Pablo Ojeda es uno de los nutricionistas más conocidos de España a nivel televisivo. Colaborador de LaSexta y Antena 3, participando en programas como Más vale tarde o Y ahora Sonsoles, aparece semanalmente para dar consejos sobre alimentación, trastornos relacionados con la comida o cómo gestionar enfermedades. Sin embargo, desde su lado más personal descubrió un aspecto que ha llenado titulares en las últimas semanas.
Cuando me alimenté del juego es el título del libro que publicó el pasado 7 de mayo, donde ha confesado una ludopatía que le llevó a pasar momentos difíciles y cuestionar sus acciones. Precisamente el programa presentado por Sonsoles Ónega, en Antena 3, le ha dado un altavoz para explicarse en una entrevista. El sevillano detalló que todo empezó “un día cualquiera”, cuando entró en el salón de juegos situado bajo su casa.
Pablo Ojeda y la adicción que casi le cuesta la vida.
— Y Ahora Sonsoles (@YAhoraSonsoles) May 16, 2025
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Ojeda explicó que fue durante sus años de joven, cuando todavía no tenía objetivo u aspiraciones en la vida. Tras apostar 20 euros en las máquinas, regresó a su hogar con 80, lo cual generó una reacción peligrosa. A pesar de que pueden existir cerebros más sensibles a los estímulos y las adicciones, como le expresaba a la presentadora, la principal complicación aparece justo al final: la sensación positiva, de satisfacción tras haber ganado dinero.
A partir de aquí, su situación fue degenerando poco a poco. El nutricionista confesó haberse apropiado de 20.000 euros de sus padres para financiar su adicción, mediante transferencias que, en aquella época, no estaban alertadas por la telefonía móvil. De igual forma, aseguró haber convencido a muchas personas de su círculo interno para obtener dinero, a pesar de ser consciente de que la ludopatía le acabaría consumiendo.

Pablo Ojeda expone la ludopatía que sufrió de joven
Pez que se muerde la cola
“Yo sabía que terminaba debajo de un puente si seguía con esa vida”, confesaba ante Sonsoles, desvelando que llegó a hacer un pequeño mapa de puentes donde vivir en caso de quedarse sin dinero. Ojeda respondió que marcó aquellos puentes donde podría pasar la noche a cubierto, evitando la posibilidad de que le cayera agua encima. También llegó a plantearse la posibilidad de vender un riñón, siendo consciente de que existen personas a la espera de gente desesperada.
“Es un viaje hacia el perdón, la aceptación y la lucha incansable por superar los demonios internos. A través de episodios llenos de humor ácido, reflexiones conmovedoras y decisiones que parten el corazón, Pablo revela que la verdadera redención no se encuentra en borrar el pasado, sino en aprender a convivir con él”, reza la sinopsis del libro.