Gerard Jofra ha llegado al límite. El hijo del inolvidable humorista Eugenio atraviesa una situación económica dramática y está a punto de ser desahuciado del piso donde reside desde hace poco más de un año, en el barrio barcelonés de Sarrià-Sant Gervasi. “Mañana dejaré el piso. No tengo plan B, no sé a dónde voy a ir. Pero me voy con dignidad. No me escondo”, explicó este martes en el programa Y ahora Sonsoles, donde rompió su silencio para aclarar los motivos que le han llevado hasta aquí.
Jofra se declara vulnerable
El hijo del humorista asegura que no ha podido pagar el alquiler por embargos de Hacienda y la Seguridad Social
La deuda asciende a más de 19.200 euros. Según su casera, Gerard solo pagó el primer mes del alquiler —1.200 euros mensuales— y lleva 16 sin abonar la renta. Jofra lo reconoce, pero ofrece su versión: “Pedí una vulnerabilidad porque me estaban embargando, pero me la denegaron. Hacienda y la Seguridad Social me han ido quitando todo lo que he ingresado. Lo poco que he ido teniendo ha sido para poder vivir”.
Asegura que la situación no es nueva. Desde hace seis años, tras su divorcio y el fin de varios proyectos profesionales, sus ingresos han sido intermitentes: “Hice un documental, firmé un programa con Movistar, pero llegó la pandemia, y a los artistas nos dejaron para el final. No he tenido actuaciones. Lo que gané se fue en adelantos, fianzas y deudas con Hacienda”.
Jofra se declara vulnerable, afirma no tener ingresos estables y se despide de su piso sin rencor ni excusas
Gerard ha escuchado en televisión que no ha dado señales de vida, pero niega haber desaparecido: “No he cogido el teléfono porque no tenía respuestas, no porque me escondiera. Tengo todos los mensajes con el casero. Me decía que no le había llegado el dinero, y yo respondía: ‘Lo siento, estoy embargado’. Mi pareja me ayudó con un mes. Luego, ya no hubo más”.
El apellido Jofra no le ha garantizado una vida de privilegios. Pese a la fama de su padre —que llegó a cobrar 3.000 euros por gala en los años 80—, Gerard asegura que la herencia fue mínima y las deudas, muchas: “La casa estaba hipotecada. Lo que dejó mi padre fueron problemas. Yo he vivido de homenajear su obra, viajando gratis para actuar por pasión. He presentado libros, pero como bien sabéis, con los libros no se gana dinero”.
Lo poco que he ingresado ha sido para vivir, no para desaparecer. Yo no me escondo de nada”
Su verdadero legado es emocional: “Tengo cuadros de mi padre que me encantaría poder exponer. Si con ellos se puede generar algo, empezar de cero, bienvenido sea. No quiero compasión. Solo quiero que se entienda que esto me ha pasado de verdad”.
La imagen más cruda de su testimonio fue la de su piso a medio vaciar, con cajas, maletas y la cama de su mascota, la única certeza que lo acompaña: “No sé dónde voy a ir, pero no la voy a dejar atrás. Mañana me marcho, pero no me voy huyendo. El piso lo he cuidado de la mejor manera”.
A pesar de la situación, mantiene la cabeza alta: “No he querido alargar nada. No soy un caradura. Estoy actuando desde hace dos años en un espectáculo, pero muchas funciones se han cancelado por falta de público. En una cena con 10 personas no hay dinero ni para cubrir costes. Pero seguiré intentando volver a los escenarios. Porque eso es lo que me ha salvado siempre”.