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Los avances en ADN sintético desafiarán los conceptos de padre y madre

El impacto de los desarrollos científicos

Realizan el primer análisis bioético de una tecnología que redefinirá la genética

Hoy ya se seleccionan y modifican embriones para evitar enfermedades genéticas y, en unas décadas, podrían crearse con ADN artificial 

Marsell Gorska Gautier / Getty Images

La síntesis artificial de ADN ya es una realidad. Diferentes equipos científicos ya han conseguido sintetizar genomas completos de bacterias, desarrollar levaduras con más de la mitad de su genoma artificial, sintetizar algunos fragmentos de cromosomas humanos y crear un cromosoma artificial capaz de acomodarse en células humanas.

Se trata de técnicas que prometen revolucionar tanto la biología como la ciencia en general en las próximas décadas porque se avanza hacia la creación artificial de genomas humanos completos. Eso tiene aplicaciones muy interesantes para evitar enfermedades, recuperar especies en peligro de extinción, o quizá crear embriones no viables sobre los que poder investigar y experimentar, pero también abre la puerta a escribir sintéticamente el ADN de la descendencia eligiendo los genes para los óvulos y los espermatozoides. 

Y todas esas nuevas posibilidades no sólo plantean dilemas éticos, sino que transformarían conceptos clave de la sociedad actual como la identidad genética, la reproducción, los conceptos de padre o madre o las responsabilidades de esa filiación.

No es ciencia ficción

Ya se han conseguido sintetizar genomas completos de bacterias y fragmentos de cromosomas humanos

Pensar en nuevas formas de reproducción a partir de ADN artificial puede parecer ciencia ficción, pero lo mismo se pensaba hace unas décadas de la selección genética de embriones, que hoy es una práctica real y en España se permite con el objetivo de evitar enfermedades genéticas.

También sonaba excesivamente futurista la modificación genética de seres humanos pero, en 2018, un equipo científico chino informó que había utilizado la técnica de edición CRISPR en dos gemelas para eliminar el gen CCR5 y hacerlas resistentes al VIH, la viruela y el cólera. Según el recuento de David Liu, especialista en edición genética de la Universidad de Harvard, en 2023 había en marcha más de 50 estudios experimentales que usan la edición genética en voluntarios para tratar desde el cáncer hasta el VIH y enfermedades de la sangre. 

Y en el ámbito de la experimentación con animales, hace unos días se conocía que científicos chinos han conseguido crear ratones con dos padres y sin madre biológica.

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“Ya se hace selección y modificación de embriones y el tercer escalón será su creación desde cero a través de ADN sintético; no es algo que vayamos a ver en humanos en cinco años pero llegará en unas décadas porque ya se puede hacer con pequeños microorganismos”, explica en una entrevista con La Vanguardia Adrián Villalba, científico, especialista en bioética y profesor de la Universidad de Granada que ha llevado a cabo, junto con otros investigadores de las universidades de Oslo (Noruega), Lund (Suecia) y Manchester (Reino Unido), el primer análisis ético anticipatorio sobre las implicaciones de esta técnica.

“No nos mueve un ímpetu doctrinal de decir qué se debe poder hacer o no, sino el poner sobre la mesa las posibilidades que abre la síntesis de ADN humano y las preguntas que esas posibilidades plantean para que la sociedad esté informada, vaya dando respuestas y no nos pille por sorpresa cuando sea real”, dice Villalba.

El científico y experto en bioética Adrián Villalba ha participado en el primer análisis ético anticipatorio sobre las implicaciones del ADN sintético 

A.V.

Y resume algunas de las preguntas sobre las que hace falta reflexionar. ¿Qué ocurre si alguien puede reconstruir tu genoma a partir de información digital, sin necesidad de extraer tus células? Si los progenitores eligen los genes y luego el hijo tiene alguna desventaja genética, no se identifica con el género con que ha nacido o tiene predisposición a la leucemia ¿puede exigirles responsabilidades por haber escogido esa configuración concreta? ¿Tienen los padres el deber moral de no transmitir algunas variantes genéticas si predisponen a una enfermedad o, al contrario, de transmitir otras que pueden otorgar ventajas?

Como padre voy a decidir el ADN de mi hijo pero no habrá test que demuestre esa paternidad, nada me diferenciará de otro que no eligió sus genes; igual hará falta un contrato de paternidad

Adrián VillalbaCientífico, especialista en bioética y profesor UGR

La técnica también pone en cuestión las relaciones de parentesco. “Como padre voy a decidir el ADN de mi hijo pero nadie va a poder hacer después un test que demuestre esa paternidad porque nada diferenciará mi relación genética con ese individuo de la de otra persona que no eligió sus genes, así que quizá haya que hacer un contrato que defina quién es el padre y la madre y qué responsabilidades tienen conforme al concepto de maternidad y paternidad derivados del ADN sintético”, igual que en las adopciones se establece un vínculo jurídico, comenta el científico. 

De hecho, uno de los dilemas legales y éticos que plantea esta tecnología es si el individuo nacido con ADN sintético debe ser considerado un hijo genético o una réplica.

Pero hay más, dice Villalba: “Si para reproducirse ya no hace falta aportar los genes sino decidir cuáles se aportan, ¿podría una persona autorreproducirse prescindiendo del espermatozoide de un donante? ¿Y sería aceptable crear la estructura del ADN del hijo mezclando genéticas de tres, cuatro o más personas?” Y todo eso tiene implicaciones socioeconómicas porque sacude el concepto de parentesco y de familia.