Durante siete años, de 2011 a 2018, Mariano Rajoy fue presidente del Gobierno de España. El punto culminante de una longeva carrera política, viviendo algunos de los momentos más importantes de la historia del país en un cuarto de siglo. Tras la moción de censura que lo apeó del puesto, el expolítico gallego ha mantenido un rol como registrador mercantil, y este jueves ha tenido la oportunidad de actualizar su situación en El Hormiguero.
El programa nocturno de Antena 3, presentado por Pablo Motos, ha acogido al oriundo de Santiago de Compostela como último invitado de la semana. Rajoy presentaba el libro El arte de gobernar. Secretos y fundamentos humanos de la sabiduría política. Su labor a cargo del país ha sido uno de los principales puntos de conversación, repasando una actualidad parlamentaria protagonizada por la reciente ruptura de Junts con el gobierno de Pedro Sánchez.
“¿Cuál diría usted que es el secreto para saber gobernar?”, le preguntaba el de Requena. “Lo primero, que todas y cada una de las decisiones que se toman en el Consejo de Ministros no se deben contar, eso dice la ley y a mí me gusta cumplirla, aunque no esté muy de moda. Hay que tener la prudencia suficiente para saber qué se puede contar y qué no”, respondía el exdirigente, antes de asegurar que el ambiente actual en España “está bastante crispado”.
“En España hay tres problemas capitales: un gobierno que no puede gobernar, una toma de las instituciones y una bronca todo el día con la justicia y que estamos en un momento donde hay una polarización como nunca ha existido”, reaccionaba, antes de afirmar que el Partido Popular, la formación que presidió durante catorce años, estaba “en su sitio”: “Es en este momento la única fuerza política que rechaza los extremismos”.
Encajar los golpes
Rajoy también reaccionó a la renuncia de Carlos Mazón a la presidencia de la Comunidad Valenciana, vinculándolo a la forma que tiene cada uno de afrontar las críticas. “Supo reconocer sus errores y dijo una frase muy importante: ‘Espero que la gente sepa distinguir entre quien comete errores y quien es una mala persona’. Me duele ver que hay gente manifestándose todos los días... ¿qué más quieren?”, se preguntaba el expresidente.
“No se acostumbra uno a las bofetadas justas o injustas, igual que no se acostumbra uno a ir al Parlamento. No es lo mismo que ir a tomar el café o venir aquí. No se acostumbra a nada de esto. La política es dura. Requiere mucha entereza, tener la conciencia tranquila, saber que lo que estas haciendo es lo que tienes que hacer. Eso te ayuda a soportar las críticas. Las que más te duelen es las que las lees y dices: 'Tiene toda la razón'”, recalcaba ante la atenta mirada de Motos.


