Mercedes Milá llegó al plató de Y ahora Sonsoles con toda la energía que la caracteriza. Lo que no imaginaba es que ese impulso, ocurrido hace poco más de un mes, le costaría una vértebra. Literalmente. La veterana periodista sufrió una fractura por hundimiento aguda en la vértebra D12 tras levantar en brazos a Sonsoles Ónega en un efusivo abrazo que, como ella misma relata, le provocó un intenso dolor lumbar.
“Cuando yo entré al plató, te vi tan delgadita, eras como una niñita pequeña, que por eso dije: ay, pues la voy a coger en brazos y la saludo así”, explicó Milá en conexión desde su cama, visiblemente afectada por las secuelas. “Hice un péndulo y noté un tirón importante en las vértebras lumbares, pero no hice caso. El dolor iba en aumento y tuve que ir a un fisio”.
El diagnóstico llegó días después, tras insistencia de su fisio y varias pruebas médicas: “No me iban a mentir porque me había dado fisio y me dije, ¿pero qué vas a hacer? Una radiografía, una resonancia magnética y ahí fue donde salió”. El resultado: fractura por compresión sin compromiso mielo-radicular. O lo que es lo mismo, dolor y reposo prolongado.
Una vida de tropiezos… y aventuras
Lo que el espectador no vio
Las imágenes del programa revelan, ahora con otra mirada, pequeños gestos de incomodidad. Una mueca de dolor al levantar a Sonsoles, dificultad para acomodarse en el sofá, y el gesto contenido al intentar alcanzar un vaso de agua. “El dolor ya era difícil de aguantar y solo las pastillas analgésicas aliviaban mi pobre vértebra”, confesó.
Sonsoles Ónega, por su parte, se mostró sorprendida por lo ocurrido: no supo nada hasta días después. “La verdad es que pudo la tentación de hacérmela graciosa. Un gesto de amor que le ha salido muy caro”, comentó entre risas nerviosas durante la emisión.

Mercedes Milá explicó en Instagram que su fractura fue consecuencia directa del abrazo a Sonsoles Ónega
No es el primer percance de Mercedes Milá, que acumula un historial de accidentes que bien podría formar parte de un monólogo de late night. “He tenido muchísima suerte”, asegura con ironía. Durante la entrevista recordó otros tropiezos: una caída en bici provocada por un tábano en Francia que le arruinó el verano, una brecha en la cabeza al quitarse el casco antes de tiempo en Menorca, e incluso una fractura de tibia esquiando en los Alpes.
Pese a todo, no piensa rendirse. “Yo no voy a cambiar. Nosotros vivimos mejor, vivimos más sanos, más felices y hacemos deporte, que es de las cosas más bonitas que puedes hacer”, reivindicó con la energía que nunca le falla, ni siquiera desde la cama.
A pesar de la fractura, Milá mantiene el humor y la voluntad de seguir adelante. “Lo malo de esto es que no se cura rápido. Y ahora lo que tengo es malestar en los músculos de alrededor”. Su agenda, sin embargo, no se detiene del todo. La periodista tenía prevista una grabación con la Fundación AESLEME, pero tuvo que cancelarla tras una salida en bici que empeoró su estado: “El calor, la bici, los parones… Me ha dejado doler muchísimo y por eso le he dicho a su redactora que no puedo ir. Estoy fatal”.
Su medicina ahora es la cama, el reposo obligado y, sobre todo, las ganas intactas de seguir haciendo lo que más le gusta: vivir intensamente. Aunque el cuerpo le pida pausa, Mercedes Milá no se rinde. Ni las caídas, ni las fracturas, ni los sustos han logrado frenar su impulso vital. Porque si algo ha dejado claro, incluso desde el dolor, es que no está dispuesta a dejar de moverse.