"Hay hombres que niegan que Gisèle Pelicot fuera violada, porque el marido lo autorizó”

Violencia sexual

Los abogados de la mujer que fue drogada por su marido para que la violaran decenas de desconocidos reciben el Premio Igualdad de la Abogacía de España

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Gisele Pelicot, con uno de sus dos abogados, el penalista  Stephane Babonneaus

CHRISTOPHE SIMON / AFP

Ha sido, hasta el momento, el caso de sus vidas. Aseguran que no se pudieron imaginar lo que supondría cuando se hicieron cargo de él, en el 2020, y recuerdan, la soledad que sintieron en numerosas ocasiones: ellos dos, los abogados Stephane Babonneau y Antoine Camus, junto a su clienta Gisèle Pelicot y sus hijos, frente a medio centenar de letrados y hombres acusados de violación, encabezados por el ex marido Dominique Pelicot. 

“Sentíamos que teníamos que protegerla, incluso físicamente porque era una sala muy pequeña, a un metro y medio estaban los acusados”, ha contado Babonneau. “Hay que avanzar mucho en cómo se juzgan estos actos y mejorar el tratamiento de las víctimas”, señalan.

Han aterrizado en Madrid para recoger el Premio Igualdad internacional de la Abogacía Española, que supone el reconocimiento de los abogados españoles a estos dos colegas franceses por su “contribución para la concienciación social de la violencia contra las mujeres”, ha indicado Salvador González, presidente del Consejo General de la Abogacía.

Babonneau y Camus, que dedicaron el galardón a esa mujer que “tanto nos han enseñado”, Gisèle Pelicot, reconocen que este caso les ha abierto los ojos ante el machismo imperante y les ha hecho reflexionar sobre las masculinidades. 

También sobre la llamada ‘cultura de la violación’, encarnada en las excusas que daban los acusados para justificar su comportamiento. “No deja de asombrarnos que aún hoy, con todo lo que se dijo y los vídeos que se vieron en el juicio, haya hombres que niegan que Gisèle fue violada, porque el marido lo autorizó, invitó a los otros hombres. Decían que no era violación porque el marido estaba de acuerdo”, añadió”.

A juicio de estos letrados (quien ha hecho de portavoz es Babonneau porque habla español), “lo que le pasó a Pelicot puede ocurrir en cualquier lado porque el machismo, internet y pastillas están presentes en todos los países”.

Y creen que debe haber un compromiso de todos contra la violencia machista porque “no hay sociedad que pueda encontrar una solución sola”. Ese trabajo, apuntan, deber realizarse desde los valores comunes europeos, máxime en un momento en que están siendo cuestionados desde el otro lado del Atlántico.

Los abogados franceses ensalzaron la figura de Gisèle Pelicot, una mujer que dejó de lado sus miedos y que decidió que el juicio fuera público para que “la vergüenza cambiara de bando”. Una decisión, insisten, que ha inspirado a muchas víctimas, pero que a ella le ha supuesto un coste importante y que pudo afrontar por su “especial fortaleza”. Otras víctimas, reconocen, no lo hubieran aguantado.

De hecho, ambos letrados creen que hay que replantearse cómo se llevan a cabo este tipo de juicios, manteniendo los derechos de las víctimas como de los acusado. “Hubo preguntas a Gisèle que demostraron una total falta de respeto, como si es exhibicionista, y que simbolizan la estrategia de atacar la credibilidad de la víctima con cuestiones que no tienen que ver con el juicio. Hay que reflexionar sobre esto para que no vuelva a pasar”, señalan.

También destacaron la importancia del apoyo a las víctimas: “Tienen que ser acompañadas en la denuncia pero también después, para poder salir de una situación de violencia y encontrar el camino a la independencia”.

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