El número de consumidores que tienen en cuenta el impacto ambiental de lo que comen continúa a la baja. Desde 2020, el porcentaje de quienes tienen en cuenta la sostenibilidad en sus dietas ha disminuido del 51% al 46%, según un estudio realizado con 19.500 consumidores de 18 países europeos.
El último informe EIT Food Trust desarrollado por el Observatorio del Consumidor de Alimentos del EIT (un centro de investigación focalizado en la innovación del sector alimentario apoyado por la UE), deja claro que los consumidores europeos son reacios a cambiar su dieta y, cuando se lo plantean, lo hacen básicamente por razones de salud.
Los cambios más deseados
En concreto, cuando se les pregunta qué les gustaría modificar de su alimentación, el 51% establece como prioridad comer de manera más saludable, el 12% conseguir que sea más asequible, y el 9% que sea más sostenible.
Los cambios que más europeos desearían introducir en su dieta son comer menos grasa (57% de los encuestados), menos azúcar (61%) y menos alimentos procesados (59%). Mientras, sólo el 18% dice que ya evita productos de origen animal y un 25% desearía reducir su ingesta.

La principal barrera para cambiar hábitos alimenticios es económica
¿Y qué es lo que frena a los europeos a cambiar de hábitos alimenticios?
La principal barrera es económica. Casi un tercio aduce razones de presupuesto para comer lo que come y no modificar su cesta de la compra. Pero también hay un 27% que reconoce que le pesa la costumbre, que le cuesta romper sus hábitos.
Y, probablemente, la desconfianza que muestran respecto a algunos de los agentes que intervienen en el sistema alimentario y a la información que se facilita sobre los productos también actúan como freno a la hora de introducir cambios en su dieta.
Cómo esperar que los consumidores cambien su comportamiento si no pueden acceder a la información que necesitan para hacerlo
“Si bien podemos ver un deseo por parte de los consumidores de comer de manera más saludable, no vemos el mismo deseo de priorizar la sostenibilidad a través de cambios en la dieta; pero en relación con esto, también estamos viendo que los consumidores luchan por medir la fiabilidad de la información sobre los alimentos. ¿Cómo podemos esperar que los consumidores cambien su comportamiento si no pueden acceder a la información que necesitan para hacerlo?”, ha asegurado Sofia Kuhn, directora de Perspectivas y participación del público en EIT Food, al presentar el informe.
Porque, apuntó Kuhn, en general hay una falta de confianza en que los actores de los sistemas alimentarios -desde los agricultores hasta los fabricantes de alimentos pasando por los minoristas y las autoridades de seguridad alimentaria- actúen teniendo en cuenta lo que es mejor para los consumidores y proporcionando información precisa sobre la alimentación, la salud y la sostenibilidad.
Imagen del sector
Se confía más en los agricultores que en las autoridades alimentarias
Según el estudio, los agricultores son el colectivo que más confianza inspira (dos de cada tres consumidores dice que confía en ellos), mientras que sólo la mitad confía en los comerciantes minoristas, el 47% en los fabricantes y el 46% en las autoridades de seguridad alimentaria.
Ahora bien, mientras que quienes confían en los agricultores lo hacen por la integridad y transparencia percibida en ellos, quienes no lo hacen precisamente aducen su preocupación por la sostenibilidad y el bienestar animal o su convencimiento de que priorizan el beneficio sobre la calidad.
“Está claro a partir de nuestros hallazgos que los actores de toda la cadena de valor de los alimentos, desde los fabricantes y minoristas hasta las autoridades reguladoras, tienen mucho trabajo por hacer para generar confianza con los consumidores; esta confianza será esencial para construir un sistema alimentario más equitativo y sostenible, y todos los actores tienen la obligación de proporcionar información transparente y precisa sobre dietas saludables y sostenibles para permitir que los consumidores tomen decisiones informadas sobre los alimentos que consumen”, ha enfatizado Klaus G. Grunert, profesor de Marketing en la Universidad de Aarhus y líder del Observatorio del Consumidor.