Europa es consciente de que el estado actual de la tecnología amenaza con convertirse en una pesada carga para su futuro. Las patentes más poderosas en el campo de los chips y en el de la inteligencia artificial se registran en Asia y Estados Unidos de forma acelerada. El Viejo Continente corre el riesgo de quedar atrapado en medio de una pinza que puede acabar exprimiendo enormes cantidades de dinero que podrían ser aprovechadas para su progreso y no para enriquecer a otros. El problema de la soberanía tecnológica es que no es fácil subirse en marcha a un tren de altísima velocidad. Pero hay formas de hacerlo. Ingenio y determinación son la clave.
El Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) ha sido seleccionado por la Comisión Europea como uno de los siete polos de innovación que recibirán una financiación singular para equipamiento de vanguardia, ya sean supercomputadores nuevos o mejoras sustanciales de existentes, que le permitan desarrollar un potente ecosistema de inteligencia artificial. Este tipo de centros son conocidos como AI Factories (factorías de IA). El supercomputador MareNostrum 5, que el BSC inauguró hace poco más de un año ya incorporaba tres particiones aceleradas para IA. Ahora se va a instalar una nueva máquina para entrenar modelos de IA y hacer inferencia, que consiste en aplicar lo que la IA ha aprendido para extraer conclusiones a partir de datos.
El objetivo de la AI Factory del BSC es abrir el acceso al entrenamiento de IA y creación de modelos de IA a quienes no tienen acceso a los grandes recursos de esa tecnología como los investigadores, pymes y startups. El inicio de la inversión de 1.500 millones de euros para crear inicialmente siete factorías de inteligencia artificial en varios países de la Unión Europea busca asentar un tejido productivo en esta tecnología del que ahora carece mientras en Estados Unidos es desarrollada principalmente por grandes compañías sin apenas regulación.

El supercomputador MareNostrum 5, en el edificio del BSC
Hace apenas tres semanas se anunció una inversión de 240 millones de euros, de los que la Comisión Europea aportará la mitad, en el proyecto DARE (Digital Autonomy with RISC-V Europe), por el que el BSC liderará la creación de chips de código abierto, sin el pago de regalías, que servirán probablemente para diseñar las próximas generaciones de supercomputadores europeos y otras máquinas que necesiten una capacidad computacional elevada, como coches autónomos.
A quien se pregunte por qué el BSC recibe inversiones de alta tecnología que en el pasado habrían sonado a utopía, debería remitirse a los datos. El centro que dirige desde su fundación Mateo Valero, auténtica alma del proyecto, es hoy una instalación de ciencia de excelencia en la que trabajan 1.200 personas. Mil de ellas son investigadores dedicados a áreas de ciencias de la computación, de la vida, de la Tierra y de aplicaciones de computadores en ciencias e ingeniería.
En realidad, estas apuestas tecnológicas estratégicas son golpes sobre la mesa del tablero geopolítico. Decía ayer Valero en la presentación de la AI Factory: “Hay grandes empresas que han tomado nuestros datos gratis y nos han hecho creer que es mejor estar felices que ser libres. Estoy hablando de empresas que conocéis, de estas que dominan el mundo. Por otro lado, está Europa, que tiene sus datos a diferentes niveles, en empresas grandes y pequeñas, que habría una solución sencilla que sería dar esos datos a las empresas anteriores. Que nos los cuidaran, que nos hicieran operaciones, que nos hicieran aplicaciones y eso sí que nos convertiría en esclavos totales. No podemos permitir eso”. Pues eso.
El FBI advierte de la IA para el fraude
La Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos (FBI) ha publicado una nota pública en la que advierte de que “los delincuentes explotan la inteligencia artificial generativa (IA) para cometer fraudes a mayor escala, lo que aumenta la verosimilitud de sus tramas”. Los investigadores policiales advierten que “la IA generativa reduce el tiempo y el esfuerzo que los delincuentes deben dedicar a engañar a sus objetivos” porque “toma lo que ha aprendido de los ejemplos introducidos por un usuario y sintetiza algo totalmente nuevo a partir de esa información”.
La IA que mejor mira al cielo
Google DeepMind ha presentado un modelo de IA capaz de predecir el tiempo mejor que los mejores sistemas actuales. El nuevo modelo se llama GenCast. Es el segundo modelo meteorológico de IA que Google lanza este año y se ha entrenado con datos meteorológicos de los últimos 40 años. En julio pasado, Google anunció NeuralGCM, que combinaba la inteligencia artificial con métodos basados en la física como los que se utilizan en los pronósticos actuales. GenCast es muy diferente. Funciona como un modelo de lenguaje de IA que, en lugar de predecir la siguiente palabra más probable en una frase, reproduce la siguiente condición meteorológica más probable.
OpenAI lanza Sora
Después de meses de espera, OpenAI ha puesto a disposición del público el modelo de generación de vídeo Sora para todos sus suscriptores de pago. El problema es que, al tratarse de la plataforma con mayor número de seguidores –se desconoce el número total de los que pagan-, con 200 millones, el acceso a Sora tuvo serios problemas de tráfico. En los países del Espacio Económico Europeo y en el Reino Unido, por cuestiones regulatorias, no se puede acceder a no ser que se utilice una VPN.