Las mañanas de la televisión española han sufrido cambios importantes en las últimas temporadas, tras muchos años de regularidad. En Telecinco, Ana Rosa Quintana y Joaquín Prat han intercambiado franjas en cuestión de meses tras la eventual cancelación de TardeAR, con el regreso de El programa de Ana Rosa y el estreno de El tiempo justo. Sin embargo, quien se mantiene al pie del cañón desde 2006 en Antena 3 es Susanna Griso, con el inamovible Espejo Público.
El magacín matinal de San Sebastián de los Reyes debutó como programa de investigación en 1996, pero próximamente celebrará su vigésimo aniversario en el formato actual. La presentadora catalana se ha encargado de celebrar la efeméride en El Hormiguero, el programa nocturno conducido por Pablo Motos. Además de echar la vista atrás, ambos han tomado la oportunidad para comentar un futuro acontecimiento personal de la barcelonesa: su boda.
Griso y su compañero, Luis Enríquez, se darán el sí, quiero en julio de 2026: “Quería mantenerlo en secreto hasta la fecha, pero no ha sido posible teniendo en cuenta de que el 80% de los invitados son periodistas. Creo que se han portado bastante bien porque no ha salido de mi círculo de amigos. Fue complicado porque cuando se lo decíamos les pedíamos que no dijeran nada, las invitaciones no las vamos a enviar hasta el último momento. Es en la Costa Brava y tienen que reservar hotel”.
“Creo que es difícil mantener un secreto entre periodistas, pero se han portado bien. No les voy a obligar a ir de traje. La idea es que vayan con algo de lino, una guayabera. En verano se relaja el protocolo. Si lo hace el Rey, no lo voy a permitir yo en mi boda… Va a ser una boda grande sí, 250 invitados. Es el tope que nos hemos puesto”, comentaba. Griso también desveló cómo fue la pedida de mano: “Eran las cinco de la mañana y yo estoy muy activa a esas horas”.
Petición de madrugada
“La gente de mi equipo dice que hay que analizar tu ADN porque no es normal. Es verdad que por las mañanas corro porque una rutina muy establecida ya: apago alarma, café… Pero antes me tomo una pastilla porque tengo hipotiroidismo y entonces hay que darle margen hasta que te tomas algo. El día anterior me había dicho Luis que dónde me sentaba por la mañana. Se lo dije y ese día no cargué el iPad y me fui a otro sitio a sentarme para cargarlo”, describía.
“Pasaban los minutos y al rato apareció. Me dice: '¿Qué tal?', y yo, '¿qué, qué haces tan pronto despierto?'. Y me dice, 'no, bueno, vengo a desayunar, ¿no quieres un café?'. Y yo... 'no', porque no podía por el tiempo todavía de la pastilla. 'Pues nada empiezo a desayunar yo', me responde. '¿Pero qué haces a estas horas desayunando?, ¡no es normal!', le comento. Y como veo que se queda delante mientras leo los periódicos, que es algo que me incomoda porque estoy trabajando, le dije que me hiciera un café a mí. Y entonces al levantar la taza ahí estaba el anillo. Fue muy bonito”, reconocía.


