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Las dos caras de Juan Cuesta en 'Aquí no hay quien viva': cómo un presidente que hablaba de transparencia constantemente acabó volviéndose un corrupto

Personajes míticos

El personaje interpretado por José Luis Gil tenía una doble moral bastante definida a lo largo de las temporadas que duró la serie

Laura Caballero, guionista y directora de 'Aquí no hay quien viva', sobre el éxito de la serie: ''Nos estrenaron sin promoción porque creían que no interesaba''

Las dos caras de Juan Cuesta en 'Aquí no hay quien viva': cómo un presidente que hablaba de transparencia constantemente acabó volviéndose un corrupto

GTRES

Estamos completamente acostumbrados a ver a los políticos de todas las ideologías incumplir sistemáticamente lo que prometen. Por eso, hubo una serie que se atrevió a hacer una parodia de la clase política. Se trata de 'Aquí no hay quien viva', lanzada en 2003 y que en apenas tres años de duración dejó momentos mágicos. El personaje que hizo de político fue Juan Cuesta, presidente de la comunidad durante más de 13 años, como él mismo decía constantemente.

Todo estaba en contra de los hermanos Caballero en 2003. A pesar de haber conseguido emitir su creación en Antena 3, la propia cadena no consideraba que iba a tener demasiado éxito. No obstante, pronto vieron que se equivocaron en su pronóstico. Según datos de Cinemanía la serie “superó el 30% de share de media en todas sus temporadas llegando a conseguir, en algunos momentos, picos de audiencia de más de ocho millones de espectadores”. 'Aquí no hay quien viva' llegó a desbancar en audiencia a 'Los Serrano', que era imbatible por aquel entonces. 19 años después de su final se sigue encontrando en las listas de programas más vistos de las diferentes plataformas en las que se encuentra.

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Uno de los principales motivos de su éxito se encuentra en sus personajes. No era un programa al uso con un protagonista definido. Pero si hubiera que nombrar a uno ese sería sin dudarlo Juan Cuesta. Interpretado por el actor aragonés José Luis Gil, era el presidente de la comunidad de vecinos de Desengaño 21. Pero por su lenguaje parecía actuar más como si se tratase de un presidente del Gobierno. Al fin y al cabo, ese edificio era algo parecido a un mini Estado.

Si se puede destacar una cualidad del señor Cuesta era su idealismo. Creía en un mundo donde todos los problemas se podían resolver con un diálogo tranquilo y sosegado. Pero pronto se dio cuenta que con sus vecinos eso no era posible en casi ningún momento. Por eso, hubo varias ocasiones en las que se dejó llevar por el comportamiento de estos y realizó obras bastante cuestionables. Como por ejemplo fingir un robo en la comunidad para poner puertas blindadas en las viviendas y llevarse una comisión a título personal. En un momento en que la transparencia política vuelve a estar en el centro del debate, la figura de Juan Cuesta sigue siendo sorprendentemente actual.

La corrupción de Juan Cuesta llegó hasta extremos de coger dinero de las cuentas de la comunidad

Pero si hay una acción despreciable que se lleva la palma fue cuando robó dinero de la cuenta de la comunidad. A mediados de la cuarta temporada, Juan Cuesta se encontraba en el paro. Entonces los vecinos pidieron la figura de un administrador. Eso puso contra las cuerdas al Cuesta, ya que había cogido “una miseria, 1.300 euros”, como él mismo dijo en un capítulo. Al entregarle los libros de cuentas confesó lo que hizo, y desde entonces le hicieron la vida imposible durante un tiempo. Como diría el propio Juan Cuesta: “Qué follón”.

Ese gesto entra dentro de la hipocresía que caracterizó el obrar de este personaje durante todas las temporadas. Juan Cuesta se vanagloriaba de la transparencia de su gestión. Pero lo que hacía distaba mucho de esa imagen que quería proyectar. Además de sus acciones como presidente, fuera de esa labor también poseía una moral laxa. El mayor ejemplo es su relación extramatrimonial con Isabel, 'la Hierbas' como era conocida en el edificio. Se estuvieron viendo a espaldas de todos hasta que la propia Isabel le confesó a su marido la aventura que mantenía con el presidente.

El actor José Luis Gil

En la actualidad todo el mundo relaciona a José Luis Gil con los personajes de Juan Cuesta y de Enrique Pastor en 'La que se avecina'. No obstante, pocos saben que la historia pudo ser diferente. En el podcast 'Errar es de sabios', emitido por Aragón Radio, el cómico Pablo Carbonell confesó que le ofrecieron el papel y lo rechazó: “Me llegó la oferta de hacer del señor Cuesta, leí el guion. Me podría haber parecido bien o mal, pero es que yo iba a dirigir Atún y chocolate, estaba viviendo en Zahara de los Atunes, había tenido seis años y medio de reportaje semanal en Caiga quien caiga compaginado con películas y conciertos. Estaba en Zahara, iba a rodar en Zahara, no me tenía que ir de Zahara. Dije, voy a ver qué es lo que me he perdido, y el día que emitieron el primer capítulo de 'Aquí no hay quien viva' lo vi y dije, menos mal, porque esto va a tener más poco recorrido…”. No fue el pronóstico más acertado del director de cine.