El periodista de sucesos Carlos Quílez no solo analiza casos extremos en televisión: también sabe lo que es vivir uno en carne propia. Lo contó en directo, durante el programa Y ahora Sonsoles, al hilo de la trágica muerte de una niña de tres años electrocutada en una feria de Alquerías (Murcia). Y lo hizo con una cicatriz como testigo. “Esto me pasó con ocho años. Me quedé enganchado a una instalación en mal estado. Jugaba debajo de un armario en casa y toqué unos cables que no debían estar ahí”.
Aquella descarga pudo haber terminado en tragedia, pero no lo hizo. “Me salvó la vida mi hermano mayor”, explicó. Su testimonio no fue solo una anécdota: fue una lección urgente de primeros auxilios.
Qué hacer si alguien se está electrocutando
La clave está en no tocar directamente
La escena es clara: una persona sufre una descarga eléctrica y alguien corre a socorrerla. El impulso natural sería tocarla. Error. “Si tú te estás enganchando y yo trato de salvarte tocándote, la electricidad pasa por nuestro cuerpo y vamos a perecer los dos”, advirtió Quílez.
Carlos Quílez muestra la cicatriz que conserva desde los ocho años tras quedar enganchado a una toma eléctrica doméstica
Eso lo sabía su hermano. Tenía 18 años y la sangre fría suficiente como para actuar con precisión. “Lo que hizo fue quitarse el jersey, usarlo como aislante, y tirar de mí hasta que logró soltarme del punto de electricidad”. Esa acción, aparentemente sencilla, le salvó la vida.
El contacto piel con piel debe evitarse a toda costa, insistió el periodista. “Llevado por el mejor corazón, si me hubiera querido coger con las manos, habríamos muerto los dos”.
El relato de Quílez sirve también para contextualizar la gravedad de lo ocurrido en la feria de Murcia, donde una niña perdió la vida tras tocar una valla metálica electrificada. Según ha trascendido, no había ningún adulto supervisando la atracción en ese momento, y las primeras pesquisas apuntan a un fallo en una toma de electricidad situada en el suelo. La investigación sigue en curso como posible homicidio imprudente, mientras el propietario de la atracción permanece en paradero desconocido.
Las electrocuciones son una causa de muerte más común de lo que parece, sobre todo en entornos domésticos o laborales. Según datos del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, los accidentes eléctricos representan una de las principales causas de fallecimiento en el ámbito profesional, especialmente entre trabajadores de mantenimiento y construcción. También en ferias, talleres improvisados o instalaciones defectuosas, donde las inspecciones a menudo brillan por su ausencia.

