En Europa se perdieron 16,8 millones de años de vida entre 2020 y 2022 debido a la pandemia de la covid. De ellos, 3,2 millones en España. Así lo afirma un nuevo estudio publicado en la revista Plos Medicine por un grupo de investigadores liderado por Sara Ahmadi-Abhari, del Imperial College de Londres, que parte de la premisa de que las personas que murieron durante la pandemia probablemente habrían vivido más si ésta no se hubiese producido y estima que más de la mitad de todos esos años de vida que se perdieron se habrían vivido sin discapacidad, incluso en el caso de las personas mayores de 80 años.
Los investigadores han seguido las tendencias de morbilidad y mortalidad de la población mayor de 35 años de 18 países europeos, analizando las tasas de enfermedades cardiovasculares, demencia, discapacidad y muerte para estimar, a través de un modelo computacional, las repercusiones de la pandemia.
Y, según su informe, de los 16,8 millones de años de vida malogrados, entre 3,6 y 5,3 millones se debieron a causas de muerte no relacionadas con la covid, sino con el impacto indirecto de la pandemia sobre la mortalidad.

Las muertes directas por covid disminuyeron entre 2021 y 2022 debido al programa de vacunación
De hecho, los años de vida perdidos en 2020 se debieron fundamentalmente a muertes por covid-19, que disminuyeron entre 2021 y 2022 debido al despliegue de la vacunación. En cambio, las muertes no relacionadas con la covid siguieron aumentando en la mayoría de países en esos años posiblemente, dicen los investigadores, debido a las alteraciones en la asistencia sanitaria que provocó la pandemia.
En este sentido, subrayan que los años de vida perdidos a causa de la pandemia varían considerablemente entre los países estudiados -oscilan entre 20 y 109 por mil habitantes-, con tasas más altas de mortalidad en aquellos con menor producto interior bruto.
Diferencias por países
A menos PIB, más mortalidad
En números absolutos, el estudio cuantifica en 3,2 millones los años de vida perdidos en España, en 2,3 millones los años de vida perdidos en el Reino Unido, una cifra similar en Alemania, 2,5 millones en Polonia, 1,8 millones en Italia, y 1,1 millones en Francia.
En todos los países la pérdida de años de vida fue mayor en los hombres que en las mujeres: 9,9 millones en el caso de los varones (lo que corresponde a 70,1 por 1.000 habitantes) frente 6,9 millones en mujeres (45,9 por mil habitantes).
La pandemia empeoró las desigualdades y amplió las diferencias por sexo en esperanza de vida
“Los resultados sugieren que la pandemia empeoró las desigualdades socioeconómicas en la mortalidad prematura entre países y amplió las diferencias por sexo en la esperanza de vida”, han asegurado los autores al dar a conocer su informe. También han dejado claro que se subestimó el impacto de la pandemia, especialmente entre la población de más edad.
Un 60% de la pérdida de años de vida se produjo en población de más de 80 años, y otro 30% en el grupo de entre 65 y 80, que son los colectivos que también registran mayor mortalidad no causada directamente por la covid en comparación con la población de entre 35 y 65 años.
Efectos indirectos
Se malograron muchas vidas por las alteraciones en la asistencia sanitaria
“Nuestros hallazgos ilustran el impacto a largo plazo de la pandemia, que se extiende más allá de las muertes por covid-19”, declaró la autora principal del estudio. Y destacó que aunque la vacunación fue importante para limitar las muertes directas, siguieron perdiéndose vidas por otras causas como consecuencia de las alteraciones en la asistencia sanitaria que provocó la pandemia.
En este sentido, los autores enfatizan que sin la irrupción de la covid y todo lo que conllevó, y considerando las tendencias en enfermedad cardiovascular, deterioro cognitivo y deterioro funcional observadas en las dos décadas anteriores a la pandemia, se habría evitado la pérdida de 9,8 millones de años vividos sin discapacidad, que son el 58% del total perdidos.
“La pérdida sustancial en años de vida, sobre todo teniendo en cuenta que más de la mitad se habrían vivido sin discapacidad, subraya la necesidad crítica de un programa integral para pandemias que podría proporcionar beneficios para la salud pública tanto inmediatos como a largo plazo”, ha asegurado la doctora Ahmadi-Abhari.